El sustituto del 'fracasado' Scolari pone en pie de guerra al convulso fútbol brasileño

Tras el fracaso en el recién acabado Mundial, Brasil tendrá nuevo seleccionador en breve. Y la decisión viene cargada de polémica a vueltas con el ‘jogo bonito’ que durante el siglo pasado caracterizó a la ‘canarinha’. Luiz Felipe Scolari no apostaba por ese estilo que reclama el pueblo brasileño, que cuando ha sabido que el principal candidato al puesto es un técnico similar la incendiado las redes. Carlos Dunga, que ya dirigió a la ‘verde-amarela’, es el favorito, algo que no gusta al aficionado. Y a la prensa mucho menos.

Los medios brasileños apuntan a Dunga como próximo seleccionador, que este martes ya podría conocerse de manera oficial, y los aficionados han estallado, al tratarse de un técnico que ya demostró que lo suyo es organizar equipos y no dar rienda suelta al talento del futbolista. El hashtag ‘#xodunga’ (aléjate Dunga) se encuentra entre los principales en todo el país desde que se supo que Dunga puede ser el sucesor de Scolari.

Dunga fue seleccionador de Brasil entre 2006 y 2010. Su principal misión era hacer campeón del mundo al seleccionado sudamericano en Sudáfrica 2010. Fracasó. Ni siquiera pasó de cuartos de final, siendo Holanda el verdugo al imponerse por 2-1. En África triunfóel ‘jogo bonito’ de la Roja, mientras el juego de Brasil fue criticado sin piedad por los medios brasileños. Su apuesta futbolística no tenía nada que ver con el tradicional sello de identidad brasileño y por ello ahora su candidatura es tan censurada, tanto por prensa como aficionados.

Como jugador lo fue todo con Brasil, un líder en toda regla, recogiendo como capitán el trofeo de campeón en el Mundial de Estados Unidos (1994). Sin embargo, su primera experiencia como entrenador fue precisamente al frente de la selección. Tras el Mundial de 2010, estuvo un año en el Internacional de Porto Alegre. Poca experiencia en los banquillos y fracaso en la primera porque para Brasil sólo vale ganar el Mundial. Por ello, que regrese al frente de la ‘canarinha’ no es entendido por el aficionado brasileño.

En Brasil no se olvida que cuando se puso al frente de la ‘Seleçao’, poco a poco fue prescindiendo de los futbolistas con más talento de la época. Para empezar, no convocó para el Mundial de Sudáfrica a Ronaldinho y no escuchó a los que le aconsejaron que se la jugara con los jóvenes como Neymar y Ganso. Por el contrario, Dunga apostó un estilo en el que la fortaleza defensiva era el primer mandamiento. “Renunciar al ‘jogo bonito’ no es parte de mi estrategia, pero también es bonito tener un equipo organizado. Lo admiramos en el baloncesto y en el voleibol, ¿por qué no en el fútbol? Una selección, además de brindar espectáculo, tiene que ser ganadora”, dijo para explicar su modelo.

Hay que recordar que cuando la selección abandonaba el país para afrontar el Mundial de Sudáfrica, se pudo ver una pancarta con el mensaje ‘Dunga, burro’ que un aficionado le dedicó. Sócrates, uno de los grandes jugadores de la historia de Brasil, llegó a decir que “el equipo que ha llevado a Sudáfrica es un porquería, agrede a la cultura brasileña”.

Las relaciones con la prensa fueron realmente complicadas en aquella época y por eso ahora los medios lo recuerdan, con el fin de presionar en la medida de sus posibilidades a la Confederación Brasileña de Fútbol. El equipo vivía aislado del mundo con Dunga, y el contacto de los jugadores con la prensa era casi inexistente.

Sus relaciones con los jugadores, por otra parte, no fue la mejor cuando llegó la hora de la verdad en Sudáfrica. Dunga impuso un régimen militar, en el que los jugadores estuvieron recluidos durante un mes en un hotel sin apenas tener contacto con el mundo exterior. Aunque durante su trayectoria Brasil ganó una Copa América (2007) y una Copa Confederaciones (2009), cuando llegó la hora de la verdad en el sur de África, el fracaso fue evidente. Dunga renunció al cargo de inmediato.