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Islandia se la quiere pegar a Francia con su arma secreta: la ‘touche’
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LOS SAQUES DE BANDA DE GUNNARSSON, UN PELIGRO

Islandia se la quiere pegar a Francia con su arma secreta: la ‘touche’

Ante la histórica cita frente a Francia, Aron Gunnarsson es pieza fundamental en la principal herramienta ofensiva de Islandia: los saques de banda

Foto: Imagen de los jugadores islandeses tras firmar un triunfo histórico ante Inglaterra (EFE)
Imagen de los jugadores islandeses tras firmar un triunfo histórico ante Inglaterra (EFE)

Sus dolores de espalda llegaron a ser, mediada la semana, un asunto de Estado en la concentración islandesa de Annecy. Nadie, empezando por sus dos técnicos y acabando en el repartidor de correos de Akureyri, su ciudad natal, concibe que la escuadra revelación de esta Euro salte esta noche al césped del Stade de France sin su capitán a bordo para retar un día más al imposible, como solían aquellos temerarios vikingos surcando el océano en sus tuneados ‘drakkars’.

Pero Aron Einar Malmqvist Gunnarsson volvió a vestirse este sábado de faena para ejercitarse en el Complejo Deportivo de Albigny con el resto de la tropa que comanda sobre el verde y sus 323.000 compatriotas pudieron soltar aliviados el aire contenido durante las dos jornadas que el volante tapón del Cardiff City se quedó postrado en la cama de su habitación recibiendo friegas para devolverle al ruedo a tiempo de plantar batalla a los anfitriones en el choque que cierra los cuartos de final. Quinto partido en las antiguas Galias y siempre con los mismos once guerreros. En eso también son únicos.

La inconfundible barba ‘hipster’

No tiene el talento desbordante de un Hazard, ni la imaginación onírica de un Iniesta, ni qué hablar de la potencia indómita de Cristiano, pero seguramente no exista un jugador en el torneo galo con una mayor influencia en la estructura de su equipo que la de Aron Gunnarson en esta irredenta Islandia. El capitán del ejército que dirigen al alimón desde el banquillo Lars Lagerbäck y Heimir Hallgrimsson es el faro a nivel táctico, el encargado de que su equipo apriete al enemigo en el lugar justo, el primero que se bate el cobre para recuperar la posesión y el primero en replegarse cuando la pelota cae en manos ajenas. Pero además de todo eso, el incansable medio pelirrojo de la barba ‘hipster’ es pieza fundamental en la principal herramienta ofensiva escandinava: los saques de banda.

Las ‘touches’ islandesas (término rugbístico con el que se denominan en el país vecino a los saques laterales de largo alcance) han dado pingües beneficios al once vikingo en lo que va de campeonato. Nadie, de hecho, ha sacado tanto petróleo de las acciones de estrategia como esta Islandia que tiene en Gunnarson a su particular catapulta humana. Dos de sus lanzamientos, convenientemente peinados al segundo palo por el central Kari Arnason, a la sazón segundo mejor asistente de la Euro, significaron el 1-0 frente a Austria y el 1-1 ante Inglaterra. Ni que decir tiene que no hay dos sin tres y que el roqueño conjunto venido de tierras árticas tratará de forzar ante Griezmann, Pogba y compañía algún fuera de banda en el radio de acción de su capitán para que éste ponga en pánico a un entramado defensivo galo en el que se echará en falta al sancionado Rami.

La sombra del balonmano

“La ‘touche’ no es una cuestión de fuerza, es en realidad un arte que requiere de una disciplina. Depende del modo en que lances el balón. Puedes tener los brazos más fuertes que los míos, pero eso no cambiará nada”, reconocía días atrás un Gunnarson cuya mecánica de lanzamiento le viene de sus días como jugador de balonmano. Y es que el encargado de dirigir a pie de campo las celebraciones de sus fieles seguidores después de cada hazaña en esta Euro se pasó la infancia y buena parte de su adolescencia practicando el que hasta hace muy poco era el deporte rey en Islandia. “Es una tradición en mi familia. Mi hermano mayor es profesional y juega en Alemania -en el Bergischer HC- y mi padre también lo jugó, aunque no llegó a nivel profesional. Lo pasaba bien, pero me da mucho más placer jugar con los pies que con las manos. El balonmano resultaba demasiado simple para mí. El fútbol es más complejo y, por tanto, más interesante”, reconocía.

Su destreza en el arte del saque de banda no emergió hasta dar con sus huesos en Cardiff. Ni en el AZ Alkmaar holandés, club que orientó definitivamente sus pasos hacia el balompié a los 15 años, ni en el Coventry City supieron ver esa habilidad suya para lanzar córners con sus tatuadas manos (en realidad su cuerpo está repleto de ellos). Empero, una dislocación de hombro hace dos temporadas le obligó a aparcar ese rol hasta que Lagerbäck, su auténtico mentor en el equipo nacional y a quien le debe la capitanía, le convenció para que resucitara ese ‘arma secreta’ antes de arrancar la Euro.

Creatividad

Como sus 22 compañeros de armas, Gunnarsson reconoce estar viviendo un sueño con los ojos abiertos y está dispuesto a lo que sea porque no acabe esta noche en París. “Esperaba este momento desde que era pequeño. Soñaba con esto desde mi infancia. Francia es un equipo fantástico, con grandes jugadores, pero que juegan como un equipo. Su fútbol no se basa en individualidades, por lo que concentrarse en un solo jugador sería un gran error. Trataremos de hacer las cosas como hasta ahora, todos bien juntos, ordenados, pero intentando tener más el balón. Debemos ser más creativos si queremos tener alguna chance contra ellos”, señaló. El capitán de la nave vikinga cree que el secreto de su éxito en este torneo radica en que “nunca perdemos la confianza cuando defendemos. El equipo es muy disciplinado. Cuando miro a mis compañeros, sé que ellos se sacrificarán para corregir mis errores y yo haré exactamente lo mismo por ellos. Es nuestra actitud, nuestra mentalidad. No dejar de creer”, dijo.

Jugarse las semifinales en casa del anfitrión y tener que hacerlo probablemente ante más de 70.000 ‘bleus’ en las gradas (la reventa está por las nubes y no se esperan más de 10.000 islandeses dentro del coliseo) no inquieta en demasía a este once de hielo. Más bien al contrario. Las ausencias de Rami y N’golo Kanté, que deberán ser cubiertas por Mangala o Umtiti y Cabaye, respectivamente, alimentan el sempiterno optimismo de los nórdicos. Su otro técnico, Heimir Hallgrimsson, el dentista, se encargó de recordar que hace cuatro años se quedaron a nada de sorprenderles en Valenciennes (derrota por 3-2 después de ponerse 0-2 en el marcador) antes de advertir que, al igual que sucedió frente a Inglaterra, tiene otro plan en la manga para darle la noche a nuestros vecinos. “Hemos identificado un punto débil en nuestro rival, pero como es lógico no lo voy a decir”.

Alineaciones probables:

Francia: Lloris; Sagna, Umtiti, Koscielny, Evra; Pogba, Cabayé, Matuidi; Payet, Griezmann y Giroud.

Islandia: Halldórsson; Saevarsson, Ragnar Sigurdsson, Árnason, Skúlason; Gudmundsson, Gunnarsson, Gylfi Sigurdsson, Gudmundsson, Birkir Bjarnason; Sigthórsson y Bödvarsson.

Árbitro: Björn Kuipers (Holanda).

Estadio: Stade de France (París).

Hora: 21:00.

Sus dolores de espalda llegaron a ser, mediada la semana, un asunto de Estado en la concentración islandesa de Annecy. Nadie, empezando por sus dos técnicos y acabando en el repartidor de correos de Akureyri, su ciudad natal, concibe que la escuadra revelación de esta Euro salte esta noche al césped del Stade de France sin su capitán a bordo para retar un día más al imposible, como solían aquellos temerarios vikingos surcando el océano en sus tuneados ‘drakkars’.

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