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Del Bosque, de jugar como Pep, a hacerlo como Mou para explotar a Cesc y Costa
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lillo y milla analizan el juego de españa

Del Bosque, de jugar como Pep, a hacerlo como Mou para explotar a Cesc y Costa

Entre los dos han colocado al Chelsea en lo más alto de la Premier, pero el fútbol de la Roja no se adapta a sus condiciones. Lillo ve necesario otro cambio de estilo

Foto: Cesc Fàbregas y Diego Costa, en un entrenamiento durante el Mundial (Reuters).
Cesc Fàbregas y Diego Costa, en un entrenamiento durante el Mundial (Reuters).

Después de un mes sin selecciones y, por lo tanto, sin la inevitable y perenne polémica sobre el juego de España post-Mundial de Brasil, la Roja volverá a pisar un terreno de juego, el de Žilina (Eslovaquia), que estará en perfectas condiciones, probablemente, pero que los jugadores notarán que está embarrado, y lo notarán como arenas movedizas. El fútbol de España lleva tiempo sin convencer. La puesta en escena del equipo de Del Bosque lleva mucho tiempo sin simplemente recordar al juego de los que fueron campeones del mundo y de Europa. Los motivos son varios, todos ellos discutibles y puede que hasta refutables, pero hay una cosa bien clara: muchos jugadores funcionan con sus clubes y no con la Selección. Los casos más flagrantes son Cesc Fàbregas y Diego Costa.

El Confidencial ha hablado con dos voces muy autorizadas sobre si España debe dudar o no de su estilo, como Juanma Lillo y Luis Milla. El técnico vasco, recién regresado a España tras su andadura en el Millonarios colombiano, cree que "la Selección está en un proceso de autoconfiguración muy importante, pues debe elegir un estilo que ya no le viene definido como le venía del FC Barcelona, como ocurre en Alemania actualmente con el Bayern y ya sucedió en los años 70. O con la Holanda del mejor Ajax".

Según Lillo, Del Bosque debe entrenar a su equipo "no sólo en función de los jugadores que ha cambiado, sino también crear uno en función de los jugadores que lleva. Cuanta más mezcla de jugadores de distintos equipos, más obligación para trabajar el estilo, algo para lo que se necesita tiempo". Sobre la dupla del Chelsea Cesc-Costa, el técnico tolosarra opina que "si se quiere que sea una de las interacciones prioritarias dentro del equipo, ambos deben ser rodeados de un contexto amable para que sea dominante. Necesitan de un contexto organizativo y también de tiempo para emplearlo".

Hace muchos años de la implantación en España de un estilo de juego muy cercano en ideas y valores a los que eligió Pep Guardiola para su Barça. Si bien es cierto que el estilo viene de más lejos, ya que Luis Aragonés estableció un 4-3-3 bastante similar en concepto al del Barça de Rijkaard, del que se quería aprovechar, sobre todo, la relevancia tanto táctica como cualitativa de Xavi Hernández y Andrés Iniesta como interiores creativos. El dominio mundial del equipo de Guardiola y su gran número de jugadores españoles en las alineaciones obligó a Vicente del Bosque a aceptar ciertas ideas culés como propias, y la herencia de ese juego fastuoso y triunfador sigue presente, pero con unas carencias cada vez más palpables.

Sin embargo, Luis Milla, exseleccionador sub-21, no ve a España bajo la necesidad de dudar de sí misma y de lo que la ha llevado a ser la más grande. "En la Sub-21 jugamos como la absoluta por el perfil de jugadores que teníamos. Estaban Thiago, Ander Herrera... y ellos te demandan por sus características tener el balón, mandar en los partidos. No veo por qué dudar de la forma de jugar, solamente hay que matizar algunas cosas". Eso sí, lo que descarta absolutamente es un regreso al pasado, al viejo estilo español. "No vayamos a volver a la Furia, ni al balón largo, ni al jugador de 1'90. El estilo actual no está en absoluto caducado", comenta.

El que fuera jugador de Barça y Real Madrid reafirma que porque Xavi haya dejado la Roja, ésta no tiene por qué reinventarse. "Xavi era uno de los jugadores importantes, como la mayoría de los futbolistas del equipo, porque si al final no tienes a varios jugadores para jugar así, no lo puedes hacer. Estaban y están Iniesta, Cazorla, Silva y vienen por abajo gente como Darder, como Óliver…". En cuanto a la poca trascendencia que han tenido hasta ahora la dupla del Chelsea, Milla considera que "puede tener que ver con el nivel de funcionamiento de los equipos. Costa apareció en el Mundial y no le fue bien a la selección. No fue un tema individual, sino fue un tema general. Ahora está funcionando en su equipo, Cesc lo mismo. Vicente va a apostar por los dos, pero no sólo depende de ellos, sino de que el funcionamiento del equipo sea bueno, de que haya armonía”.

Un jugador como Fàbregas, criado en el Barça y en el Arsenal (que desarrolla desde hace tiempo un juego de posición que en ciertos momentos recordó al azulgrana), tuvo problemas tanto para ser incluido en el Barcelona como para desarrollar todo su potencial en la Selección. Del Bosque no ha conseguido todavía ubicarlo dentro del campo, sin embargo, el de Arenys ha dejado bien claro en la Premier League que tiene calidad innata y que su importancia en Arsenal y Chelsea ha sido siempre altísima, hasta el punto de ser prácticamente el jugador franquicia de ambos proyectos. Precisamente esto último es lo que nunca ha sido ni en el Camp Nou ni en la Selección. Nunca ha tenido un rol determinante, de indiscutible absoluto. Pero puede que haya llegado el momento de otorgarle galones sin mirar atrás.

Junto a Diego Costa, Cesc forma una de las mejores parejas del mundo. Desde que comenzó la temporada mediado el mes de agosto, Fàbregas y Costa han jugado 9 partidos con el Chelsea. El delantero ha anotado 9 goles, mientras que Cesc ha marcado uno y ha repartido hasta 8 asistencias. Es decir, son unos números de estrellas mundiales, del máximo nivel futbolístico que por algún motivo no están siendo exportados a nivel de selección. Y ese motivo no es otro que la falta de protagonismo en el juego colectivo de estos dos fueras de serie. Del Bosque lleva trabajando con Cesc desde que el salmantino llegó a la Selección en 2008, y con Costa apenas desde marzo, pero no ha podido aún involucrarlos como parte indispensable de su entramado. "Preocupado -a Diego Costa- no le noto. En su club lo está haciendo muy bien. Ojalá mantenga su nivel con nosotros. A todos nos gustaría que Diego hiciera lo mismo aquí que en su club", aseguró Del Bosque.

José Mourinho, en cambio, los ha conocido hace pocos meses y ya ha sacado lo mejor de cada uno, algo que Del Bosque todavía no ha conseguido. El Chelsea actual gira a partir de dos ruedas, como una motocicleta de MotoGP. El centro del campo está comandado por alguien que conoce y maneja a su antojo el fútbol inglés, que no es otro que Cesc. Sabe como pocos cómo funciona el kick and rush británico, cuando contemporizar y cuando martillear. Y arriba, el Chelsea cuenta con un depredador de área, Costa, que ha protagonizado probablemente la adaptación más rápida de siempre a una liga de primer nivel diferente de la suya. ¿Qué conclusión se puede extraer de esto? Que si un equipo gira en torno a estos dos jugadores, funciona. Y España tiene a esos dos jugadores.

Alineaciones probables:

Eslovaquia: Kozáčik; Pekarík, Škrtel, Ďurica, Hubočan; Pečovský, Kucka; Weiss, Hamšík, Mak; y Nemec.

España: Casillas; Juanfran, Raúl Albiol, Piqué, Jordi Alba; Busquets, Koke, Iniesta; David Silva, Cesc Fàbregas y Diego Costa.

Árbitro: Björn Kuipers (NED)

Estadio: MSK Žilina.

Hora: 20.45.

Después de un mes sin selecciones y, por lo tanto, sin la inevitable y perenne polémica sobre el juego de España post-Mundial de Brasil, la Roja volverá a pisar un terreno de juego, el de Žilina (Eslovaquia), que estará en perfectas condiciones, probablemente, pero que los jugadores notarán que está embarrado, y lo notarán como arenas movedizas. El fútbol de España lleva tiempo sin convencer. La puesta en escena del equipo de Del Bosque lleva mucho tiempo sin simplemente recordar al juego de los que fueron campeones del mundo y de Europa. Los motivos son varios, todos ellos discutibles y puede que hasta refutables, pero hay una cosa bien clara: muchos jugadores funcionan con sus clubes y no con la Selección. Los casos más flagrantes son Cesc Fàbregas y Diego Costa.

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