Cómo el Barça arruinó el plan de Florentino, condenó a Ancelotti y cambió el fútbol español

El Barça se llevó una final de Copa del Rey que pudo caer para cualquiera de los dos equipos en la prórroga (3-2). El conjunto de Hansi Flick, en su primer año al mando del Barça, ganó por tercer partido consecutivo al Real Madrid para endosarle un doloroso 12-4 en el global de la temporada. El técnico alemán, además, sumó su segunda final favorable ante el equipo dirigido por Carlo Ancelotti tras imponerse en la final de la Supercopa de España. La superioridad azulgrana este curso ha sido total... y esto todavía no ha acabado.

El Barça podría sumar un póker de títulos si logra sellar LaLiga, a cuatro puntos del Real Madrid y con un partido entre ellos pendiente, y la Champions League, donde se enfrentará al Inter de Milán en semifinales. En una temporada donde el Real Madrid partía como el claro favorito para dominar el fútbol español con la llegada de Kylian Mbappé, el Barça, que solo fichó a dos futbolistas en verano (Dani Olmo y Pau Víctor), podría dejar en blanco ahora al Real Madrid.

Hansi Flick consiguió levantar a un equipo perdido, desanimado y sin rumbo y doblegar al mejor equipo del mundo el curso pasado. Es imposible sacarle más jugo a este Barça de entreguerras. "El Barça y el Real Madrid se tienen que ayudar, lo digo con total sinceridad. Tenemos que pensar que es un club que está entre los más grandes del mundo. ¿Por qué nos íbamos a enfadar?", aseguró Florentino Pérez esta misma temporada. Ningún equipo ha ayudado tanto en la recuperación deportiva del Barça como el Real Madrid.

El plan de Ancelotti hizo agua

La final de la Copa del Rey se presentaba como un punto de inflexión que el Barça no desaprovechó y el Real Madrid no consiguió cambiar su destino. A pesar de las bajas de su máximo goleador, Robert Lewandowski, y su lateral izquierdo titular, Alejandro Balde, los azulgranas arrollaron al Real Madrid en la primera parte. Los blancos no supieron cómo recuperar la pelota ni qué hacer con ella cuando la tenían en su poder hasta el descanso ni en la prórroga.

Asfixiados por la enérgica presión del Barça, los culés se juntaron a través de la pelota, taladraron la defensa del Real Madrid y se colocaron por delante con un gol de Pedri. Lucas Vázquez, Mendy (y luego Fran García) fueron puntos muy débiles. Vinícius, un islote, Bellingham se perdió entre un mar de centrocampistas azulgranas y ni Ceballos ni Valverde tenían la presencia suficiente como para imponerse a los culés. Rodrygo no hizo acto de comparecencia en otro partido muy discreto.

El Barça se adelantó y el Real Madrid, con cero tiros a puerta en los primeros 45 minutos, despertó en la segunda mitad. Los blancos tomaron más riesgos, subieron la línea defensiva y la entrada de Mbappé liberó a Vinícius. El conjunto de la capital tenía dos estiletes en ataque y el Barça, que físicamente llegaba justo a esta final, bajó la intensidad y notó el cansancio ante un equipo muy potente a campo abierto.

El Barça creyó hasta el final

En ese descontrol floreció el mejor Real Madrid, despojado del complejo y el miedo del primer tiempo. El Real Madrid encontró grietas en el sistema defensivo culé, la entrada de Güler y Modric mejoró al equipo y los blancos remontaron el partido en siete minutos (del 70 al 77). El equipo madrileño tuvo la sentencia en varias ocasiones, especialmente en los pies de un Vinícius muy errático.

Sin embargo, el grave error entre Rüdiger y Courtois lo cazó Ferran Torres. El Barça, un equipo cargado de jóvenes sin apenas experiencia, no se rindió jamás a pesar de los dos mazazos psicológicos encajados y el gol de Koundé cerró la remontada azulgrana. El equipo rezumó confianza ciega. "Contento por mi equipo y por el gran trabajo que han hecho los jugadores. Ha sido absolutamente increíble la forma de luchar, cómo han logrado remontar... Estoy muy orgulloso de mi equipo", confesaría Hansi Flick tras la final.

"Sabemos que en todo momento podemos marcar goles. Tenemos muy buen equipo, pero la verdad es que siempre nos levantamos. Tenemos mucha confianza en lo que estamos haciendo desde el principio de la temporada", argumentó Koundé.

Algo que también compartiría Lamine Yamal. "Se lo dije a Araújo antes de la final. Si el Real Madrid nos mete un gol, no importa. Si el Real Madrid nos mete dos goles, no importa. Este año no pueden con nosotros. Lo hemos demostrado". Ancelotti se marcharía satisfecho pese a la derrota. "Ha sido un buen partido. Se nos ha complicado la primera parte, mucho mejor la segunda, el partido estaba bajo control y en un balón a la espalda el partido se ha complicado", empezó Ancelotti en rueda de prensa.

"Hemos estado muy cerca, hay que seguir peleando y luchando, lo hemos hecho bien este sábado y no hay nada que reprochar al equipo. Si ganábamos nosotros no era un escándalo, en la segunda parte estuvimos más cerca nosotros que el rival. Tras el descanso, hemos manejado mejor la presión y la segunda parte ha sido un partido muy bueno", remató el italiano.