Raúl contra Villa: el gran duelo de los '7' de España para convertirse en el '7' de América

Al final de la vida del futbolista, los partidos especiales son muchos, porque cuantos más pasen, cuantos más juegue, más cerca estará del último, y ese día pocos quieren que lleguen. Hay muchos que optan por dejar de jugar en los clubes, en las ligas donde han sido grandes y se marchan al extranjero para probar otras experiencias y lucrarse los bolsillos. Allí, pocos días tienen un sabor tan dulce como los de antes. Se encuentran con adversarios que no conocen ni de lejos, contra equipos que no les dicen nada por historia. Sin embargo, para David Villa y Raúl González, la copa de Norteamérica se ha convertido en el partido más romántico que vayan a jugar probablemente en Estados Unidos… y de mayor rivalidad, por supuesto.

Los dieciseisavos de final de la US Open Cup, lo que viene siendo la Copa de Estados Unidos y Canadá, ha deparado un histórico (e inédito, lógicamente) New York City–New York Cosmos, un derbi sin historia, ni rencillas, ni nada por el estilo y que difícilmente con el tiempo adquiera esos matices que convierten a los partidos entre equipos de una misma ciudad en la salsa del fútbol. Pero ese enfrentamiento entre el Cosmos y el City depara un precioso Villa-Raúl que era poco probable que se produjese de otra forma.

Esto es así porque el City de Villa disputa la Major League Soccer, la principal liga por ingresos, expectación y calidad, y el Cosmos se encuentra incluido en la NASL, la segunda competición norteamericana, las cuales no tienen mucho que ver entre sí, salvo que ambas están intentando desde hace tiempo crecer trayendo a sus torneos a grandes estrellas del fútbol mundial, como Lampard y Senna. Sólo podía ser en la US Open Cup donde la suerte (o alguna que otra bola caliente) deparase este encuentro entre los dos sietes de España.

Y será bonito porque la relación entre ambos, sin que ninguno lo llegase a confirmar, fue absolutamente paralela, fría. Fueron dos caminos que durante poco tiempo se cruzaron y un día dejaron de encontrarse: uno fue hacia la gloria de la Selección y del Barça, y otro hacia el final eterno de su carrera. Al principio, fue Raúl el que parecía que cerraba todos los espacios en España a David Villa, que nada más llegar se tuvo que poner el 21 a la espalda y desde la sombra ir ganando importancia, galones y marcando goles a como churros. Hasta que Luis Aragonés tomó la decisión más dura y más importante que cambió el curso de la Roja.

Un día, Aragonés dio una lista de convocados y de repente, Raúl no estaba. Después de 102 partidos y 44 goles, el 7 de España desaparecía de la plantilla en la que nunca pudo ganar nada pero donde siempre era favorito para todo, teóricamente al menos. Villa sí estaba. A partir de ese momento, estaba destinado a ocupar el puesto que había dejado el excapitán de España y del Real Madrid. Y éste cogió el dorsal que llevaba en el Valencia, el 7, y lo hizo si cabe más grande de lo que lo había hecho Raúl. Villa ganó una Eurocopa y un Mundial con ese número y batió de largo el récord goleador del jugador del Cosmos.

No pudieron encajar, o al menos triunfar juntos en la Selección, y tampoco en el Real Madrid. En 2009, Florentino negoció durante muchas semanas con el Valencia para comprar el pase de David Villa, y cuando parecía todo cerrado (algunos lo dieron como oficial), algo echó abajo la negocación y al año siguiente, el Guaje se fue al Barça a ganar la cuarta Copa de Europa azulgrana, y Raúl al Schalke 04 a ganar al Copa alemana.

Tiempo después, mucho, en realidad, más de un lustro, se vuelven a ver las caras en el césped para clasificarse a los octavos de una Copa que, competitivos como son, los dos quieren ganar. Pero como en la Selección, como en el Madrid, sólo podrá pasar uno para decidir qué 7 de España se convierte en el 7 de América.