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Los tres extraños tiros en el pie que se pegó el Madrid en la final para sumar un nuevo fracaso
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TRES FALLOS INEXPLICABLES

Los tres extraños tiros en el pie que se pegó el Madrid en la final para sumar un nuevo fracaso

El equipo blanco firmó un desastroso partido en la final de Copa, salvado por momentos de juego y coraje en la segunda parte. Pero tres errores de concepto defensivo y futbolístico arruinaron la remontada del Madrid en la final de la Copa

Foto: El Barcelona celebra su victoria ante la decepción de los futbolistas del Real Madrid. (Reuters/Marcelo del Pozo)
El Barcelona celebra su victoria ante la decepción de los futbolistas del Real Madrid. (Reuters/Marcelo del Pozo)

El Real Madrid se volvió a quedar con la miel en los labios esta temporada (2-3). Esa plantilla que venía de hacer un impresionante doblete en Liga y Champions y que, además, se había reforzado con el mejor delantero del mundo, Kylian Mbappé, estaba llamada a convertirse en un equipo de leyenda... pero nada más lejos de la realidad. El curso está siendo gris, triste y anodino, perdiendo un nuevo título en un partido donde los blancos se pegaron varios tiros en el pie.

En la final de Copa, quedó confirmado que los problemas del equipo son muchos y variados, pues parten desde la confección de la plantilla, al once inicial, pasando por el desempeño de algunos jugadores y, sobre todo, la sensación de que el estilo de juego está agotado, bien por la acumulación de minutos o por la falta de ideas. Pero lo cierto es que el Real Madrid fue el gran responsable de que el Barça se llevara el título, cometiendo errores impropios de un equipo de primer nivel.

Foto: Imagen del encuentro entre Real Madrid y FC Barcelona. (Europa Press)

La primera parte fue un reflejo del miedo del Madrid: intentando proteger sus líneas, regalando la posesión continuamente, hipotecando sus ataques a chispazos individuales y sin fútbol ninguno. Los blancos fueron incapaces de dar más de ocho pases seguidos, los balones largos se convirtieron en la norma y la idea pasaba por tratar de hacer el partido largo, aprovechando sus oportunidades. Y, entonces, llegó la primera zancadilla que se puso el equipo madridista.

En una de las pocas contras que tuvo, Bellingham trató de filtrar un balón para dejar mano a mano a Vinícius con Szczesny. In extremis, la zaga culé cortaba el balón, que le caía a Pedri. El canario lanzaba el balón en largo a Lamine Yamal, mientras que el británico se lamentaba manos en la cabeza. Primer error, pues se olvidaba de su marca, de Pedri, que sí seguía la jugada: el internacional español alcanzaba el área contraria como una bala, mientras el inglés se desconectaba.

El Madrid escalonaba mal la defensa en la jugada, con varios jugadores marcando al mismo hombre y ubicándose mal sobre el césped. Eso permitió a Yamal salir hacia dentro pero, sin mucha más opción, Pedri apareció de segunda línea como un soplo de aire fresco. La imagen retrataba al Madrid y a Bellingham en concreto. Nadie tapaba la frontal... y Bellingham ni salía en la foto, olvidándose de su marca, para facilitar el primer gol azulgrana. Brutal falta de concepto defensivo del equipo.

En la segunda parte cambió el aire, pues el Madrid se olvidó de su corsé para salir mucho más agresivo. Eso embotelló al Barcelona, que se vio sorprendido por el plan de juego blanco. Los goles de Mbappé y Tchoauméni dieron la vuelta al marcador, en el mejor momento de juego blanco. Y entonces, cuando el partido se enfocaba hacia el fin, el Madrid se volvió a castigar a sí mismo, con otra acción defensiva gris, propia de la relajación del que se cree ya ganador antes del último pitido.

Otro fallo en cadena, permitió el gol del empate de Ferran Torres. Fran García no apretó con intensidad a Lamine Yamal, permitiéndole poner un balón a la espalda de la defensa. Rüdiger, al trote y sin demasiada intensidad, dejó botar el balón, confiado en la salida de Thibaut Courtois, que llegó tarde y mal. El internacional español, más listo que los dos, se colaba entre ambos para hacerse con el balón y empatar a puerta vacía. Otro tiro más en el pie de los blancos.

A pesar de que el Madrid estaba muy tocado en lo físico, el problema fue más anímico. De hecho, los blancos tuvieron varias opciones para volver a adelantarse, pero no supieron resolverlas. Al contrario que Koundé cuando el partido moría hacia los penaltis, aprovechándose de nuevo de otro error más de concepto. Un pase horizontal de Modric en salida de balón y la incomprensible relajación de Brahim, esperando el esférico, permitió al francés robar para el gol de la victoria.

Los tres goles del Barcelona son claros fallos de concepto del Madrid, situaciones muy extrañas en un equipo con jugadores de tanto nivel como el vigente campeón de la Champions y de la Liga. Dos errores defensivos, sumado a otro en salida de balón, que derivaron en perder la final de Copa. Acaba el curso y llega el momento de tomar decisiones, con un equipo que no ha dado el nivel esperado. Si los blancos quieren volver a ganar, hay que hacer muchos cambios. Es la dura realidad.

El Real Madrid se volvió a quedar con la miel en los labios esta temporada (2-3). Esa plantilla que venía de hacer un impresionante doblete en Liga y Champions y que, además, se había reforzado con el mejor delantero del mundo, Kylian Mbappé, estaba llamada a convertirse en un equipo de leyenda... pero nada más lejos de la realidad. El curso está siendo gris, triste y anodino, perdiendo un nuevo título en un partido donde los blancos se pegaron varios tiros en el pie.

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