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Joseph Blatter, a un paso del abismo: el final de la "cabra montesa"
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CORRUPCIÓN EN LA FIFA

Joseph Blatter, a un paso del abismo: el final de la "cabra montesa"

Tres días antes de las detenciones, Blatter se describió a sí mismo como un animal terco: "Soy una cabra montesa que sigue hacia delante". No obstante, sus últimos días todavía tienen que ser escritos

Foto: Sepp Blatter tras su dimisión. (Reuters)
Sepp Blatter tras su dimisión. (Reuters)

Joseph Blatter parece llevar un lazo al cuello, un nudo corredizo imparable que le ha hecho renunciar: pedir un congreso extraordinario para elegir sucesor y dejar así la presidencia de la FIFA que abrazaba por quinta vez consecutiva hace menos de una semana. El cerco ha sido rápido; cayeron dos de sus vicepresidentes, varios colaboradores estrechos, y ahora, posiblemente, caiga él.

Según fuentes oficiales citadas por The New York Times, Blatter y su mano derecha, Jérôme Valcke, están siendo investigados por la fiscalía norteamericana y el FBI en un proceso anticorrupción que sigue lejos de acabar. La mención de Valcke, que habría permitido la entrega de 10 millones de dólares en sobornos a cambio de votos, habría precipitado la retirada de su jefe. Al mismo tiempo, la Interpol, a petición de Washington, ha ordenado la detención urgente de dos antiguos dirigentes de la FIFA, Jack Warner y Nicolás Leoz, junto a cuatro directivos de empresas supuestamente implicadas en la trama de corrupción.

Ahora toca guerra de nervios: según varios medios norteamericanos, la justicia espera que algunos detenidos cooperen para incriminar a Blatter. Otra pieza clave del proceso ha sido Chuck Blazer, Mister 10%, supuesto informante del FBI cuya confesión a las autoridades en 2013 ha podido ser el pilar central de la operación. Dicha confesión ha sido revelada por las autoridades, pero en el momento de la redacción de esta noticia todavía no ha sido publicada.

Presiones

La presión le ha llegado a Blatter de todas partes. En su contra tenía a los Gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido y Francia; a la UEFA y a los sponsors más importantes: Castrol y las aerolíneas Emirates dijeron que no renovarían los contratos. Coca-Cola, Budweiser, McDonald's, Visa y Adidas, que patrocina el balón oficial del Mundial desde 1970, han saludado la renuncia. “Damos la bienvenida al compromiso de la FIFA con el cambio”, ha dicho Adidas en un comunicado. “Este es un paso significativo hacia la reconstrucción de la confianza pública, pero queda más trabajo por delante”, ha declarado Visa. A su favor estaban las federaciones de fútbol española y francesa, nombres como el futbolista Pelé y el presidente de Rusia, Vladímir Putin, que no ha dudado en acusar a Estados Unidos de lanzar la operación para minar el Mundial de Fútbol de Rusia 2018.

Este señor gris y encorvado, nacido en un pueblo de los Alpes suizos hace 79 años y que empezó vendiendo fruta en los mercadillos locales con una carretilla, se ha ganado reputación de superviviente político. De señor esquivo a la manera de un capo astuto, siempre rodeado de suciedad pero impecable, paciente y determinado. Tres días antes de las detenciones, Blatter se describió a sí mismo como un animal terco: “Soy una cabra montesa que sigue hacia delante, hacia delante, hacia delante. No me pueden parar, simplemente sigo hacia delante”, dijo en referencia a su quinta candidatura como presidente.

¿Y ahora qué?

No obstante, los últimos días de Blatter siguen por escribir. Existen varias posibilidades: Blatter podría quedar al frente de la organización para pilotar el cambio hasta la celebración del congreso para elegir sucesor, entre el próximo diciembre y marzo de 2016. Los contendientes también han reaccionado a la dimisión. “Creo que es el movimiento correcto de Sepp Blatter”, ha dicho el príncipe Ali Bin al Hussein, candidato a la presidencia derrotado por el suizo elpasado viernes: “Estoy a la disposición de todas asociaciones nacionales que quieran un cambio, incluidas aquellas que tienen miedo de hacer un cambio”.

Cabe la posibilidad de nombrar a alguien como Sunil Gulati, el presidente de la federación en Estados Unidos: limpio de cargos y adversario de Blatter. O a un gestor que venga de fuera y que no tenga nada que ver con la FIFA. En los últimos años ha habido propuestas para reformar el sistema de votación, limitar el número de mandatos e incluir en la cúpula observadores externos. Transparencia Internacional ha recomendado una investigación independiente, dado que los directivos del organismo “ya no son creíbles”, y la Comisión Europea pidió una rápida reforma de la FIFA para restaurar el honor del fútbol.

El antiguo jefe de seguridad de la FIFA, Chris Eaton, propuso el año pasado crear una Comisión de la Verdad para limpiar la federación. Un órgano al estilo de los que dirigen la transición democrática en un país dictatorial; que investigue las alcantarillas y haga desfilar por el estrado a los supuestos responsables de las atrocidades cometidas. En este caso, una trama corrupta que parece no dejar miembro sano en el ‘gobierno’ del fútbol mundial.

Joseph Blatter parece llevar un lazo al cuello, un nudo corredizo imparable que le ha hecho renunciar: pedir un congreso extraordinario para elegir sucesor y dejar así la presidencia de la FIFA que abrazaba por quinta vez consecutiva hace menos de una semana. El cerco ha sido rápido; cayeron dos de sus vicepresidentes, varios colaboradores estrechos, y ahora, posiblemente, caiga él.

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