Mourinho no encajó bien perder el primer título del año y lanzó su premio a la grada

“El mejor equipo perdió y el equipo más defensivo ganó”. José Mourinho, tras perder 1-0 ante el Arsenal en la Community Shield, primer título de la temporada, realizó una serie de gestos que engrandecen su particular manera de enfrentarse a la derrota. No sólo por sus declaraciones, sino por evitar cruzarse con Arsene Wenger -algo en lo que estaban de acuerdo ambos técnicos- para no felicitarle (lo hizo con todos los jugadores) y por lanzar su medalla de subcampeón al público que veía el partido en la grada de Wembley.

El pasado mes de abril y antes de un Arsenal-Chelsea, el entrenador portugués afirmó que Wenger no era “rival” para él. Sus duelos, hasta ese momento, eran de siete victorias y cinco empates favorables a Mourinho. Horas después de esas palabras sumaría un nuevo empate. Al choque de este domingo, por tanto, se llegaba con la imbatibilidad de Mou… a la decimocuarta se acabó la racha. Quizás, ahora, sí sea “rival” para el preparador de los blues. O no, a tenor de lo que significa para él el trofeo conquistado este domingo, el cual tiró a la grada justo antes de entrar por el túnel de vestuarios y la recogió un joven aficionado del Arsenal de 10 años llamado Bobby Gill. Un gesto -aunque sea con buenas intenciones hacia el aficionado- poco respetuoso hacia esta competición en la que juegan el ganador de la Premier y de la FA Cup.

"Es la medalla del perdedor. Es un buen recuerdo para él", dijo el portugués a la televisión inglesa tras el choque. "No guardo las medallas que gano, así que no sé por qué voy a guardar las que me dan cuando pierdo", explicó Mourinho.

Desde que Mourinho regresó al Chelsea, el conjunto de Stanford Bridge suma una Premier y una Copa de la Liga, mismos éxitos que el Manchester City de Manuel Pellegrini en estas dos temporadas. Por su parte, el “no rival” de Mou, Arsene Wenger, lleva dos FA Cup y otras tantas Community Shield.

El próximo enfrentamiento entre los dos conjuntos londinenses tendrá lugar el sábado 19 de septiembre, en casa del Chelsea, donde el año pasado se vivió el punto álgido de esta particular pugna que mantienen ambos entrenadores. Casi llegaron a las manos tras las protestas de Mou por una amarilla a Cahill tras una dura entrada sobre Alexis Sánchez, Wenger reaccionó propinando dos empujones al luso.