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El Hamburgo coge aire gracias a la 'propina' de 25 millones de su 'abuelo' millonario
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con ayuda de MICHAEL KÜHNE LLEGÓ VAN DER VAART

El Hamburgo coge aire gracias a la 'propina' de 25 millones de su 'abuelo' millonario

El Hamburgo se salvó, pero no su economía. El millonario Klaus-Michael Kühne ha donado 25 millones de euros al equipo para evitar que siga el sufrimiento

Foto: El Hamburgo se prepara para comenzar la temporada (Efe)
El Hamburgo se prepara para comenzar la temporada (Efe)

La temporada pasada el reloj del Imtech Arena estuvo a punto de quedarse sin cuerda. El Hamburgo coqueteó sin pudor con el descenso y acabó conservando la categoría ‘in extremis’. La Bundesliga podría haber visto cómo, después de 51 temporadas, el club hanseático no formaba parte de la máxima competición alemana. A pesar de caminar por un alambre que se estrechaba con el paso de las jornadas, el Hamburgo consiguió mantener el equilibrio… deportivo. En el ámbito institucional y económico el caos seguía reinando y la deuda arrastrada ya rondaba los cien millones de euros. Había que abrir el club confiando en la llegada de nuevos inversores. Y es en este escenario donde surge Klaus-Michael Kühne, un viejo conocido del Hamburgo al que no le pesa echarse la mano al bolsillo cuando se trata del club de sus amores.

A sus 77 años, Kühne ha forjado su fortuna gracias aKühne&Nagel,la mayor operadora decarga marítimay la tercera encarga aéreadel mundo. Fundada por su abuelo en 1890, se fue expandiendo a medida que compraba empresas rivales hasta tener más de mil oficinas a lo largo y ancho del planeta. Klaus-Michael aterrizó en la compañía en 1958 tras probar fortuna en el mundo de las finanzas; desde hace tres año es el presidente honorario yposee el 53,3% de la firma familiar.

La temporada pasada, el Hamburgo representó la caída de un grande que en su palmarés cuenta con una Copa de Europa (1983). En peligro estuvo el poder presumir de ser el único equipo que no ha perdido la categoría desde que, en 1962, la Bundesliga se estrenó dejando atrás los torneos regionales. Las idas y venidas que experimentó el brazalete de capitán que pasó por cuatro jugadores diferentes o el banquillo reflejaron a la perfección la inestabilidad vivida en el Hamburgo. Después de dos años llevando las riendas de la plantilla, Thorsten Fink fue despedido y su lugar lo ocupó Rodolfo Cardoso. No duró mucho el argentino que fue sustituido por Bert Van Marwijk. El técnico holandés tampoco fue la solución al problema y el último en llegar fue el actual entrenador: Mirko Slomka.

Si en el terreno deportivo han vagado sin rumbo, las cosas no han ido mejor en la parcela económica. Con la temporada acabada, la deuda del Hamburgo obligó al club a tomar medidas. Los números rojos rondaban los cien millones de euros y la única manera de sanear la maltrecha economía hanseática pasaba por abrir las puertas del club. O lo que es lo mismo, colgar el cartel de “se vende”. De esta manera, un cuarto de las acciones del Hamburgo salieron al mercado buscando inversores que reanimasen las cuentas del cuarto equipo más valioso de Alemania. Fiel a su cita con el club de sus amores, el millonario Klaus-Michael Kühne no tardó en aparecer. Y con él, su abultada cartera.

Elempresario alemán no dudó ni un segundo. En un principio puso sobre la mesa ocho millones de euros para que el Hamburgo recuperase el equilibrio económico, pero esa cifra aumentó hasta 25 con el objetivo de aliviar futuros sufrimientos. No es la primera vez que Kühne se transforma en el salvavidas de la entidad hanseática; gracias a sus intervenciones se llevaron a cabo varios fichajes hace cuatro años y se incorporó a Van der Vaart (2012). A pesar de vivir con su familia en Suiza, Klaus-Michale sigue muy vinculado a Hamburgo y no olvida sus orígenes por mucho que crezcan los números de sus cuentas bancarias: según la revista Forbes, su fortuna está entre las 120 más importantes del mundo.

“Con la ampliación de mi compromiso con el Hamburgo estoy mostrando mi confianza en la nueva dirección de la empresa con la esperanza de que los administradores sean capaces de reforzar de manera significativa al equipo”. Así describía su generosa donación Kühne cuyo apoyo económico llega sin ningún tipo de exigencia, simplemente por el amor a los colores del club de su ciudad natal.

En el Hamburgo no ocultan el agradecimiento hacia Kühne. Así se manifestaba Dietmar Beiersdorfer, el presidente de la entidad: “Estamos muy contentos por su gran compromiso y la confianza que depositó en nosotros. La ayuda viene en el momento adecuado”. Mientras, Klaus-Michael es feliz sabiendo que ha aportado su granito de arena para conseguir el objetivo que se han marcado en el Imtech Arena, regresar a Europa en tres años: “No veo mi relación con el HSV como un negocio. Soy aficionado al fútbol y estoy muy conectado con la ciudad de Hamburgo y por ello, ayudaré al club a tener éxito”.

La temporada pasada el reloj del Imtech Arena estuvo a punto de quedarse sin cuerda. El Hamburgo coqueteó sin pudor con el descenso y acabó conservando la categoría ‘in extremis’. La Bundesliga podría haber visto cómo, después de 51 temporadas, el club hanseático no formaba parte de la máxima competición alemana. A pesar de caminar por un alambre que se estrechaba con el paso de las jornadas, el Hamburgo consiguió mantener el equilibrio… deportivo. En el ámbito institucional y económico el caos seguía reinando y la deuda arrastrada ya rondaba los cien millones de euros. Había que abrir el club confiando en la llegada de nuevos inversores. Y es en este escenario donde surge Klaus-Michael Kühne, un viejo conocido del Hamburgo al que no le pesa echarse la mano al bolsillo cuando se trata del club de sus amores.

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