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Shasha, el 'hijo' de Putin al que Francia va a mandar a casa por reventar la Euro
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Shasha, el 'hijo' de Putin al que Francia va a mandar a casa por reventar la Euro

Alexander Shprygin, líder de la Asociación de Seguidores de la selección rusa, iba a ser deportado junto a otros 19 ultras y el gobierno de Moscú llamó a consultas al embajador francés

Foto: Shasha, detrás de Vladimir Putin
Shasha, detrás de Vladimir Putin

Su detención sentó aVladimir Putin como una patada en sus partes pudendas. Tanto que al poco de conocerse que Alexander Shprygin iba a ser deportado de suelo francés junto a otros 19 seguidores rusos de los 43 interceptados el pasado martes por la gendarmería gala en un hotel de Niza, el gobierno de Moscú llamó a consultas al embajador francés en la capital rusa para interponer una queja formal. Acto seguido, la Cancillería rusa lanzaba un aviso para navegantes por medio de un comunicado oficial. “No es bueno exacerbar los sentimientos antirusos más de lo que ya lo están tras lo sucedido estos días previos en Francia”. Pero, ¿quién demonios es ese personaje de apellido impronunciable para las gargantas occidentales que ha conseguido movilizar a las más altas esferas del Kremlin?

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Aunque las fuerzas de seguridad del país vecino no han podido reunir pruebas que lo demuestren de manera fehaciente, sospechan que este mocetón estepario está detrás de los graves altercados que los hinchas radicales rusos provocaron enMarsellala semana pasada y que, de algún modo, abrieron la caja de Pandora del hooliganismo enel torneo continental. Sobre el papel,Shprygin es el líder de la Asociación de Seguidores de la selección rusa de fútbol(VOB), la única con carácter oficial, esto es, que goza del reconocimiento de la Federación y del ministerio de Deportes. Y no sólo eso. También está financiada por ambos organismos, que corren a cargo de los gastos de sus miembros cada vez que se suben a un coche o a un avión para seguir los pasos del equipo nacional.

LaEurocopano ha sido una excepción. La organización que preside Shprygin recibió 2.000 entradas de la Unión Rusa de Fútbol para los tres encuentros de la primera fase, entre otras prebendas.Claro está, el capo de la VOB estuvo en las gradas del Velodrome, como demuestra una foto que colgó en su cuenta de Twitter, donde también pueden verse imágenes tanto de los enfrentamientos callejeros entre radicales y la policía francesa, como de todo el proceso de su detención cuando iba con sus muchachos camino de Lille. Nada, en cualquier caso, que haya posibilitado su imputación directa por los actos de vandalismo llevados a cabo por sus compatriotas y sus enemigos ingleses, aunque suficiente para que la Justicia del país vecino haya decidido mandarle para casa acusándole de “alteración del orden público”.

Un comunicado emitido por la organización de seguidores que preside informó de que su líder y otros 19 miembros de la asociación habían sido transferidos a un centro de deportación, desde donde se preveía que serían expulsados de Francia antes de finalizar la semana. La nota señalaba que las autoridades galas habían adoptado dicha medida por “razones de seguridad”.

Antiguo ultra del Dinamo de Moscú, Shprygin se ha servido de su progresivo ascendente en el mundillo de las organizaciones de hinchas para codearse con dirigentes y políticos de alta alcurnia. Protegido de Vitali Mutko, que desde hace algún tiempo compagina la presidencia de la federación de fútbol con el cargo de ministro de Deportes, tiene llegada al mismísimo Vladimir Putin. El presidente del país se ha dejado ver con él en público en más de una ocasión, lo que habla a las claras del buen rollo que existe entre ambos. Más aún, ya que Putin se refiere a Shprygin con el cariñoso nombre de ‘Shasha’, clara muestra de la química que existe entre ambos personajes.

Esas estrechas relaciones con las altas esferas han hecho posible, sin ir más lejos, que Shprygin formara parte el pasado marzo de la delegación oficial que la Federación Rusa envió a Francia para visitar los estadios de la Euro, así como algunos ayuntamientos de las ciudades sede (Lille y Toulouse, entre otros) y sus prefecturas. Esa proximidad con el ente federativo le ha dado también la posibilidad de asumir un papel activo dentro del Comité Organizador del Mundial 2018. El bueno de ‘Shasha’ figura entre los más firmes defensores de que se permita el consumo de alcohol dentro de los estadios durante el citado torneo, algo que de momento no está contemplado, pero que muy posiblemente acabe aprobándose ante su insistente presión y la de sus acólitos, muchos de ellos relacionados con la extrema derecha. El más conocido de todos es el ultranacionalista y vicepresidente de la Duma Igor Lebedev, de quien Shprygin es asistente parlamentario. No es baladí que Lebedev aplaudiera e incluso instara a los ultras rusas, a través de twitter, a seguir haciendo de las suyas cuando se supo que habían atacado a los ingleses sin mediar provocación.

Ciertos gestos públicos, como un saludo nazi durante el concierto de una banda de heavy conocida por sus tendencias extremistas en 2011, definen las inclinaciones políticas de un 'Shasha' que aspira, como ese par de cientos de ultras que han sembrado el terror en Francia durante la última semana, a una Rusia aria. “No quiero ver en el equipo ruso un sólo rostro que no sea eslavo”, llegó a afirmar a través de las redes sociales, en las que se maneja como un avezado Community Manager.

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De momento, lo que han conseguido es que todo el planeta hable de ellos y de las 323 detenciones que las fuerzas del orden galas se han visto obligadas a realizar para detener una ola de violencia y vandalismo que tienen a Rusia e Inglaterra aún bajo la lupa de la UEFA.

Su detención sentó aVladimir Putin como una patada en sus partes pudendas. Tanto que al poco de conocerse que Alexander Shprygin iba a ser deportado de suelo francés junto a otros 19 seguidores rusos de los 43 interceptados el pasado martes por la gendarmería gala en un hotel de Niza, el gobierno de Moscú llamó a consultas al embajador francés en la capital rusa para interponer una queja formal. Acto seguido, la Cancillería rusa lanzaba un aviso para navegantes por medio de un comunicado oficial. “No es bueno exacerbar los sentimientos antirusos más de lo que ya lo están tras lo sucedido estos días previos en Francia”. Pero, ¿quién demonios es ese personaje de apellido impronunciable para las gargantas occidentales que ha conseguido movilizar a las más altas esferas del Kremlin?

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