Por qué España enterró sus fantasmas y Nico Williams y Lamine Yamal tienen toda la culpa
El extremo del Athletic Club se echó a España a la espalda y despejó la ansiedad y el nerviosismo. De la Fuente ajustó los problemas defensivos y España aprendió una lección
España sacó el carácter competitivo y las garras para despedazar a la combativa Georgia y alcanzar los cuartos de final de la Eurocopa (4-1). El conjunto de Luis de la Fuente empezó con brío, mando y dominio total de la pelota y el espacio. La Selección Española era una máquina voraz donde todas sus bisagras estaban engrasadas y se movían con acierto y sentido, pero todo cambió cuando Le Normand se marcó un gol en propia puerta en el minuto 18. Ahí apareció el nerviosismo, los fantasmas del Mundial de Qatar y una ansiedad que España parecía tener olvidada.
Sin embargo, el gol de Rodrigo Hernández y las diabluras de Nico Williams antes del descanso devolvieron a España a la senda de la victoria. Georgia tenía el cartel de equipo revelación de esta Eurocopa junto a Austria, así como también el honor de ser una de las selecciones más divertidas. Al fin y al cabo, la calidad escaseaba en los georgianos, pero contaban con el mejor portero del torneo (Giorgi Mamardashvili), el máximo goleador (Georges Mikautadze) y un futbolista de otra época capaz de dinamitar un choque de élite absoluta en cualquier momento (Khvicha Kvaratskhelia). Además de un bloque conocedor de sus limitaciones.
España salió en tromba con unos automatismos marcados a fuego. Amplitud total con Nico Williams y Lamine Yamal, los laterales muy arriba (Marc Cucurella y Dani Carvajal) y los interiores cargando el área (Fabián Ruiz y Pedri). La idea era llevar el balón lo más rápido posible a la banda y buscar situaciones de uno contra uno a través de los mejores extremos del torneo. Y funcionó. El gol parecía cuestión de minutos, pero un desajuste defensivo provocó una cadena de errores en transición defensiva que acabaron con el gol en propia puerta de Le Normand.
🍬 Lamine Yamal no pone centros, da regalos.
— Teledeporte (@teledeporte) June 30, 2024
SALVAJADA del extremo español que Fabián remata para poner el segundo. #Euro2024
🇪🇸 𝙑𝘼𝙈𝙊𝙎 𝙀𝙎𝙋𝘼𝙉̃𝘼 pic.twitter.com/mViqLRI4Jr
El pánico y la ansiedad tras el gol
España entró en pánico en la primera vez que encajaba un gol en contra. Quizás se aparecieron los fantasmas de Marruecos en el Mundial, donde España no pudo batir a Bono y terminó cayendo con una selección inferior (en teoría). El peor momento de España en la Eurocopa originó el caos defensivo. Laporte y Le Normand no llegaban a las vigilancias defensivas, Rodri tenía demasiado terreno por cubrir y ni Fabián ni Pedri podían dotar de control y tranquilidad a España, que rifaba el balón o lo perdía muy rápido y demasiado expuesta. El 0-2 rondó por momentos, incluso con un posible penalti de Le Normand.
Entonces emergió Nico Williams, que nunca dejó de intentarlo, y Rodri Hernández aprovechó su aventura en la frontal para batir a Mamardashvili, algo que nunca hubiese podido hacer en el Mundial, ya que jugó como central. La pausa la daría el MVP del partido, aunque el trofeo se lo llevase el centrocampista del Manchester City. Nico Williams no solo no falló ningún pase en una noche en que acabó con un gol y una asistencia, es que supo leer qué necesitaba el equipo en el momento adecuado. En el descontrol global, Nico Williams aprendió a guiar a su equipo.
La reacción y el liderazgo de Nico Williams
España recuperó el camino que había perdido con el empate y tras el descanso ajustó los múltiples problemas defensivos y la ansiedad que había manifestado previamente por sus ganas de empatar. El equipo enseñó carácter competitivo, capacidad de darle la vuelta a un partido complicado y recursos ofensivos para doblegar a un adversario que se cerró en banda.
Luis de la Fuente también jugó su papel en la remontada. El seleccionador español retiró a Pedri tras el descanso, una de las grandes fuentes de desequilibrio de España por sus pérdidas e incapaz de ser diferencial en la mediapunta, e introdujo a Dani Olmo. El futbolista del RB Leipzig encajó mejor en los planes de España y Fabián Ruiz bajó a la base del juego junto a Rodri para cimentar más la respuesta defensiva del combinado nacional.
El gol de Fabián inclinó el encuentro tras un centro delicioso de Lamine Yamal y luego Nico Williams y Dani Olmo culminaron el festín en ataque. Los jugadores hablarían con contundencia tras el partido. "Partido muy complicado. Quizá no tenían el nombre de otras selecciones, pero nos han puesto en apuros. Hemos demostrado madurez, pero tenemos que mejor algunas cosas si queremos pasar", explicó Rodrigo Hernández.
Fabián Ruiz sería incluso más concreto. "En el primer tiempo hemos perdido varios pases fáciles, pero hemos aprovechado esos huecos que dejaban porque han bajado la intensidad en el segundo tiempo. El primer tiempo hemos salido con nerviosismo, rapidez, queríamos finalizar rápido. Cuando hemos tenido esa calma con la pelota nos han llegado los espacios y los hemos aprovechado bien", remató el andaluz. España disparó 35 veces. El resultado pudo ser más amplio. Ahora espera Alemania, un rival temible que además juega en casa y que cuenta con colmillos para engullir los fallos defensivos de España.
España sacó el carácter competitivo y las garras para despedazar a la combativa Georgia y alcanzar los cuartos de final de la Eurocopa (4-1). El conjunto de Luis de la Fuente empezó con brío, mando y dominio total de la pelota y el espacio. La Selección Española era una máquina voraz donde todas sus bisagras estaban engrasadas y se movían con acierto y sentido, pero todo cambió cuando Le Normand se marcó un gol en propia puerta en el minuto 18. Ahí apareció el nerviosismo, los fantasmas del Mundial de Qatar y una ansiedad que España parecía tener olvidada.
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