Balotelli fichará por el Liverpool y llenará el vacío de Suárez: a Anfield 'le va la marcha'

El Liverpool es uno de los grandes de Europa que mejor se ha movido en el mercado de fichajes hasta la fecha. Las posiciones que tenía peor cubiertas las ha reforzado con creces con jugadores en su mayoría jóvenes y con mucho futuro o, en su defecto, con gente experimentada que conoce la casa. Sólo le faltaba una adquisición, una bomba del mercado que les sirviera como golpe de efecto tanto para el resto de sus rivales como para reforzar la moral de la afición tras la marcha de Luis Suárez al Barcelona. Y esa ‘sorpresa’ del mercado está muy cerca de producirse de manera oficial: Mario Balotelli será red a cambio de unos 20 millones de euros.

La plantilla que entrena Brendan Rodgers era ya bastante completa, como quedó patente la pasada temporada al estar muy cerca de ganar la Premier League por primera vez en 24 años. Aun así, la ausencia este curso anterior de competición europea facilitaba las cosas al entrenador al no tener a jugadores sobrecargados de partidos. Para afrontar la vuelta a la Champions League, el Liverpool contrató a tres jugadores del equipo revelación de la Liga inglesa, el Southampton. Fichó a Dejan Lovren para la defensa, a Adam Lallana para el centro del campo y a Rickie Lambert (único verdaderamente veterano de los fichajes) para la delantera. También incorporó a toda una promesa del Bayern Múnich (aunque venga del Bayer Leverkusen) como Emre Can. Completó el equipo con otro atacante, Lazar Markovic y dos laterales españoles: Javier Manquillo y Alberto Moreno.

Era evidente que el Pool necesitaba un ‘9’, una referencia ofensiva que reemplazara el papel casi insustituible del uruguayo en el once titular; que fuese un seguro de gol para el resto de sus compañeros y un líder para The Kop. Ese tendrá que ser Balotelli a partir de ahora. El chico malo por excelencia del fútbol mundial sustituirá a uno de los delanteros más castigados por parte de la FIFA. Un cromo por otro, un gran delantero quizás demasiado agresivo en ciertas ocasiones por un italiano capaz de pasear en su descapotable lanzando billetes por las calles más pobres de Manchester. Los reds cuentan con una plantilla de jugadores respetuosos y quizás algo tímidos: Balotelli aterriza en Anfield para aportar esa pizca de mala leche de la que carecía el Liverpool. Pero el club lo ficha con un salvaguarda: incluye una cláusula de conducta en el contrato por la que le sancionarán si comete alguna tontería.

Hace pocos días, el jefe ejecutivo de la Premier Leauge, Richard Scudamore, se sintió aliviado con la marcha de Luis Suárez de Inglaterra y reconoció que no lamentaba su marcha. "Es muy bueno, pero es como un accidente que esperas que ocurra. Lo que ocurrió este verano, a pesar de que era con Uruguay, fuera de la Premier, claramente afectó al Liverpool, uno de los clubes más importantes de nuestra liga", afirmaba Scudamore sobre el charrúa. "Su periodo aquí se terminó y no puedo decir que lo lamente. Creo que fue un buen negocio para el Liverpool". Sería curioso saber qué opina el máximo mandatario de la liga inglesa sobre el cambio que ha realizado el propio club del Merseyside.

Durante las últimas semanas se había relacionado al Liverpool con varios de los grandes delanteros del planeta, y finalmente fue Mario Balotelli el elegido por la directiva red. Mario no se ha caracterizado por ser una máquina goleadora desde que debutara con el Inter de Milán en la temporada 2007-08. Cierto es que hasta que fichó por el Milan, nunca había sido importante para sus entrenadores, ni para Roberto Mancini ni para José Mourinho. Tuvo que ser en este triste Milan cuando SuperMario fuera por fin indiscutible, donde pudiera ejercer de líder del equipo. En este año y medio como rossonero (su club desde niño, según ha afirmado siempre) ha anotado 30 goles en 54 partidos oficiales en todas las competiciones. Pero quedan lejos de los 31 tantos que marcó Suárez en la pasada Premier con la camiseta roja del Liverpool.

Balotelli vuelve a salir de Milán con rumbo a Inglaterra, como hiciera ya hace cuatro años. Lo hace con la exacta misma fama que le precede cada día que pasa. Nunca ha dejado de ser ese chico malo capaz de quemar su casa con fuego artificiales como de regalar 1.000 euros a un vagabundo y salvar a un niño que estaba siendo acosado. Y llega a uno de los templos más respetados del fútbol mundial, como es Anfield, donde se le recibirá con cierto escepticismo a la espera de que rebata con goles las malas expectativas sobre su personalidad. Con su venta, el Milan confirma que su renovación comienza con sacar a los jugadores que más cobran de su plantilla, evidenciando sus tremendos problemas económicos. Con las salidas de Kaká, Balotelli y Robinho, el club que preside Berlusconi se ahorra casi unos 30 millones de euros en salarios.