Klopp siente que camina "solo" en Anfield

El pasado 17 de octubre comenzaba una nueva era en el Merseyside. Jürgen Klopp se estrenaba en White Hart Lane como entrenador del Liverpool y devolvía un aire de ilusión a Anfield que se había disipado desde el resbalón de Gerrard contra el Chelsea. Hace demasiado tiempo que el Pool no es un equipo competitivo en la Premier, y fichar a un entrenador contrastado como Klopp daba muchas esperanzas. Sin embargo, a las primeras de cambio, ya ha encontrado un problema que no le gusta ni un poco.

El Liverpool perdió por primera vez con Klopp como técnico este domingo ante el Crystal Palace en Anfield. La imagen de los 'reds' no fue buena, les costó crear juego, no tuvieron demasiadas ocasiones y no se puede decir que la victoria del Palace fuera injusta. Pero a Klopp le molestó un detalle de la que ahora es su afición: "El gol [del 1-2] fue en el minuto 82 y vi a mucha gente abandonar el estadio. Me di la vuelta, observé a mi equipo y me sentí muy solo en ese momento. Pero del minuto 82 al 94 se pueden marcar ocho goles si quieres y tenemos que trabajar por ello. Me sentí muy mal porque no era necesario irse así", dijo el técnico.

"Minuto 82 y final del juego. Pero no estoy decepcionado, sino que los aficionados tuvieron sus razones para hacer eso. Puede que sea más fácil salir del estadio cuando aún quedan diez minutos de juego. Tenemos que aprender que nosotros decidimos lo fuerte que estamos, lo cansados que estamos, lo despiertos que estamos... Nosotros somos responsables para que nadie salga del estadio ni un minuto antes del pitido final, porque puede pasar de todo. Eso es lo que debíamos mostrar y no lo hicimos. No quiero discutir, todo va bien, pero podemos hacerlo mejor, hoy y en general", finalizó el alemán.

El exentrenador del Borussia Dortmund dice no estar decepcionado con la afición, sino con ellos mismos. Es decir, si sus jugadores hubieran dado lo máximo durante los 94 minutos que duró el partido, ningún aficionado habría tenido motivos para dejar Anfield antes de tiempo. Klopp es un entrenador verdaderamente pasional, es una de sus principales virtudes y a la vez puede ser uno de sus defectos. Todo le llega al corazón y por eso es muy posible que encaje de maravilla en un club tan sentimental como el Liverpool.

Pero le va a costar. Si el Liverpool no ha ganado la Premier League jamás es por algo más profundo que un problema de jugadores o de entrenadores. Va más allá. Klopp también tiene que entender cómo es la situación del Pool. Se ha encontrado con una grada que es considerada una de las mejores del mundo, una de las que más anima, más fieles, más cariñosas con sus jugadores y técnicos... pero que lleva más de 20 años teniendo una decepción tras otra en Inglaterra y cuando algo se tuerce, rara vez tiene ya fe en que se resuelva la situación.

Klopp se ha acostumbrado a la bondad de la afición en Alemania, sobre todo a la del Borussia Dortmund. Para los 'borusser' es algo similar a un dios, ya que los ha llevado a ganar dos Bundesligas consecutivas y una de ellas, con un doblete con la Pokal. Ni siquiera el curso pasado, cuando el Dortmund empezó tan mal que estuvo varias jornadas como colista, los seguidores mostraron ningún reproche hacia su entrenador. Ese amor incondicional solo se consigue a través del tiempo, de los resultados y del carisma. Lo último lo tiene Klopp, y mucho. Las dos primeras cosas dependen del futuro.