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Cronología de un esperpento: las seis horas en las que el Real Madrid marchó a la guerra total
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CRUCE DE DECLARACIONES Y COMUNICADOS

Cronología de un esperpento: las seis horas en las que el Real Madrid marchó a la guerra total

El club madridista se mostró muy enfadado con las declaraciones de De Burgos Bengoetxea y González Fuertes previas a la gran final, donde pasaron de pedir desde que no arbitraran a especular con la posibilidad de que no jugaran

Foto: Florentino Pérez, máximo responsable del Real Madrid. (Reuters/Juan Medina)
Florentino Pérez, máximo responsable del Real Madrid. (Reuters/Juan Medina)

Sainete absoluto antes de la gran final de la Copa del Rey. Lo que debía de ser un partido maravilloso entre los dos mejores equipos de España se ha convertido en un total esperpento y un partido donde lo deportivo ha quedado en un gris segundo plano. En seis horas frenéticas, en las que pasó absolutamente de todo, el Real Madrid recrudeció de manera definitiva la guerra total contra todo el mundo: el club blanco se siente dañado y decidió romper la baraja ante su malestar.

Desde hace tiempo, el Real Madrid se siente agraviado desde diferentes frentes y la explosión definitiva ha llegado este viernes, en el día previo de la final de la Copa del Rey. Todo comenzó con una rueda de prensa poco común en el fútbol español. Los dos árbitros encargados de dirigir la gran final, Ricardo de Burgos Bengoetxea -principal- y Pablo González Fuertes -al frente del VAR- hablaron ante los medios de comunicación, donde mostraron un mensaje contundente, con amenaza incluida.

Foto: De Burgos Bengoetxea pitará la final de Copa. (EFE/Alberto Estévez)

"Vamos a tener que empezar a tomar medidas mucho más serias de las que se están tomando. No vamos a seguir permitiendo que pase lo que está pasando. En pocas fechas, posiblemente tengáis noticias sobre lo que está aconteciendo y lo que va a venir. Pero el CTA va a hacer historia porque no vamos a aguantar lo que estamos aguantando", explicaba González Fuertes. Era una respuesta directa a una pregunta sobre los vídeos que hace Real Madrid TV sobre los colegiados.

O, dicho de otra manera, el colegiado del VAR en la final atacaba directamente a uno de los participantes de dicho partido. Más allá de la parte de razón que pueda tener o no el estamento arbitral, la pregunta es clara: ¿era el mejor momento? Las palabras levantaron un intercambio de comunicados, palabras y declaraciones que duró seis horas, momento en el que el Madrid confirmó que jugará la final, con José Manuel Rodríguez Uribes (CSD) interviniendo para convencer al club blanco.

Sea como fuere, el Real Madrid se sintió agraviado por las palabras del colegiado principal y del VAR, lo que provocó la reacción del club. Lo primero que hizo fue ponerse en contacto con la RFEF para expresar su malestar, además de pedir el cambio de los árbitros. Más allá de la razón que puedan tener, que un juez (en este caso, dos) ataque a una de las partes (Real Madrid) antes de un juicio (la final de Copa), no parece la mejor representación de una justicia limpia y equitativa.

La Federación negó la mayor, confirmando a El Confidencial que no se modificarían los colegiados del partido bajo ningún concepto. Y, entonces, el Madrid reaccionó: se negó a realizar el entrenamiento previo a la final, no acudió a la rueda de prensa previa al choque y llegó a valorar la opción de no presentarse a jugar la mismísima final. Lo siguiente, como era de esperar, fue la publicación de un primer duro comunicado por lo sucedido este viernes.

"El Real Madrid considera inadmisibles las manifestaciones públicas realizadas por los árbitros designados para la Final de la Copa (...). Estas manifestaciones (...) demuestran, una vez más, una clara y manifiesta animadversión y hostilidad de estos árbitros contra el Real Madrid. Las declaraciones distan mucho de los principios de equidad, objetividad e imparcialidad que deberían imperar a escasas horas de un acontecimiento que centra la atención de cientos de millones de personas", señalaba.

Es la guerra total

Tras lo sucedido este viernes, el Real Madrid escenificó la ruptura total con todos los estamentos futbolísticos que le atañen. Ha tenido problemas con la Liga por los horarios de los partidos; con UEFA y Champions por su iniciativa de la Superliga; con el Balón de Oro por la decisión de no dárselo a Vinícius; con el estamento arbitral, con el que ya estaba enfadado, especialmente desde que se desatara toda la trama del caso Negreira; y, ahora también, con la Federación por lo sucedido.

El Madrid se siente agraviado y atacado desde muchos frentes, el último a escasas horas de la disputa de la final de la Copa del Rey con unas incendiarias declaraciones de los colegiados encargados de impartir justicia en el partido. El escándalo está montado y queda por ver cómo se resuelve el encuentro, donde en caso de que se produzca alguna polémica, todas las miradas irán hacia la misma dirección, tras una jugada donde no se han medido las posibles consecuencias.

Todo indica que De Burgos Bengoetxea y González Fuertes dirigirán el partido y que no habrá ningún cambio desde la RFEF que diga lo contrario. Pero si ambos iban a ser vigilados con lupa, ahora la presión se ha multiplicado de manera exponencial. La final ha estallado por los aires antes de jugarse y el lío está formado. Pase lo que pase en el partido, cualquier decisión se pensará que ha sido premeditada, para bien o para mal. Es el último sainete del fútbol español.

Sainete absoluto antes de la gran final de la Copa del Rey. Lo que debía de ser un partido maravilloso entre los dos mejores equipos de España se ha convertido en un total esperpento y un partido donde lo deportivo ha quedado en un gris segundo plano. En seis horas frenéticas, en las que pasó absolutamente de todo, el Real Madrid recrudeció de manera definitiva la guerra total contra todo el mundo: el club blanco se siente dañado y decidió romper la baraja ante su malestar.

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