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Diego Costa personifica que en el Chelsea hay mucha vida después de Mourinho
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SUMAN CUATRO PARTIDOS SIN PERDER

Diego Costa personifica que en el Chelsea hay mucha vida después de Mourinho

Sin un gran alarde de juego por parte del Chelsea, la victoria sirvió para sumar tres puntos y aumentar el grado de confianza del equipo y de jugadores como Diego Costa, que volvió a ver portería

Foto: Diego Costa celebra su gol ante el Crystal Palace (Reuters).
Diego Costa celebra su gol ante el Crystal Palace (Reuters).

El Chelsea venció al Crystal Palace y se aleja de los puestos de descenso dejándolos a seis puntos de distancia. El equipo empieza a funcionar a los mandos de Guus Hiddink, que -tras los empates ante United y Watford y una victoria contra el Sunderland con el holandés en la grada- consiguió su primer triunfo tras el final de la segunda era de Mourinho en Stamford Bridge. El partido, sin ser un gran alarde de juego por parte del Chelsea, sirvió para sumar tres puntos, aumentar el grado de confianza del equipo y de jugadores como Diego Costa que volvió a ver portería.

Soplan vientos nuevos y renovados en Stamford Bridge. Pasada la tormenta de Mourinho parece haber llegado la calma de la mano de Hiddink. La tranquilidad no es lo único que ha recuperado el Chelsea, también se ha alejado del camino de la derrota. No en vano, desde que se produjo el cambio en la dirección del banquillo, el conjunto 'blue' ha firmado dos victorias y otros tantos empates: Sunderland (3-1), Watford (2-2), Manchester United (0-0) y Crystal Palace (0-3). Los puestos de Champions -los cuatro primeros- siguen antojándose lejanos aunque “matemáticamente posible” en palabras del propio Hiddink. El triunfo de este domingo supone un buen punto de partida para este nuevo Chelsea.

No sólo eso. La de ayer es la primera victoria del entrenador holandés desde que es él quien lleva las riendas del banquillo en Stamfod Bridge. Cuando aterrizó en Londres, Hiddink apuntó que el no debería estar allí a mitad de temporada y que si se había producido esta situación era porque “las cosas no están yendo bien”. Evidentemente. Tras cuatro partidos sin Mourinho y tres después de su llegada, el Chelsea firmó su mayor goleada -a favor, obviamente- en la Premier League; tan sólo en la Copa de la Liga (1-4 frente al Walsall) y en Champions (un par de 4-0 al Maccabi) superan el resultado cosechado este fin de semana.

El Chelsea empieza a reconstruir el terreno arrasado que dejó el huracán causado por Mourinho y comienza a recuperar sus constantes vitales. El camino promete ser angosto y complicada será la tarea de Hiddink hasta que acabe la presente temporada. Alejarse de las derrotas ha sido el primer paso, pero el equipo necesita mejorar sus estadísticas y, sobre todo, incrementar el número de victorias que atesora. Y es que desde que la Premier League escuchó el pistoletazo de salida allá por el mes de agosto, el actual campeón firma un triunfo al mes. O lo que es lo mismo, seis victorias hasta el momento: West Brom (2-3 en agosto), Arsenal (2-0 en septiembre), Aston Villa (2-0 en octubre), Norwich (1-0 en noviembre), Sunderland (3-1 en diciembre) y Crystal Palace (0-3 en enero).

Hay signos claros para creer en la recuperación de un Chelsea que parece, por fin, despertar de un mal sueño sin dejar de ser realistas. Comentaba Hiddink que una de las claves más importantes pasaba por “intentar hacerlo lo mejor posible en los primeros partidos”, pero el optimismo del holandés no le hace perder la perspectiva: “Estas cosas suceden en el fútbol y quiero que todos se miren en el espejo, no sólo durante un segundo, sino un rato largo. La Premier es una liga muy competitiva. Aquí cualquier equipo te puede ganar. Finalizar en cuarta posición es matemáticamente posible, pero será muy difícil”. Acabar en los puestos de Champions no es la única compleja empresa a la que se enfrenta el técnico del Chelsea.

“No es sólo él”

Mourinho dejó alguna que otra víctima que con su recuperación impregna de esperanza Stamford Bridge. Hiddink aseguraba que necesita “a todos nuestros jugadores. Estamos en una situación en la que se necesita a todo el mundo para ascender en la clasificación” y hay algunos nombres propios que destacan. Diego Costa y Cesc Fàbregas son un par de ejemplos. Con los dos envueltos en un halo de rumores de salida -más aún teniendo en cuenta la llegada del mercado invernal-, Hiddink salió al paso asegurando que el Chelsea necesita al que fuera jugador del Barcelona y que el delantero de la Selección “está muy centrado en su trabajo, tiene mucha responsabilidad, pero es valiente. Tiene un gran temperamento, quiere mejorar y marcar pero los demás jugadores tienen que ayudarlo con asistencias, no es sólo el”.

A nadie se le escapa que el hispanobrasileño era uno de los miembros del vestuario 'blue' que mantenía un abierto enfrentamiento con Mourinho: pasó de los 20 tantos marcados en la temporada en la que el Chelsea conquistó la Premier a la falta de confianza, la escasa efectividad e, incluso, la suplencia. Tanto que la mayor parte del equipo -incluyendo a los pesos pesados- le señalaron como uno de los culpables de la grave situación que se vivía en Stamford Bridge. Censuraban la falta de integración y compromiso de Diego Costa tanto con el club como con el equipo haciendo énfasis en su individualismo y en sus maneras con los rivales. El distanciamiento se tradujo en una insultante sequía frente a las porterías rivales: hasta la jornada 18 había marcado 3 goles, desde entonces ha firmado 3 tantos teniendo en cuenta que contra el United no jugó por sanción.

Diego Costa cogió impulso en el Boxing Day y en su figura parece representarse la hoja de ruta que Hiddink planea para este nuevo Chelsea. Efectivamente, después de Mourinho hay vida. Mucha vida.

El Chelsea venció al Crystal Palace y se aleja de los puestos de descenso dejándolos a seis puntos de distancia. El equipo empieza a funcionar a los mandos de Guus Hiddink, que -tras los empates ante United y Watford y una victoria contra el Sunderland con el holandés en la grada- consiguió su primer triunfo tras el final de la segunda era de Mourinho en Stamford Bridge. El partido, sin ser un gran alarde de juego por parte del Chelsea, sirvió para sumar tres puntos, aumentar el grado de confianza del equipo y de jugadores como Diego Costa que volvió a ver portería.

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