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Ganar la Eurocopa en casa del anfitrión, el mayor desafío en la carrera de Cristiano
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FRANCIA ES EL ‘COCO’ HISTÓRICO DE PORTUGAL

Ganar la Eurocopa en casa del anfitrión, el mayor desafío en la carrera de Cristiano

Afronta su segunda final continental determinado a batir por primera vez en partido oficial a la 'Tricolor', lograr el Pichichi histórico del torneo y birlar el Balón de Oro a Griezmann

Foto: Cristiano Ronaldo celebra el pase a la final de la Eurocopa de Francia (Reuters)
Cristiano Ronaldo celebra el pase a la final de la Eurocopa de Francia (Reuters)

Será su partido número 58 de la temporada y, claro está, hará lo humanamente posible por mantener inmaculada su media de un gol por encuentro después de haberse enfundado la camisola del Real Madrid y de la ‘Seleçao’ en 57 ocasiones. Pero la cita de esta noche en Saint Denis ante Francia tendrá un sabor muy especial para Cristiano Ronaldo. Levantar un título como capitán de Portugal es algo con lo que el madeirense sueña desde que, siendo un chaval, dibujaba sus primeros arabescos con la pelota en la pequeña cancha de tierra del Clube de Futebol Andorinha. Dejar escapar la corona continental en Da Luz ante Grecia en 2004 sigue siendo el peor recuerdo de su triunfal trayectoria, a la que solo resta poner la guinda con un gran éxito a nivel de selección.

Sabe el máximo artillero en la historia del Real Madrid que ese día ha llegado, y también que las circunstancias que rodean a este último acto de la Euro 2016 lo convierten en el más grande desafío de una carrera profesional que arrancó el 14 de agosto de 2002, cuando disputó sus primeros minutos con el Sporting luso en un duelo de Champions frente al Inter de Milán. No se trata solo de tener enfrente al anfitrión, que llegará al Stade de France absolutamente enchufado después de noquear al mejor equipo del mundo en semifinales y con un Griezmann en estado de gracia. Cristiano deberá también plantar cara a la peor pesadilla de los lusos desde que sucumbieran por vez primera al encanto de la redonda, allá por 1875, en la localidad de Camacha, muy cerquita del lugar donde vio la luz el líder del once que dirige desde el banquillo Fernando Santos.

Foto: Gareth Bale y Cristiano Ronaldo, durante la semifinal entre Gales y Portugal. (Reuters) Opinión

Los números no engañan. Francia es el ‘coco’ histórico de Portugal. Al combinado lusitano se le ha dado tradicionalmente mal su enemigo en esta finalísima. De las 24 ocasiones en que cruzaron sus caminos anteriormente, los galos se impusieron 19 veces. Las huestes portuguesas apenas obtuvieron cuatro victorias, la última hace 41 años (26/4/75), cuando se impusieron por 0-2 en el viejo estadio de Colombes. Ni siquiera la aparición en escena del astro madeirense sirvió para alterar semejante tendencia negativa. Los tres encuentros en los que CR7 se ha medido a ‘Les Bleus’ se han saldado con otras tantas derrotas, y sin un solo gol que llevarse a la boca. De hecho, Francia es de las escasas selecciones a las que se ha medido que no ha padecido la fuerza destructiva de su pólvora.

El penalti de Zidane

La cosa aún empeora cuando hablamos de partidos oficiales. Portugal cayó en las tres oportunidades que cruzaron sus caminos, la última de ellas, ya con Ronaldo en liza, una década atrás. Un gol de penalti de Zizou privó al once luso de alcanzar su primera final mundialista en Alemania 2006. Sin duda, el segundo trago más amargo en la vida deportiva del mejor futbolista en la historia de los lusitanos. Los otros dos duelos, en este caso con la final de la Eurocopa como premio mayor, acabaron en escándalo.

En el primero, jugado en Marsella en junio del 84, Francia las pasó canutas para eliminar a los lusos. Tanto, que el encuentro acabó en tablas (1-1) y los de Michel Hidalgo se vieron contra las cuerdas cuando el exzaragozista Jordao adelantó a Portugal en el primer tiempo de la prórroga. A partir de ahí, el italiano Paolo Bergamo se vistió de azul y echó una mano descarada a los anfitriones, que empatarían con un gol de Domergue que vino precedido de una falta de libro de un jugador francés sobre el defensor luso que intentaba despejar el balón. Las airadas protestas portuguesas no sirvieron de nada e instantes después Michel Platini lograría el 3-2 que dio la victoria y el pase a la final de ‘Les Bleus’.

Foto: Antoine Griezmann saluda a la afición de Francia tras su doblete ante Alemania (Reuters)

El segundo capítulo, en la Eurocopa de Bélgica y Holanda como marco, terminó en una monumental tangana, con agresiones incluidas en el túnel de vestuarios del estadio Rey Balduino de Bruselas, y tres jugadores lusos (Abel Xavier, Nuno Gomes y Paulo Bento) inhabilitados por espacio de nueve, ocho y seis meses, respectivamente, acusados de ser los causantes de los incidentes. Todo comenzó por un penalti que el austriaco Gunther Benko señaló en el área pequeña portuguesa tras unas manos de Abel Xavier a los 117 minutos de la prórroga (de nuevo el resultado era de 1-1). Los jugadores lusos entendieron que el árbitro se había sacado de la manga el máximo castigo y la tomaron con Benko, al que zarandearon en repetidas ocasiones, al igual que a sus ayudantes. Zidane tampoco erró esta vez desde los once metros y dio el pase a la final a Francia, al ser un ‘Gol de Oro’. A renglón seguido estalló la ‘batalla’ camino de los vestuarios. Al no haber imágenes de lo que sucedió, el Comité de Control y Disciplina de la UEFA solo juzgó los hechos acaecidos sobre el césped. Abel Xavier, Nuno Gomes y Paulo Bento fueron los únicos que pagaron los platos rotos.

Una batalla campal

El propio CR7 padeció en sus propias carnes esa tensión deportiva latente entre ambos países tres años más tarde defendiendo la camiseta del equipo sub 21, en la que constituye su única alegría hasta ahora frente a una selección gala. El crack madeirense lideró un 18 de noviembre de 2003 la remontada lusa del 'play-off' clasificatorio para la fase final del Europeo de la categoría del año siguiente, en un choque que acabó con un escándalo monumental que salpicó hasta a la política.

Francia había doblegado a Cristiano, Tiago y compañía en la ida con un gol de Djibril Cissé, quien al final del choque se quejó de la dureza con la que se habían empleado en su contra los zagueros lusos. Portugal tildó de provocador al entonces delantero del Liverpool y viajó hasta la localidad de Clermont-Ferrand clamando venganza. Dicho y hecho. El once de ‘las Quinas’ se apuntó el triunfo en el tiempo reglamentario por la mínima (1-2), en un duelo marcado por la violencia con la que se emplearon los dos equipos. Los tobillos de Cissé fueron literalmente masacrados por los lusitanos. El ariete francés tampoco fue manco y sacudió un par de codazos brutales a sus rivales. El segundo le valió la expulsión y una sanción posterior de cinco partidos que le impediría disputar unos meses después con la selección absoluta la Eurocopa lusa.

Portugal selló el pase para la fase final en la tanda de penaltis (4-1) y, a partir de ahí, comenzó la movida propiamente dicha. Tras la batalla campal, los lusos festejaron la clasificación destrozando cual ‘hooligans’ el mobiliario de su vestuario. Mientras, las autoridades francesas, acogiéndose a las leyes antidopaje locales, exigieron a los jugadores lusos pasar un control, a lo que Portugal se negó argumentando que solo la UEFA tiene potestad para solicitar algo así.

Las autoridades diplomáticas portuguesas tuvieron que intervenir para que la gendarmería gala permitiera a sus internacionales regresar a casa. La extrema gravedad de los incidentes obligó al presidente de la Federación lusa a pedir oficialmente disculpas a su homólogo francés, amén de hacerse cargo del pago de los 3.500 euros que costó reparar el vestuario destrozado.

Pepe, ok

La mejor noticia para CR7 y los 11 millones de portugueses es que Pepe recibió el beneplácito de los servicios médicos de la selección para regresar al once de Fernando Santos y formar tándem en el eje de la zaga con José Fonte. El zaguero del Real Madrid pudo al fin ejercitarse con el grupo tras varios días de descanso y de haber trabajado en solitario a un ritmo muy suave el viernes. El notable torneo que viene realizando y su ingente experiencia en batallas del máximo nivel serán de gran ayuda para tratar de frenar a las fuerzas de vanguardia francesas, en especial a Griezmann, al que conoce al dedillo de sus muchos roces en LaLiga y en la Champions. El último, aún reciente, cayó del lado del defensor de origen brasileño.

El seleccionador luso recupera también a William Carvalho, que regresará al equipo de gala después de cumplir un encuentro de sanción. Deschamps, por su parte, repetirá por tercera vez equipo, a tenor de los excelentes resultados que le ha dado el 4-2-3-1 desde que lo utilizó frente a Islandia. Eso sí, deberá cuidarse mucho del juego aéreo luso, especialmente de un CR7 que a buen seguro tratará de ahondar en el único lunar claro de los anfitriones. París bien vale otro testarazo como el de semis que coloque a Portugal, al fin, en el altar de los grandes y le otorgue de paso el Pichichi histórico del torneo (que ahora comparte con Platini) y el Balón de Oro al mejor jugador del mismo. Lo último, claro está, con permiso del Gringo.

Alineaciones probables:

PORTUGAL: 1 Rui Patricio; 21 Cedric Soares, 4 Fonte, 3 Pepe, 5 Guerreiro; 14 W. Carvalho; 16 Renato Sanches, 23 Adrien Silva, 10 Joao Mario; 17 Nani y 7 Cristiano Ronaldo.

FRANCIA: 1 Lloris; 19 Sagna, 21 Koscielny, 22 Umtiti, 3 Evra; 15 Pogba, 14 Matuidi; 18 M. Sissoko, 7 Griezmann, 8 Payet; 9 Giroud.

ARBITRO: Mark Clattenburg (Inglaterra).

ESTADIO: Stade de France (Saint Denis), 21:00 horas.

Será su partido número 58 de la temporada y, claro está, hará lo humanamente posible por mantener inmaculada su media de un gol por encuentro después de haberse enfundado la camisola del Real Madrid y de la ‘Seleçao’ en 57 ocasiones. Pero la cita de esta noche en Saint Denis ante Francia tendrá un sabor muy especial para Cristiano Ronaldo. Levantar un título como capitán de Portugal es algo con lo que el madeirense sueña desde que, siendo un chaval, dibujaba sus primeros arabescos con la pelota en la pequeña cancha de tierra del Clube de Futebol Andorinha. Dejar escapar la corona continental en Da Luz ante Grecia en 2004 sigue siendo el peor recuerdo de su triunfal trayectoria, a la que solo resta poner la guinda con un gran éxito a nivel de selección.

Cristiano Ronaldo Antoine Griezmann
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