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Vicios y virtudes de Pep Guardiola: un año de récord no tan plácido
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EL CONTROL DEL TÉCNICO HA SIDO EXTREMO

Vicios y virtudes de Pep Guardiola: un año de récord no tan plácido

Dentro del campo, el santo y seña de Guardiola ha sido el fútbol de toque y fuera, su extremo control que le ha llevado a vivir alguna tensa situación

Foto: Pep Guardiola observa a sus jugadores durante una sesión de entrenamiento (Efe).
Pep Guardiola observa a sus jugadores durante una sesión de entrenamiento (Efe).

Pep Guardiola ha conseguido lo que nadie había logrado hasta el momento: hacer al Bayern campeón de la Bundesliga en pleno mes de marzo. Un récord histórico que condena al resto a hacer una gesta que ya roza la palabra imposible. El de Sampedor soñaba con ganar un título con el club bávaro y lo ha conseguido antes que nadie. El título llegó en Berlín después de vencer al Hertha (1-3) y aunque no se vio el tradicional baño de cerveza, sí hubo tiempo para “disfrutarlo un poco; estoy contento por haber ganado. Daba igual cuándo, lo importante era el título”. Con él en el bolsillo, hay un par de records más que Guardiola ha marcado en la hoja de ruta de sus chicos: ser el equipo que menos goles reciba (el récord está en 18 y el Bayern tiene 13) y acabar el campeonato sin perder, algo que nadie ha conseguido. Pep sabe que puede lograrlo con su fútbol de toque, santo y seña del catalán dentro del campo porque fuera lo ha sido su extremo control.

“Es muy perfeccionista”. Matthias Sammer, director deportivo del Bayern de Múnich, supo definir a la perfección al entrenador del equipo. Algo que se pudo apreciar desde el primer momento en el que puso un pie en el Allianz Arena. Pep Guardiola desató la ilusión de una afición a la que ya sorprendió en su presentación: el que fuera entrenador del Barcelona dio aquella rueda de prensa en un alemán casi perfecto. Amante de los detalles y de la perfección, Guardiola aprendió el que iba a ser su nuevo idioma durante su año sabático en Nueva York. No utiliza el español ni con sus compatriotas: si hay alguien alrededor, siempre se dirige a Thiago y a Javi Martínez en alemán. Un día después de haber levantado el título, los elogios se le acumulan y Der Spiegel le define como “dominante, soberano, desenfadado, elegante y fresco”.

A pesar de las dudas y críticas iniciales, de lo que costó que cuajase su visión del fútbol, de la herencia envenenada de Heynckes o de la reticencia externa a los cambios que ha ido introduciendo en el Bayern como apostar por jugar con un falso ‘nueve’, el conjunto bávaro vuelve a ser referencia en Alemania y Europa. Después de proclamarse campeón, Guardiola aseguraba que han tenido que “trabajar día a día. En una Copa puedes limitarte a jugar cuatro partidos bien y ganas, pero esto es trabajo duro”. Tras aterrizar en Múnich, Pep no tardó en ponerse manos a la obra. Tal y como ha informado Sport Bild, instaló un circuito de cámaras cerrado en los campos de entrenamiento para grabar cada una de las sesiones y hacer evaluaciones individuales de sus jugadores.

Los vídeos han sido una constante en la carrera de Guardiola al frente del banquillo. Así es como decidió situar a Götze como falso ‘nueve’: solicitó vídeos del partido que el delantero alemán había disputado con su selección contra Kazajistán en marzo del año pasado. Los vídeos no sólo le han servido para tomar decisión, el objetivo primordial es la preparación de cada contienda. Ahora las sesiones pre-partido pueden durar más de 45 minutos y hay hasta cuatro antes de cada encuentro, algo que llega a agotar a la plantilla y que no es nuevo. En 2009 Guardiola diseñó un Barcelona que era una máquina de ganar. Competición a competición fueron sumando victorias hasta levantar seis títulos y el Mundial de Clubes fue la guinda. La hazaña estaba tan cerca que se convirtió en auténtica obsesión y Guardiola llevó el trabajo mental al límite. Muchos apuntan a este agotamiento como el principio del fin de los días de vino y rosas en el vestuario del Camp Nou.

Estas meticulosas charlas han sido una de las razones por las que Pep ha tenido sus más y sus menos con los conductores del equipo. Tal y como informa Sport Bild, Sandra König y Michael Lauerbach poco han podido hacer para evitar que el equipo llegue tarde al Allianz Arena varias veces. No son los únicos que han ‘sufrido’ a Guardiola. Mientras el equipo se preparaba para la segunda vuelta en Doha, ordenó que Schweinsteiger se integrara en la rutina del equipo a pesar de estar tocado y de las reticencias de los fisioterapeutas del equipo. Probablemente, la discusión más sonada fue la que mantuvo con Hans-Wilhelm Müller-Wohlfahrt. Guardiola pretendía que el médico del club pasara consulta en la ciudad deportiva… y los jugadores siguen pasando por la particular del doctor.

Y es que el de Sampedor no sólo ha querido atar en corto a los jugadores dentro del club, también fuera. Algo que ya hizo en su etapa en el Camp Nou con las famosas investigaciones de Método 3. Guardiola, a diferencia de Heynckes, ha reducido el contacto de la plantilla con los aficionados y la prensa evitando que éstos hablen con los medios de comunicación más allá de la zona mixta. El catalán luchó para convertir el vestuario en un búnker cansado de que el Bild siempre acertase sus alineaciones. Incluso se rumoreó que había llegado a dar un ultimátum a su plantilla: “El que siga filtrando se marcha”. Él, por su parte, ha seguido manteniendo las distancias y no ha variado su decisión de no conceder entrevistas fuera de la sala de prensa… a no ser que se trate de un patrocinador del Bayern Múnich. En definitiva, vicios y virtudes de un Pep Guardiola campeón que ha caído de pie en Alemania.

Pep Guardiola ha conseguido lo que nadie había logrado hasta el momento: hacer al Bayern campeón de la Bundesliga en pleno mes de marzo. Un récord histórico que condena al resto a hacer una gesta que ya roza la palabra imposible. El de Sampedor soñaba con ganar un título con el club bávaro y lo ha conseguido antes que nadie. El título llegó en Berlín después de vencer al Hertha (1-3) y aunque no se vio el tradicional baño de cerveza, sí hubo tiempo para “disfrutarlo un poco; estoy contento por haber ganado. Daba igual cuándo, lo importante era el título”. Con él en el bolsillo, hay un par de records más que Guardiola ha marcado en la hoja de ruta de sus chicos: ser el equipo que menos goles reciba (el récord está en 18 y el Bayern tiene 13) y acabar el campeonato sin perder, algo que nadie ha conseguido. Pep sabe que puede lograrlo con su fútbol de toque, santo y seña del catalán dentro del campo porque fuera lo ha sido su extremo control.

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