Pellegrini-Mourinho, la rivalidad de "equipos grandes" que se reencuentra en Europa
El chileno y el portugués, sucesor uno de otro en el Madrid, se vuelven a cruzar en la Europa League, donde el Betis y la Roma, a priori, se disputarán la primera plaza del grupo C
Las palabras retumbaron en la sala de prensa como el sonido de una flecha. Siempre es complicado determinar quién empezó una discusión, pero en esta ocasión estaba claro. Fue él; fue José Mourinho. Desde que llegó a España, Manuel Pellegrini fue un caballero. Una persona que siempre apeló a esos eufemismos que detesta el luso, cuyo carácter volcánico no encontró respuesta en el chileno.
"A mí no me va a pasar lo mismo que a él. Si me echan, no voy a entrenar al Málaga, sino a un equipo grande de la Premier o de Italia". Esta fue la respuesta de Mourinho ante la insistencia de la prensa por compararlo con Pellegrini. Un ataque gratuito a un tipo que se defendió con el señorío que siempre ha manifestado: "Estoy orgulloso de entrenar al Málaga".
Aquellas declaraciones no abrieron una guerra dialéctica, por más que Mourinho se encuentre muy cómodo en ellas. Ni José era Bilardo ni Manuel era Menotti. Ese Málaga, por más que el jeque hubiera derrochado millones, estaba lejos del Real Madrid. No era Pellegrini el que veía gigantes en los molinos.
Las gafas de Florentino
La sonrisa se le vio a Pellegrini en la temporada 2011/12. Tras salvar al equipo el año anterior del descenso, lo metió en Champions. Una clasificación para la que fue importante el empate que logró en el Bernabéu (1-1) frente a Mourinho. Santi Cazorla mandó el balón a la escuadra de Iker Casillas. No sé si Mou pensará que la Copa de Europa es para equipos grandes. O para los pequeños.
Florentino Pérez se quedó atónito y se subió las gafas. En plena entrevista en televisión, el presidente del Real Madrid se enteró de la decisión de Mourinho de sentar a Casillas. Santo. Líder. Afortunado. La insignia de los blancos estaba en el banquillo. Esto, unido a un estelar Isco, le dio a Pellegrini su primera victoria ante el portugués (3-2).
El sol de Madrid y de Málaga fue cambiado por la lluvia de Londres y la de Manchester. Pellegrini era el campeón de la Premier League cuando Mourinho regresó al Chelsea con la intención de no darle la razón al refrán: las segundas parte nunca fueron buenas. Efectivamente, al luso no le fue bien en ese periplo londinense.
El mejor de los perdedores
Las declaraciones de Mourinho no quedaron en absoluto fuera de lugar, porque, tras la experiencia en Madrid, se marchó a un equipo Champions. En su regreso, ganó la Premier. Precisamente, el City de Pellegrini fue segundo. Ya no había batalla dialéctica, pero sí una guerra deportiva en la que casi nunca fue superior el chileno.
Ser segundo nunca está de más. El mejor de los perdedores. Nada más. Siempre es preferible un premio de consolación a no tener nada. Esto era preferible no comentarlo ante Luis Aragonés. Ya saben: del subcampeón no se acuerde nadie y esas cosas.
Ahora llega un nuevo enfrentamiento entre ambos en la Europa League, al frente del Betis y de la Roma respectivamente. El equipo grande lo determinará clasificación, porque Pellegrini tiene equipo para pelear la primera plaza. Entonces la pregunta será: ¿son los verdiblancos un equipo pequeño?
Las palabras retumbaron en la sala de prensa como el sonido de una flecha. Siempre es complicado determinar quién empezó una discusión, pero en esta ocasión estaba claro. Fue él; fue José Mourinho. Desde que llegó a España, Manuel Pellegrini fue un caballero. Una persona que siempre apeló a esos eufemismos que detesta el luso, cuyo carácter volcánico no encontró respuesta en el chileno.