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El Sevilla cumplió su palabra: juega finales, las gana y ahora es grande entre grandes
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IGUALA A LIVERPOOL, JUVENTUS E INTER DE MILÁN

El Sevilla cumplió su palabra: juega finales, las gana y ahora es grande entre grandes

En 8 años ha ganado este torneo tres veces. Se ha subido este equipo al podio de grandes de Europa, y se iguala con la Juventus, el Inter y el Liverpool

Foto: El Sevilla volvió a tocar el cielo europeo en Turín, tras una tanda de penaltis perfecta.
El Sevilla volvió a tocar el cielo europeo en Turín, tras una tanda de penaltis perfecta.

El Sevilla es así, el Sevilla juega las finales y las gana. Lo dijeron el día anterior sus jugadores, lo avisaron. Y pasó. El Sevilla acaba de proclamarse campeón de la UEFA Europa League al doblegar en los penaltis al Benfica. En ocho años ha ganado este torneo tres veces. Tres.Se ha subido este equipo al podio de los grandes de Europa, y a partir de ahora compartirá mesa con Juventus, Inter y Liverpool, los equipos que han repetido gestas por tres veces.

El uno de agosto del pasado año iniciaba el Sevilla el recorrido europeo y lo termina ahora, en la orilla del oro. Atrás dejó un montón de sangre y con el cuerpo lleno de cicatrices. El Benfica, que sacó pecho y mentón, no pudo con este equipo de hombres, un equipo de corazón, que jamás se rinde, que nunca da un balón por perdido, que llora de puro orgullo, un equipo que nunca vuelve la cara y deja las tiras de pellejo en cada acción. El equipo que nunca se rinde, como dice el himno del Centenario, ese que pone los vellos de punta y que casi se sabe el mismo Michel Platini, presidente de la UEFA, y el propio Príncipe de Asturias, que ha visto ganar las tres veces al Sevilla y ama, lo sé, los colores rojiblancos.

Resulta curioso que uno de los héroes del partido, Beto, portugués, prolongase la maldición agónica a este Benfica, un equipo bragado pero que volvió a morir en la orilla. Beto se abrazaba emocionado a otro portugués, Daniel Carriço, y ambos lloraban como los soldados que llegan indemnes tras una dura balacera.

El Sevilla, equipo casi nuevo, con 14 jugadores novatos, ha tenido una larga travesía, ha salvado una infinidad de obstáculos, trampas vietnamitas, huracanes y barrizales entre cenagales de veneno. Un Sevilla que sintió la mano de Don Bosco, el santo turinés tan arraigado a la ciudad hispalense. Pepe Castro, el presidente del club, utrerano, jugó a ser futbolista en los patios de los salesianos del pueblo y se emocionó cuando visitó la Casa Grande de la Congregación. Don Boscó le sonrió. Y José María del Nido Carrasco, el vicepresidente, el hijo mayor del otro Del Nido ausente, se acordó de su padre y apretó los puños. Los corazones se vinieron arriba, como todos los sevillistas.

No importó que el Benfica dispusiera de momentos. El balón no entraba. No podía entrar. Este Sevilla está bendecido en Europa y caminó recto desde el verano pasado. Y fueron cayendo, uno a uno, rivales de envergadura y postín. El Sevilla, agarrado al drama, con los dientes tensos, ha volado por encima de las espinas y muros. Un equipo cuajado de héroes, gente que no quiso soñar y sí dar un golpe sobre la mesa. Lo dijo en la víspera Ivan Rakitic, el capitán de esta tropa de gladiadores blancos: “Yo no sueño con alzar el título, yo quiero levantarlo de verdad”. Y eso hizo. Y cuando llevaba un rato largo con el trofeo por encima de sus hombros, miró al fortachón Fazio y le murmuró: “Cógelo tú, porque no veas lo que pesa esto”.

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M´Bia, el héroe de Mestalla, enfundado en su bandera de Camerún, miró a los Biris: “Aquí estoy yo, general o sargento, que da lo mismo: sevillista”. Y le respondieron a sus órdenes. Vitolo, en su bandera de Grancanaria, Coke gritando al viento para tratar de creérselo todo, buscando a su amigo Juan Cala, el sevillista de Lebrija que se marchó en invierno a Cardiff, pero que estuvo en Turín para ser uno más de los 15.000 amigos de blanco y sangre. Lo mismo que Antonio Luna (Aston Vila), o Palop o Enzo Maresca, héroes de las otras copas.

Los políticos de polos apuestos del sur: la socialista Susana Díaz (presidenta de la Junta y bética), Antonio Zoido (alcalde de Sevilla y sevillista). Ambos aparcaron todo y dedicaron una sonrisa a la victoria.

Todos estuvieron presentes, incluso los ausentes que siempre están: Antonio Puerta, el hombre que desde el tercer anillo se abrazó a su amigo Jarque. Los dos estuvieron también. Nico Pareja, héroe en Turín, se puso una camiseta con el 21 del Espanyol, su amigo que estuvo a su lado. Fede Fazio agarró al 16 del Sevilla. La historia estuvo con ellos, con este equipo que se ha hecho grande a base de sufrimiento. Un equipo que nunca agacha la cabeza, que mira de frente y da siempre un paso más que nadie. Un equipo que ríe en el sufrimiento. Y nunca se rinde. No sabe. Sevilla espera. No dormirá para recibirlos.

El Sevilla es así, el Sevilla juega las finales y las gana. Lo dijeron el día anterior sus jugadores, lo avisaron. Y pasó. El Sevilla acaba de proclamarse campeón de la UEFA Europa League al doblegar en los penaltis al Benfica. En ocho años ha ganado este torneo tres veces. Tres.Se ha subido este equipo al podio de los grandes de Europa, y a partir de ahora compartirá mesa con Juventus, Inter y Liverpool, los equipos que han repetido gestas por tres veces.

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