Alicante alarga más la interminable sinfonía de pitos a Gerard Piqué

No hay nada que hacer. Por mucho que desde cualquier estamento se lancen mensajes de paz, una parte de la afición española le tiene marcado. Por razones políticas o deportivas. Gerard Piqué volvió a ser protagonista en un partido de la selección española, esta vez en Alicante. Como estaba previsto, porque sucedió a las puertas del hotel de concentración y en el mismo campo en el que España se entrenó para preparar el partido ante Inglaterra. León, Oviedo, Logroño y ahora Alicante, donde los decibelios de los silbidos subieron de manera considerable. Eso sí, en el segundo tiempo, en un momento puntual, salieron de la grada gritos de cariño para alentar al jugador español. Algo es algo.

Muchos seguidores tenían un plan bien aprendido, porque bastó para que simplemente el zaguero diera el balón a un compañero al primer toque para que salieran silbidos desde la grada. A lo largo de todo el partido, una parte de la afición no perdonó ni una. En ningún momento la silbatina fue unánime, pero sí se dejó sentir con bastante claridad. No obstante, en el minuto 16 se impusieron los aplausos, cuando Piqué rozó el gol tras un disparo desde fuera del área. Es cierto que en el segundo tiempo pareció que el temporal arreciaba, aunque las acciones del jugador nunca fueron silenciosas... Al menos, tras una buena acción, un grupo de aficionados le jaleó con gritos de '¡Piqué, Piqué!', aunque posteriormente la música de viento volvió a dar señales de vida.

Para que no faltara de nada, la afición inglesa, que en buen número acudió al Rico Pérez de Alicante, se percató del complicado ambiente que vivía el jugador barcelonista y a una coreó en algunas ocasiones el nombre de Piqué para transmitirle afecto. No conviene olvidar que fue jugador del Manchester United y es muy reconocido por la afición inglesa. Seguramente Gerard no esperaba recibir el cariño del enemigo, pero sí tenía claro que un día más, la moda de silbarle viviría un capítulo más.

“Cuanto más hablemos de lo de Piqué, peor. Muchos de los que pitaban hoy eran jóvenes intoxicados por lo que ven”, afirmó en la 'Cadena Cope' Del Bosque un día antes. La realidad es otra, al menos por lo vivido en Alicante, donde la música de viento contra Piqué fue más que notable. El Rico Pérez fue el escenario que dedicó hasta el momento la mayor pitada al defensa central del Barcelona. Por mucho que se ha tratado de proteger al jugador desde la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y otras instancias, fue imposible que una buena parte de la afición alicantina cerrara la boca. Intoxicados y no intoxicados.

Una campaña programada

Y es que desde que se supo que el partido se disputaba en Alicante, la campaña '#LaGranPITADAaPIQUE' se puso en funcionamiento en la red de inmediato. 'No te olvides del silbato, silbar es libertad de expresión', se llegó a añadir al caliente 'hastag'. Gerard Piqué también ha recibido muestras de cariño de aficionados durante estas últimas horas, pero nuevamente los silbidos hacia su persona fueron inevitables.

Hay que recordar que el partido se iba a disputar en el Santiago Bernabéu, pero la RFEF cambió de plan para evitar la presencia de Piqué en el estadio del Real Madrid. La pitada en territorio enemigo habría sido histórica. Esta decisión ha afectado considerablemente a las arcas de la federación, pues en el estadio madrileño caben más de 80.000 espectadores, mientras la capacidad del Rico Pérez es de 30.000.

El futbolista del Barcelona ha manifestado en repetidas oportunidades que seguirá defendiendo la Roja mientras el seleccionador de turno cuente con sus servicios. “Irme ahora de la Selección sería dar la razón a gente que no la merece. La otra opción, que es por la que he optado, es seguir aquí, sumar y aportar todo lo que pueda”, ha dicho en una entrevista a 'Movistar TV' esta semana, añadiendo sobre episodios que no han ayudado a enfriar el ambiente a su alrededor que “sigo pensando que lo de Kevin Roldán fue algo muy gracioso y divertido (…). Mientras haya respeto y no se insulte a nadie no hay nada malo en meter pequeñas pullas al rival”.