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Para Van Gaal, reconstruir el United es una labor de tres años, impensable en España
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los 'red devils', 13 puntos en 10 jornadas

Para Van Gaal, reconstruir el United es una labor de tres años, impensable en España

El técnico holandés ha pedido paciencia para su proyecto, ya que considera que los problemas de su equipo no se curan en un año, sino que podría prolongarse tres años

Foto: Van Gaal, junto a su ayudante, Ryan Giggs (Reuters).
Van Gaal, junto a su ayudante, Ryan Giggs (Reuters).

Louis van Gaal aceptó la posición de primer entrenador del Manchester United a sabiendas de que su labor no sería sencilla. El holandés asumía al firmar ese contrato que cada medida que tomase para reflotar a un club hundido en Inglaterra sería recibida con escepticismo y un alud de críticas constantes. Todo se discute, nada se aprueba a la primera. Nadie le dijo que fuera a ser fácil y no lo está siendo, puesto que el United se encuentra con apenas 13 puntos en las primeras diez jornadas que se han disputado en la Premier League, demasiado alejado ya de la cabeza de la clasificación como para pensar que pudieran optar a algo importante. Incluso ya se empieza a dudar de manera clara que este equipo sea capaz de ocupar una de las cinco plazas europeas que otorga la liga inglesa.

Sin embargo, nadie hasta ahora se había atrevido a reconocer que para que volvamos a ver al mejor Manchester United de siempre, ese que ha ganado 13 de las últimas 22 Premier Leagues, habrá que esperar bastante tiempo. Nadie, hasta que Van Gaal salió a rueda de prensa y dijo lo que todo el mundo sabía pero que nadie se atrevía a comentar. "Me siento mal por todos, ya que tenemos 13 puntos en 10 partidos, pero estamos en un proceso de reconstrucción que podría durar más de un año, podría ser de tres años", decía el exentrenador de la selección holandesa, bronce en el pasado Mundial.

Esperar que una plantilla envejecida y cansada de ganar como la del United de repente recupere el hambre y pierda unos cuantos años de la noche a la mañana es engañarse a uno mismo. Pero en el fútbol actual manda la inmediatez, el ‘ya’, y de esa norma no escrita pero mil veces aplicada parece imposible salir. Hay muy pocos proyectos en estos años que hayan mantenido a un entrenador durante un periodo de tiempo importante sin conseguir los teóricos objetivos planteados al inicio de la relación club-entrenador. Siempre se preponderael ahora sobre el futuro, y si ahora no se hace lo que se debe, no habrá tiempo para hacerlo mañana. Es duro, terriblemente injusto, pero es así. En Inglaterra, en Francia, en Italia o en España.

Sí, en Inglaterra también es así, salvo casos puntuales de entrenadores perennes como hojas de pino. Ejemplo de esto último es Arsène Wenger, que vive del Arsenal (y viceversa) desde hace 18 años. El técnico alsaciano es el último ejemplo del romanticismo inglés, caracterizado por una paciencia a veces casi inconcebible, cuando las cosas van bien, o van mal. Esa es la teoría que dice que la culpa de que a un club las cosas le vayan mal no es culpa del entrenador, sino de diversos factores que restan competitividad y resultados a una entidad. Esos factores pueden ser los propios jugadores, sus circunstancias personales y deportivas, la situación global del club, la afición… Infinitas causas que, por norma general, se tratan de curar eliminando al entrenador.

Aquí en España, por ejemplo, no hay proyectos más allá de tres o cuatro años. Y de haberlos, tienen que tener una base sólida (es decir, un éxito) previo como aval para que un técnico pueda aguantar tanto tiempo. O sea, comparando con el caso de Louis van Gaal, esta temporada el United tendría que ganar un título o volver a clasificarse para la Champions League para que el proyecto fuera duradero. De lo contrario, si fracasase a la primera de cambio, su destino sería la destitución en un corto margen de tiempo. El caso de Jagoba Arrasate es el ejemplo de que ni siquiera un año más que aceptable hace factible que un tiempo después el crédito obtenido se agote como una moneda de un duro en una máquina tragaperras.

Diego Pablo Simeone, Paco Jémez y Gaizka Garitano son los únicos entrenadores de Primera División que suman más de dos temporadas al frente de sus equipos. El Cholo ganó la Europa League casi nada más llegar al Atlético de Madrid; Jémez mantuvo con holgura al Rayo en la máxima categoría y Garitano sólo sabe lo que es ascender y ascender con el Eibar. Es decir, son tres entrenadores exitosos. Los otros 17 equipos de la Liga BBVA han cambiado de entrenador en los últimos tiempos. Algunos porque no se cumplieron los objetivos, como fue el caso de José Mourinho en el Real Madrid o Tata Martino en el Barcelona, otros porque ambas entidades decidieron separarse, como Caparrós y el Levante. La inseguridad es la tónica en el mundo de los entrenadores españoles, está claro.Puede que en el caso de Van Gaal sea diferente. Sólo la paciencia de los directivos del United dirá si es así… aunque David Moyes puede hablar mucho de eso.

Louis van Gaal aceptó la posición de primer entrenador del Manchester United a sabiendas de que su labor no sería sencilla. El holandés asumía al firmar ese contrato que cada medida que tomase para reflotar a un club hundido en Inglaterra sería recibida con escepticismo y un alud de críticas constantes. Todo se discute, nada se aprueba a la primera. Nadie le dijo que fuera a ser fácil y no lo está siendo, puesto que el United se encuentra con apenas 13 puntos en las primeras diez jornadas que se han disputado en la Premier League, demasiado alejado ya de la cabeza de la clasificación como para pensar que pudieran optar a algo importante. Incluso ya se empieza a dudar de manera clara que este equipo sea capaz de ocupar una de las cinco plazas europeas que otorga la liga inglesa.

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