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Bélgica salva su primer ‘match ball’ y aplaca la tormenta de críticas
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Bélgica salva su primer ‘match ball’ y aplaca la tormenta de críticas

La convincente victoria lograda ante Irlanda frenó en seco una crisis monumental después de la pobre imagen ofrecida por la escuadra de Wilmots frente a Italia

Foto: Tras hacer el ridículo ante Italia, los jugadores de Bélgica hicieron las paces con su exigente afición tras ganar con firmeza a Irlanda (EFE)
Tras hacer el ridículo ante Italia, los jugadores de Bélgica hicieron las paces con su exigente afición tras ganar con firmeza a Irlanda (EFE)

Belgica se sacó un buen peso de encima tras batir de manera contundente a la República de Irlanda. Sólo España, frente a Turquía, ha logrado hasta el momento un marcador tan inapelable como el cosechado por los discípulos de Marc Wilmots en esta Euro. Y menos mal, porque caer con el estrépito que lo hicieron frente a Italia en la primera jornada, luciendo la chapa de mejor selección europea en el ranking FIFA y teórico candidato a la corona que detenta La Roja, provocó un cataclismo en toda regla en el país inventor de las patatas fritas.

Las ácidas críticas contra sus internacionales y el seleccionador (no faltaron las típicas de carácter étnico-político entre flamencos y valones) no cesaron, de hecho, hasta que el balón volvió a ponerse este sábado en movimiento para afrontar un encuentro que se había convertido en una final anticipada para los ‘Diablos Rojos’. De algún modo, haber estado durante los cuatro últimos días en el ojo del huracán por mor de su decepcionante actuación ante la Azzurra, que les superó con claridad tanto a nivel táctico como en actitud, sirvió para que el combinado belga se pusiera las pilas y saltara al césped del estadio Matmut Atlantique con otra cara bien distinta.

El acierto goleador del mayor de los hermanos Lukaku resultó determinante para certificar el primer triunfo del equipo del norte de Europa en una fase final desde que batiera a Suecia en el partido inaugural del torneo que organizaron al alimón junto a Holanda en 2000. Pero aún más importante, estos tres primeros puntos han servido para borrar de un plumazo esa amargura generalizada que había dejado su puesta de largo entre sus compatriotas, que aún tienen fresco en el recuerdo el mal trago pasado 16 años atrás, cuando su selección fue incapaz de superar la primera fase de su Eurocopa, pese a estar dentro de un grupo relativamente asequible con suecos, turcos e italianos. Más cercano e igualmente decepcionante queda la eliminación ante Argentina en el Mundial de Brasil, en un duelo en el que los de Wilmots nunca llegaron a perderle el respeto a una irregular Albiceleste.

Lesiones letales

El panorama amenazaba peligrosamente con repetirse después de ese paupérrimo arranque en el que Bélgica, al fin y al cabo, fue un fiel reflejo de la inconsistencia que había exhibido en los partidos de preparación previos al campeonato continental. Las ausencias por lesión de Nicolas Lombaerts y Vincent Kompany habían debilitado notablemente su engranaje defensivo, como quedó patente frente a una Italia en la que Giaccherini y Pellè sacaron petróleo de la falta de entendimiento entre Ardelweireld y Ciman. El hecho de que hubieran recibido al menos un tanto en once de sus últimos doce encuentros ponía de manifiesto un talón de Aquiles que los transalpinos supieron exprimir a la perfección.

Consciente de esa debilidad defensiva y de la falta de creatividad de su equipo ante Italia, Wilmots, a la sazón blanco principal de los ataques de la prensa de su país, retocó frente a los irlandeses todas las líneas. La entrada del lateral derecho Thomas Meunier, de Moussa Dembele en la zona de elaboración y del atlético Carrasco en vanguardia contribuyó a la mejoría de un equipo que además de generar un buen ramillete de oportunidades, logró cortar de raíz esa sangría goleadora que venía padeciendo desde fines del pasado año.

Gol y liberación

“Contra Italia no dimos el nivel y aceptamos las críticas. Sabíamos que este partido era fundamental para poder llegar a octavos. En la primera parte nos faltó tranquilidad, por eso el míster nos pidió paciencia en el entretiempo. El primer gol de Lukaku fue como una liberación. A partir de ahí, todo fue mucho más sencillo”, explicó Witsel, autor del segundo tanto belga.

La sólida victoria de su equipo reforzó a un Wilmots que disparó con bala contra quienes le habían masacrado en los días previos. “No se preocupen, que no me van a mover fácil de aquí por más patadas que me hayan dado. Perdimos con Italia y es como si no hubiéramos hecho nada durante cuatro años. Este es el resultado de la manipulación de una serie de personas. Por suerte, salvo la muerte no hay nada ya que me pueda molestar. Mi único anhelo es tratar de llevar a estos chicos por el camino correcto y hacer que nuestro país se sienta orgulloso. A partir de ahí, pueden decir lo que quieran”, sentenció.

Belgica se sacó un buen peso de encima tras batir de manera contundente a la República de Irlanda. Sólo España, frente a Turquía, ha logrado hasta el momento un marcador tan inapelable como el cosechado por los discípulos de Marc Wilmots en esta Euro. Y menos mal, porque caer con el estrépito que lo hicieron frente a Italia en la primera jornada, luciendo la chapa de mejor selección europea en el ranking FIFA y teórico candidato a la corona que detenta La Roja, provocó un cataclismo en toda regla en el país inventor de las patatas fritas.

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