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Morata luchará con Tévez y Llorente por la continuidad que nunca tuvo en el Madrid
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Morata luchará con Tévez y Llorente por la continuidad que nunca tuvo en el Madrid

La llegada de Morata a Turín ha causado furor. Conte y Agnelli lo apreciaban más que en Concha Espina; pero tendrá que luchar para jugar con continuidad

Foto: Morata posa junto Marotta con su nueva camiseta (Juventus.com).
Morata posa junto Marotta con su nueva camiseta (Juventus.com).

La llegada de Morata a Turín ha causado furor. No porque los turineses aficionados a la Juventus conozcan en profundidad al madrileño ni sus números con la camiseta del Real Madrid, sino porque precisamente llega a la Juve después de vestir de blanco. Proceder del campeón de Europa genera un caché casi insuperable. Bien es cierto también que Álvaro ya venía siendo relacionado con la Vecchia Signora desde mucho antes que Sergio Ramos encarrilara la Décima para los merengues. Conte y Agnelli lo apreciaban probablemente más de lo que jamás lo apreciaron en Concha Espina; pero ahora llega al Juventus Stadium sin Conte, sin su gran valedor.

Nada más firmar su contrato con la Juve, Massimiliano Allegri fue interrogado por Álvaro Morata y la posibilidad de que llegase a su nuevo equipo. No dudó en afirmar que “tiene potencial para convertirse en un gran jugador”, dando a entender que su incorporación le parecía correcta y acertada. El técnico toscano cuenta con él y lo empezará a conocer nada más incorporarse a los entrenamientos de la ciudad deportiva de Vinovo, donde ya están trabajando los otros tres atacantes bianconeri.

La incorporación de Allegri al cuerpo técnico de la Juventus puede ser igualmente positiva y negativa para Morata. Comencemos por el punto de vista más alegre para el delantero. Con Antonio Conte no existía ni la más remota duda de la titularidad de la pareja Fernando Llorente-Carlos Tévez. A partir de la recuperación física del riojano tras su “año de vacaciones” en el Athletic Club, ese tándem funcionó a la perfección y acabó como el mejor dueto del calcio con 34 goles anotados entre los dos. Ambos acabaron con la competitividad de Vucinic, Quagliarella y Giovinco. Ahora, con el exentrenador del Milan en el cargo, tanto el Apache como Llorente tendrán que convencerlo y partirán de cero, puede que incluso al mismo nivel que el propio Morata.

En cambio, lo que jugará en contra del recién llegado será la exigencia que tendrá sobre sus hombros Allegri de triunfo, de continuar con la senda victoriosa que abriera Conte en 2012 con su primer Scudetto. Pocos tifosi juventini confían en él como el reemplazo del que ha sido su líder en estas temporadas de éxitos, y tendrá que convencerlos de su adecuación al puesto sobre el campo. Necesitará victorias desde el primer momento y, aunque tendrá la mejor plantilla de Italia de nuevo, eso no le garantizará ser el mejor equipo de la Serie A. Una vez que Allegri encuentre su once, es muy probable que sea casi inamovible para lograr el mayor número de victorias. Las rotaciones, tan habituales (y casi naturales) con Conte, podrían desaparecer.

No obstante, Allegri aún tiene que encontrar el sistema que más se adapte a sus ideas y a los jugadores que tendrá. A la espera de que se confirme alguna salida, como las de Pirlo, Vidal o Pogba (que serían traumáticas para club y afición), la lógica apunta a que mantendrá el 3-5-2 que implantó Conte porque ha demostrado ser el adecuado para sacar lo mejor de cada jugador. Pero esa táctica no ha sido prácticamente nunca la elegida por Allegri en su carrera. Lo intentó durante el pasado curso en el Milan, pero no tenía jugadores para ello y fracasó. Finalmente optó por el 4-3-2-1, el más implementado hasta que fue destituido. Con Kaká recuperó la figura del trequartista más puro, siendo generalmente acompañado por Valter Birsa en esa zona, dejando en la punta a Balotelli. Atrás, Montolivo, De Jong y Muntari eran casi fijos.

Pero claro, acaba de entrar a un club nuevo y la posibilidad de variar es tremenda. Podría jugar con un punta, como hacía en el Milan, y sería entonces la peor posibilidad para Morata, porque si necesitase Allegri un ‘9’ titular, ese sería de largo Tévez. Pero si jugase con dos, manteniendo el estilo de Conte, las posibilidades de Morata crecerían. Podría ir entrando poco a poco en los planes de su entrenador y quién sabe si se ganaría un puesto a lo largo de la temporada. Todo depende también del gusto que tenga Allegri por Sebastian Giovinco. El pequeño delantero es un ídolo de la afición por ser turinés y canterano, pero acabó jugando muy poco la temporada pasada.

Aun así y pese a las complicaciones comunes, Morata abandona un grande para irse a otro grande. Allí, en la capital piamontesa y bajo la sombra de los Alpes, espera tener las oportunidades que ni Mourinho ni Ancelotti le pudieron garantizar en la ‘Casa Blanca’. Nunca encadenó en Madrid dos titularidades consecutivas y si en la Juve tiene continuidad, podrá hacer ver que es el delantero que tanto prometía en la fábrica merengue.

La llegada de Morata a Turín ha causado furor. No porque los turineses aficionados a la Juventus conozcan en profundidad al madrileño ni sus números con la camiseta del Real Madrid, sino porque precisamente llega a la Juve después de vestir de blanco. Proceder del campeón de Europa genera un caché casi insuperable. Bien es cierto también que Álvaro ya venía siendo relacionado con la Vecchia Signora desde mucho antes que Sergio Ramos encarrilara la Décima para los merengues. Conte y Agnelli lo apreciaban probablemente más de lo que jamás lo apreciaron en Concha Espina; pero ahora llega al Juventus Stadium sin Conte, sin su gran valedor.

Álvaro Morata
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