Los sapos y culebras que ha tragado Luis de la Fuente hasta llegar a la final contra Inglaterra
Luis de la Fuente cambia las críticas por los elogios y antes de que se juegue la final de la Eurocopa contra Inglaterra envía mensajes en los que suelta el dolor que ha acumulado
Antes de que se juegue la final de la Eurocopa entre España e Inglaterra, con el foco puesto en cómo ha cambiado las críticas por los elogios, Luis de la Fuente pide a los que se han equivocado juzgando su capacidad para ser el seleccionador de la absoluta que "tengan la valentía de pedir perdón". Así lo ha dicho en una entrevista en Cuatro, en la que él se pone como ejemplo de haber sabido rectificar cuando ha cometido un error. Se debe referir a los aplausos que dio a Luis Rubiales en la Asamblea en la que el expresidente se negó a dimitir por el caso Jenni Hermoso.
"Esto os sorprende más a vosotros que a nosotros", comentó con el pase a la final. Es la única vez que se ha escuchado a Luis de la Fuente ponerse en modo reivindicativo. Lo ha hecho tras ganar a Francia, con una sonrisa en la cara y evidentes gestos de sentirse el hombre más feliz del mundo. Le faltó ser más contundente ante la prensa y decir un "me lo merezco", como hizo Míchel en el Mundial de Italia en 1990 tras marcar tres goles a Corea del Sur y gritar con rabia para dedicárselos a sus críticos.
Luis de la Fuente se merece estar en la final de Berlín y darse autobombo. Ha superado las expectativas que había puestas en su trabajo. No hay un reconocimiento y respaldo de mayor rango que el rey Felipe VI diga que "la Selección transmite ilusión, alegría y seguridad". Hay que decir que el pueblo, la mayoría de españoles (periodistas y aficionados), dudaban de que la Selección pudiera ser competitiva y, además, practicara el mejor fútbol de la Eurocopa.
Al riojano le molestó, desde el primer día que Luis Rubiales le nombró seleccionador, que se dijera de él que no tenía experiencia en la alta competición por no haber entrenado a nivel de clubes. Era un técnico de categorías inferiores, con éxito, pero una elección de riesgo para darle el banquillo de la absoluta. La alta competición le esperaba y los pronósticos no eran los mejores. Las dudas también estaban dentro de la Federación, que revisó su contrato que finalizaba en mitad de la Eurocopa y le aplicó una renovación unilateral como alto ejecutivo. No se lo mejoró.
A De la Fuente le ha perjudicado la ausencia de carisma y liderazgo. Sustituir el perfil alto de Luis Enrique no es sencillo y ganar una Liga de Naciones, en los penaltis, no le valió para que se le viera como una garantía de llegar lejos en la Eurocopa. Ha tragado sapos y culebras hasta llegar a su momento. Jugar la final de la Eurocopa y hacerlo como favorito contra Inglaterra es un triunfo que celebra en su privacidad.
Fastidiado, pero no rencoroso
Pasa facturas en su fuero interno por todo lo que ha tenido que soportar, fastidiado de que se dijera que ha hecho convocatorias por capricho, sin ser justo con los estados de forma (Laporte, Morata, Pedri y Jesús Navas) y la extraña gestión con el caso Brahim Díaz. La pérdida del futbolista del Real Madrid no le ha ocasionado ningún daño a la Selección. Pero se podía haber mejorado la comunicación. Brahim Díaz haría todavía mejor a esta España.
La remontada de Luis de la Fuente empezó con una conjura con sus jugadores desde el primer día que empezó la Eurocopa. Los ha reforzado públicamente, poniéndolos como los mejores futbolistas y dándoles el mérito de las victorias. Un discurso generoso, agradecido y una convivencia extraordinaria en una concentración que es un remanso de paz. Los futbolistas están más cómodos con un entrenador que tiene mano izquierda y convencidos de que al fútbol se puede jugar de diferentes maneras para ser competitivos.
España jugó contra Francia el partido más completo que han hecho en la Eurocopa. Manejaron todos los registros de equipo versátil que supo sobreponerse al gol de Kolo Muani. En el primer tiempo encontraron los espacios contra una Selección considerada como infranqueable en defensa y en el segundo periodo fueron más prácticos. España se defendió con la pelota. La clave está en que los jugadores creen en la flexibilidad del estilo de Luis de la Fuente para interpretar qué interesa en cada momento del partido.
Al riojano le han comido los demonios por demostrar que estaba preparado para sacarle rendimiento al potencial de los jugadores en los que confía, con el objetivo de hacer un equipo. Pidió que le dieran tiempo. Con el cambio de la De la Fuente por Luis Enrique estaba garantizado que desaparecería la crispación, pero no que pudiera conseguir que el país se enganchara a la Selección. A falta de lo que suceda en la final contra Inglaterra, se gane o se pierda, Luis de la Fuente sale muy reforzado en la Eurocopa. No ha sido rencoroso.
Ha ido por el lado duro de la Eurocopa, tras una fase de grupos en la que la Selección no encajó ningún gol y que le cruzó en el camino de la final contra la anfitriona. Ha ganado a tres campeonas del mundo (Italia, Alemania y Francia) y le queda Inglaterra. Luis de la Fuente se ha sentido durante mucho tiempo injustamente tratado, menospreciado, pero nunca se ha quejado. Sabía la presión que tiene este cargo y las dificultades de tener éxito en un país que se apasiona con los clubes y le cuesta unirse con la Selección.
Antes de que se juegue la final de la Eurocopa entre España e Inglaterra, con el foco puesto en cómo ha cambiado las críticas por los elogios, Luis de la Fuente pide a los que se han equivocado juzgando su capacidad para ser el seleccionador de la absoluta que "tengan la valentía de pedir perdón". Así lo ha dicho en una entrevista en Cuatro, en la que él se pone como ejemplo de haber sabido rectificar cuando ha cometido un error. Se debe referir a los aplausos que dio a Luis Rubiales en la Asamblea en la que el expresidente se negó a dimitir por el caso Jenni Hermoso.
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