El Chelsea apuesta por el desconocido Miazga para jubilar a John Terry

A rey muerto, rey puesto. Mientras que en Stamford Bridge comienzan a llorar el adiós de John Terry el próximo verano tras 21 años de servicios a la causa 'blue' (no hay marcha atrás, por más que el lunes de la pasada semana el club quisiera suavizar las palabras del jugador con un ‘nada está escrito’), la gran familia del Chelsea aguarda con expectación la entrada en escena de Matt Miazga, el jovencísimo y desconocido marcador de punta que Michael Emenalo (director deportivo) se acaba de traer de los Estados Unidos a cambio de cinco millones de euros en una operación fulgurante forzada por el presunto interés de otros clubes top de la Premier League.

La inmediata inclusión de este veinteañero de origen polaco en la dinámica de la primera plantilla, con la que ya se ejercita desde hace unos días, en lugar de buscarle acomodo en alguna escuadra menor del Championship (Segunda división), revela con total nitidez la fe que le tienen en el equipo londinense y explicaría, por extensión, la repentina confesión de Terry de que sus felices días en Fulham Broadway están a punto de llegar a su fin.

Con una experiencia ciertamente limitada en la Major League Soccer (42 partidos), Miazga se ha metido en el bolsillo durante el último año a todos y cada uno de los 'scouters' que el Chelsea ha enviado al otro lado del Atlántico para visualizar de cerca a la perla del New York Red Bulls. Su metro noventa y tres de altura e impresionante anchura de espaldas no le han impedido ganar por la mano los duelos que ha mantenido con las grandes vedettes del campeonato norteamericano, empezando por David Villa o Sebastian Giovinco. Su velocidad de reacción y sexto sentido para anticiparse al atacante de turno, amén de su poderío en el juego aéreo, le colocan en la senda de la flor y nata de los zagueros. Tanto es así que ya hay quien le compara con el holandés Jaap Stam, dado que además de todas las características citadas, el nuevo refuerzo del Chelsea se defiende con bastante soltura cuando de lo que se trata es de poner la pelota a buen recaudo.

Portentosas actuaciones

“Matt es un jugador joven y prometedor y estará con nosotros hasta el final de la temporada. Vamos a ver si es capaz de adaptarse a las altas exigencias de este club y de la Premier League”, declaró Guus Hiddink ahora hace dos semanas, poco después de que el Chelsea anunciara por sorpresa la contratación de un Miazga que se decidió a cambiar de continente y renunciar al año de contrato que aún tenía con los Red Bulls ante la insistencia del club inglés por tenerle en nómina más pronto que tarde.

Aunque hizo sus primeros pinitos con el primer equipo del NYRB a fines de 2013, no ha sido hasta el último ejercicio cuando el chaval nacido en Clifton (Nueva Jersey) hace 20 primaveras se ha impuesto en el eje de la zaga del cuadro neoyorquino, del que fue pieza fundamental para conquistar el Supporters' Shield, trofeo otorgado al mejor conjunto durante la temporada regular en la MLS. Sus portentosas actuaciones ante los vecinos del New York City, con gol incluido en el Yankee Stadium, y frente a Toronto FC en el doble duelo en las semifinales de la Conferencia Este, terminaron por coronarle como el futbolista joven más valioso del campeonato 'emelesero'.

Cerró las puertas a Polonia

Su fantástico sprint final de campaña le valió incluso ser convocado por el seleccionador de los Estados Unidos, Jürgen Klinsmann, para la disputa del encuentro de la fase de clasificación del Mundial 2018 frente a St. Vincent y las Granadinas, en el que el último fichaje del Chelsea disfrutó de sus primeros minutos como internacional absoluto con el combinado de las barras y estrellas. Con su debut puso fin Miazga a las especulaciones que había respecto a su lealtad al país que le vio nacer para defender sus colores. Y es que la Asociación Polaca de Fútbol llevaba meses llamando a la puerta del brillante central diestro, cuyos padres son originarios de dicha nación del este de Europa, para que se enfundara la elástica blanca y roja poniéndole sobre la mesa el caramelito de compartir vestuario con Lewandowski y compañía en el Europeo del próximo verano en Francia.

El escultural zaguero yanqui tiene ante sí un doble reto de altura en el arranque de este 2016: refrendar sus cualidades en Stamford Bridge ayudando a los 'blues' a cortar de raíz la sangría sufrida en defensa durante la primera mitad de la temporada y tratar de hacerse un hueco entre los elegidos por Klinsmann para defender el pabellón estadounidense en la Copa América del centenario, que se disputará este verano en su propio país. No cabe duda de que el segundo dependerá de lo que sea capaz de hacer con la camiseta azul de un Chelsea donde sus mentores están convencidos de que Miazga acabará formando tándem con otro compañero -Zouma estará de baja varios meses tras romperse el cruzado de una rodilla- en el eje de la zaga antes o después, mal que le pese a Terry y su legión de incondicionales.