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Francia confía en echar por tierra la teoría de Lineker con el ‘efecto Griezmann’
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EL ROJIBLANCO, GRAN BAZA ANTE ALEMANIA

Francia confía en echar por tierra la teoría de Lineker con el ‘efecto Griezmann’

Alemania y Francia se juegan un lugar en la gran final de la Eurocopa. El delantero del Atlético de Madrid es la gran baza de la escuadra gala para derrotar al campeón del mundo

Foto: Griezmann celebra el gol que le marcó a Islandia en los cuartos de final de la Eurocopa. (EFE)
Griezmann celebra el gol que le marcó a Islandia en los cuartos de final de la Eurocopa. (EFE)

Si existe una selección que tiene grabada a sangre y fuego la mítica frase de Gary Lineker de que “el fútbol es un juego simple: 22 hombres corren detrás de un balón durante 90 minutos y, al final, siempre ganan los alemanes”, es la anfitriona de esta Eurocopa. Alemania es a Francia lo que Italia a los vigentes campeones del mundo. Un potro de torturas que ha dejado cicatrices profundas en ‘les bleus’ cada vez que han cruzado sus destinos últimamente en competiciones oficiales. No siempre fue así, porque los galos se apuntaron el primer gran clásico que ambos países disputaron después de la Segunda Guerra Mundial, y también el primero con carácter oficial. Just Fontaine y Raymond Kopa se encargaron de fustigar sin piedad en el Mundial del 58 (6-3) a un equipo que venía de protagonizar el ‘milagro’ de Berna en la Copa del mundo precedente.

Las tornas, sin embargo, cambiaron desde aquella lluviosa tarde estival en Goteborg y la Mannschaft ha salido airosa en las tres oportunidades que sendos pesos pesados del balompié continental se han vuelto a jugar las habichuelas. Las semifinales perdidas en los Mundiales de España 82 y México 86 traumatizaron a una de las mejores generaciones de jugadores que ha dado el país vecino, con Platini, Giresse y Tigana a la cabeza. La pesadilla reapareció hace dos años, en Río de Janeiro, cuando un testarazo de Hummels clausuró el sueño mundialista brasileño para los pupilos de Didier Deschamps en cuartos de final.

Ese día, un jovencísimo Antoine Griezmann vertía sus primeras lágrimas con la elástica azul tras consumarse la eliminación de Francia a manos de los de siempre. El ‘gringo’ se tomaría una amarga revancha el pasado 13 de noviembre en Saint Denis, en un amistoso con sabor a tragedia por la cadena de atentados yihadistas que sembró el terror en el centro de París y en el propio escenario del vigésimo séptimo Francia-Alemania (12 triunfos galos por 10 germanos) con el estallido de una bomba en el exterior del estadio nacional.

Importantes bajas

Más allá de las dramáticas circunstancias que rodearon a ese último choque de trenes de alta velocidad sobre el verde, su condición de amistoso restó todo valor a ese triunfo a ojos del sonriente atacante de Macon, que en dos veranos ha pasado de compartir galones de mando en la Real Sociedad junto a Carlos Vela a ser estrella indiscutible en el Atlético de Madrid y el futbolista al que hoy se aferra todo un país (con permiso de Payet y Pogba) para poner el punto y final a casi seis décadas de frustraciones ante su peor pesadilla durante la pasada centuria, tanto en el campo de batalla como en el deportivo.

Las cuatro dianas que contabiliza el flamante Pichichi de la Euro, pero sobre todo su portentosa exhibición frente a Islandia, a la que trajo en jaque desde el primer minuto hasta el último, ocupando la posición de media punta central, con absoluta libertad de movimientos por todo el frente del ataque tricolor, han disparado el optimismo del aficionado galo sobre las posibilidades reales de facturar a casa a los de Löw y meter una vez más la cabeza en la final de una gran competición disputada en casa. Y es que desde la edición del 84, ‘les bleus’ no han fallado a esa cita con la gloria. No lo hicieron frente a la España de Arkonada hace 32 años, y tampoco Zidane y compañía en el Mundial del 98 ante Brasil.

El espectacular resultado que dio ante los nórdicos el cambio de sistema (de 4-3-3 a 4-2-3-1), forzado por las bajas de Rami y Kanté, se barrunta como la principal razón de peso que llevará a Deschamps a repetir tanto dibujo táctico como alineación ante los campeones del mundo. Umtiti y Moussa Sissoko podrían mantener la titularidad, en especial el volante del Newcastle, cuya presencia en el costado derecho del medio campo se antoja sumamente importante para contener la peligrosa ala izquierda germana, con las galopadas de Draxler y Hector. Respecto al esquema de juego, al seleccionador galo le quedó bastante claro que Griezmann exprime su talento en mayores dosis y es mucho más letal partiendo de posiciones interiores que pegado a una banda.

Götze se examina

No es el único que se ha percatado de ello. Su contrincante de esta noche también es consciente de que el delantero rojiblanco afiló el colmillo ante Islandia y se perfila como el mayor quebradero de cabeza de una línea defensiva que extrañará mucho la ausencia por sanción de Hummels. “Se trata de un jugador mucho más completo que aquel al que nos enfrentamos en Brasil. Le veo más centrado y es más peligroso. No tengo dudas de que es nuestra peor amenaza para el partido del jueves”, se encargó de recordar Philipp Lahm, excapitán de la Mannschaft hasta el pasado Mundial, cuando decidió centrarse solo en el Bayern, con el que padeció en sus carnes hace bien poquito al astuto y veloz atacante colchonero en la Liga de Campeones. Su gol de pillo en el Allianz Arena dejó a los muniqueses sin final por tercer año consecutivo.

Howedes, que ya fuera titular ante Italia al optar su técnico por jugar con tres zagueros, ocupará la vacante de Hummels. Un punto a favor de los anfitriones que se multiplica hasta por tres con las bajas por lesión de Khedira y Mario Gómez, dos de los mejores elementos en el once teutón durante el torneo. El panorama, ya de por sí complicado para Joachim Löw, puede empeorar más si Schweinsteiger no mejora ostensiblemente de la torsión que sufrió en su rodilla derecha en el choque de cuartos. Si el capitán alemán no está en condiciones de saltar al césped del Velodrome, su plaza será ocupada por Emre Can. A ‘SuperMario’ le suplirá un Götze que no dio la talla en los dos primeros partidos, en los que el seleccionador alemán apostó por el ‘falso 9’. Ahora se verá obligado a tirar del futbolista del Bayern con la esperanza de que sea tan resolutivo como la noche carioca en la que se cosieron la cuarta estrella a la solapa.

Alineaciones probables:

Alemania: Neuer; Kimmich, Boateng, Höwedes, Hector; Draxler, Can, Kroos, Özil; Götze, Müller.

Francia: Lloris; Sagna, Rami (Umtiti), Koscielny, Evra; Matuidi, Kante (Sissoko), Pogba; Griezmann, Giroud, Payet.

Arbitro: Nicola Rizzoli (Italia).

Estadio: Velodrome de Marsella, 21:00.

Si existe una selección que tiene grabada a sangre y fuego la mítica frase de Gary Lineker de que “el fútbol es un juego simple: 22 hombres corren detrás de un balón durante 90 minutos y, al final, siempre ganan los alemanes”, es la anfitriona de esta Eurocopa. Alemania es a Francia lo que Italia a los vigentes campeones del mundo. Un potro de torturas que ha dejado cicatrices profundas en ‘les bleus’ cada vez que han cruzado sus destinos últimamente en competiciones oficiales. No siempre fue así, porque los galos se apuntaron el primer gran clásico que ambos países disputaron después de la Segunda Guerra Mundial, y también el primero con carácter oficial. Just Fontaine y Raymond Kopa se encargaron de fustigar sin piedad en el Mundial del 58 (6-3) a un equipo que venía de protagonizar el ‘milagro’ de Berna en la Copa del mundo precedente.

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