La última trampa en el fútbol: autolesionarse para dejar de hacer el ridículo en el campo

Comienza el descuento del partido. Tras noventa minutos muy igualados, uno de los equipos considera que el marcador que ha conseguido es el adecuado haciendo una simple ecuación entre esfuerzo y resultado. A partir de ese momento, llega el momento del 'teatro': calambres, problemas musculares, golpes exagerados y toda una retahíla de tretas para ganar tiempo y, así, evitar que el tanteador cambie. Por desgracia, esta situación es bastante habitual en el fútbol actual, pero el Defensor Bolívar de Perú ha ido un paso más allá: lesiones programadas para que los partidos se acaben.

La Copa de Perú se ha convertido en uno de los torneos que han perdido más peso en los últimos años, a pesar de que su propia existencia tiene un premio realmente importante: conseguir el ascenso a la primera y a la segunda peruana. Se trata de un campeonato promocional del fútbol peruano, en el que se enfrentan equipos de todo el país con el objetivo de poder jugar al más alto nivel: el campeón se gana el ascenso a la categoría de oro, mientras que el subcampeón se queda en la de plata. Disputado desde 1967, con el paso de los años ha empezado a perder prestigio, en especial este año.

La violencia del público conagresionesa rivales o a los colegiados, detener el partido por la invasión de ganado o casos de corrupción han marcado uno de los torneos más importantes del país, considerado como las granfiestadel pueblo. Y el colmo de las críticas al torneo ha llegado de la mano del Defensor Bolívar, un equipo que ha decidido parar los partidos a su antojo. El escándalo llegó en las semifinales de la Región I, cuando el conjunto de la localidad de Tumbes decidió detener el partido por su cuenta y riesgo para evitar una goleada mayor por parte de La Bocana... a través de autolesiones.

Después de que Defensor Bolívar sufrierala expulsión de dos jugadores, La Bocana goleaba con solvencia en la ida de las semifinales por 4 a 1. A falta de 20 minutos para el término del encuentro, los jugadores visitantes consideraron que había llegado el momento de que se detuviera el partido. Por ello, tres hombres-entre ellos el portero-decidieron hacerse los lesionados para que el colegiado detuviera el choque al no ser los siete mínimos exigidos para poder continuar.Pero el árbitro permitió que se siguiera jugando hasta que La Bocana firmó el quinto tanto, momento en el que detuvo el partido.

El problema no viene sólo por esta 'trampa' para evitar caer goleado y tratar de remontar en el partido de vuelta, sino que Defensor Bolívar es reincidente en esta misma temporada. Ya durante la fase de grupos del torneo, en el último choque que decidía qué equipos pasaban como primero y segundo, el conjunto de Tumbes realizaba esta treta: perdiendo seis cero y con un un golaverage de +7, decidieron hacer lo mismo para evitar que Bagua Grande les adelantara en la clasificación. Ahora, han vuelto a realizar la misma acción, pero en este caso podría acarrear sanción.

"Nosotros hemos ganado por 5-1, el partido acabó a los 28 minutos del segundo tiempo, con lo que faltaba podríamos haber hecho dos o tres goles más y sus jugadores, al saberlo,se tiraron al suelo como si estuvieran lesionados. Al quedarse con seis jugadores, el árbitro dio por finalizado el partido y nos hemos quedado con el 5-1", dijo Mario Flores, técnico de La Bocana."No es la primera vez que este equipo hace lo mismo, el miércoles iba perdiendo por 6-0 en Bagua e hicieron lo mismo. Ahora yo puedo ir a Tumbes y hacer lo mismo en el minuto 2, pero esa no es la esencia del fútbol", asegura.

De hecho, este jueves debería jugarse el partido de vuelta, pero aún continúa en el aire ante la posibilidad de que Defensor Bolívar caiga eliminado por haber fingido la lesión de varios jugadores. El Defensor Bolívar ha llevado al extremo el engaño en el fútbol, una situación que le puede salir excesivamente cara al acabar con la esencia del 'fair play'. La lamentable imagen ha dado la vuelta a medio mundo y ha provocado que el fútbol peruano se vea envuelto en una vergonzosa polémica. Sólo sus mandatarios pueden tomar medidas para evitar que el ridículo vuelva a tener lugar dentro de su balompié.