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Wenger contra Fàbregas, el jugador al que amó... pero al que no quiso de vuelta
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primer duelo tras el 'rechazo' del técnico

Wenger contra Fàbregas, el jugador al que amó... pero al que no quiso de vuelta

"No le necesitamos. Fichamos a Özil y tenemos muchos jugadores creativos". Así se justifica Wenger después de no ficharle. Ahora, se reencuentra con el 'blue' Cesc

Foto: Cesc y Wenger charlan en un entrenamiento del Arsenal (Cordon Press).
Cesc y Wenger charlan en un entrenamiento del Arsenal (Cordon Press).

Nunca jamás puede ser un partido más el que se juega en el día en que un jugador se enfrenta por primera vez al club que lo hizo un hombre, un futbolista del máximo nivel. Por mucho empeño que ponga en hablar del Chelsea-Arsenal como un encuentro más de la Premier, un derbi de Londres más, Arsène Wenger no conseguirá apartar de la mente de sus aficionados, de los fieles seguidores del equipo gunner, que Cesc Fàbregas salió del Barcelona y no fue al Arsenal, sino a un contrario, a uno de los mayores enemigos. Resultará imposible pasar por alto el recibimiento que los norteños de Londres le realizarán al que fuera su capitán. Da igual que el partido sea en Stamford Bridge, será uno de los duelos más incómodos de Cesc como futbolista.

Pero si eres del Arsenal, a Wenger hay que quererle. Hay una serie de factores que harían que el amor por el francés se vaya diluyendo como un azucarillo en una taza caliente de té inglés: dejó ir hundiéndose poco a poco a un equipo que fue durante un tiempo el único gran candidato al título para ser uno de los que podría entrar en Champions; dejó marchar uno tras otro a todos los grandes ídolos de Highbury y en su lugar tan sólo trajo jóvenes promesas que no terminan de explotar; una saga de éxitos (con la Liga de los Intocables de por medio) precedió a nueve años de sequía. Pero si hay algún hecho que cueste entender especialmente al común de los gunners es que Cesc Fàbregas, en vez de regresar a casa, se fuese al Chelsea. Mourinho le convenció.

“Fue su decisión”, decía Arsène Wenger dos días antes de visitar Stamford Bridge. Resulta evidente que si Cesc se marchó al Chelsea fue porque él lo decidió, no es sorpresa, pero la pregunta no era esa, sino por qué el Arsenal no lo contrató cuando pudo. “No le quise fichar. Fichamos a Özil el año antes; tenemos a Cazorla, Wilshere, Ramsey, Chamberlain… no le necesitamos”. Si analizamos la plantilla del Arsenal, es cierto que precisamente la posición de Cesc Fàbregas, esto es, la mediapunta, está cubierta a la perfección. A esos jugadores mencionados por el alsaciano, habría que añadir a Tomáš Rosický e, incluso, a Theo Walcott y Serge Gnabry. Pero lo que puede ser discutible es si, aun teniendo todo lo que tiene, Cesc tenía hueco o no.

Sea sí o sea no la respuesta a este último interrogante, lo único cierto y tangible es que Cesc no fichó por el Arsenal. Y también es cierto que este domingo jugará en su nueva casa contra sus antiguos compañeros. Y aunque el partido sea en Stamford Bridge, el ambiente será extraño, motivado en buena parte por los dos entrenadores, sobre todo por Mourinho, muy fan siempre de la extramotivación hacia su afición. “Nadie oirá quejas de aficionados del Arsenal si la afición del Chelsea quiere. Si 40.000 seguidres blues quieren, no se oirán a 3.000 vestidos de rojo”, decía Mourinho. Sin embargo, en algo coinciden Wenger y Mou: ambos creen que los gunners honrarán el pasado del Cesc. “No diría nacido, pero sí se ha hecho en el Arsenal. Así que supongo que los seguidores de ese club respetarán eso. El ejemplo fueron nuestros aficionados con Frank Lampard”. Esa fue la versión de Mourinho.

La versión de Wenger fue: “Espero que le den la bienvenida, no tendría por qué no ser así. Todos le respetamos”. Ambos tienen una relación espléndida con Fàbregas, aunque uno a un nivel mucho más íntimo y personal que el otro, más cercano a la simple colaboración profesional. En este último campo se mueve Mourinho, que no puede estar “más contento del momento en que decidimos traerle aquí. Su rendimiento ha sido fenomenal”. En cambio, Wenger va más lejos, mucho más. “La primera separación fue lo difícil. Después, una vez decidió irse al Barcelona, después podría fichar por cualquiera. Pero quiero creer que tanto el Arsenal como yo hemos sido una influencia muy positiva en su carrera. Cesc es un futbolista que amo, una persona que amo”. Wenger abrió su corazón, se dejó de tabúes absurdos y dijo lo que todo el mundo sabía, pero que esperaba oír de su boca. Lo que no dijo es cuánto le echa de menos.

Y más cuando Santi Cazorla ha ido perdiendo peso continuadamente en el equipo; cuando Aaron Ramsey, Mikel Arteta y Theo Walcott están lesionados; cuando Jack Wilshere sigue sin dar ese paso adelante por el que el Arsenal e Inglaterra llevan años expectantes; cuando se enfrenta al líder indiscutible de la Premier League y principal favorito al título en su estadio, ese mismo estadio del que salieron con un 6-0 la temporada pasada. Una vez empiece el partido y el balón ruede, Wenger se olvidará de que se está enfrentando a uno de tantos de sus hijos pródigos (al más querido de todos, sin duda). Pero cuando las cosas se pongan feas, echará un vistazo al campo y buscará al número 4 azul. Lo mirará con una cara de añoranza mezclada con tristeza… porque querría haberlo vestido de rojo.

Nunca jamás puede ser un partido más el que se juega en el día en que un jugador se enfrenta por primera vez al club que lo hizo un hombre, un futbolista del máximo nivel. Por mucho empeño que ponga en hablar del Chelsea-Arsenal como un encuentro más de la Premier, un derbi de Londres más, Arsène Wenger no conseguirá apartar de la mente de sus aficionados, de los fieles seguidores del equipo gunner, que Cesc Fàbregas salió del Barcelona y no fue al Arsenal, sino a un contrario, a uno de los mayores enemigos. Resultará imposible pasar por alto el recibimiento que los norteños de Londres le realizarán al que fuera su capitán. Da igual que el partido sea en Stamford Bridge, será uno de los duelos más incómodos de Cesc como futbolista.

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