Mourinho en estado fuera de control justo antes de que el Sevilla gane la Europa League

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El Sevilla lo volvió a hacer. En una temporada que pintaba realmente mal, el conjunto hispalense no sólo acabó alejándose de la zona peligrosa de la Liga, sino que se acabó coronado en la Europa League por séptima vez en su historia y, de paso, logró su billete para la próxima Champions. Con Mendilibar a la cabeza, levantaron el título venciendo a la Roma en la gran final de Budapest, en un duro partido en el que empezaron por debajo en el marcador, pero empataron con un tanto de Mancini en propia puerta antes de proclamarse campeones en la tanda de penaltis.

Fue un encuentro en el que pasó de todo. La Roma salió mejor, muy bien cerrada atrás, pero el Sevilla no se rindió en ningún momento. Sabiendo sufrir y aguantar cuando peor pintaba el asunto con el gol de Dybala, en la segunda parte fue a por el partido y obtuvo su justo premio con el empate. El Sevilla es el claro dominador histórico de la Europa League y ni siquiera José Mourinho fue capaz de impedirlo.

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Manuel López

El técnico portugués partía con la experiencia que sólo te dan las finales europeas. Con dos Champions League, dos Europa League y una Conference a sus espaldas, Mourinho nunca había caído cuando había logrado plantarse en el duelo por el título de una competición continental... hasta que se cruzó con el Sevilla.

El enfado de José Mourinho

Durante todo el partido se pudo ver a Mourinho en estado puro. El técnico portugués, tal y como acostumbra, estuvo muy activo desde la zona de área técnica, protestando cada decisión del árbitro de la final. El portugués, de hecho, fue el gran protagonista en una acción al borde del final de la segunda parte de la prórroga, cuando la final ya se encaminaba a los penaltis.

La experiencia es un grado, y Mourinho quería a toda costa que llegaran los lanzamientos desde los once metros para que la Roma se llevara el título. El entrenador protagonizó un rifirrafe que acabó convirtiéndose en una multitudinaria tángana entre los banquillos de ambos equipos en la que tuvieron incluso que sujetar al técnico. Fue el árbitro Anthony Taylor el que tuvo que acabar poniendo paz en una tensa final que se acabó llevando el Sevilla.

El entrenador luso acabó agradeciendo el multitudinario apoyo que recibió durante toda la jornada de los hinchas de la Roma y felicitando al Sevilla. De hecho, otra de las imágenes que dejó la final cuando acabó fue el cariñoso abrazo que Mourinho le dio a Mendilibar por el título.