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Sangre en el tobillo y un "tirón de orejas": así es como el Barça baila al ritmo de Lamine Yamal
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UN FUTBOLISTA DIFERENCIAL

Sangre en el tobillo y un "tirón de orejas": así es como el Barça baila al ritmo de Lamine Yamal

El internacional español está brillando esta temporada, en la que ha participado de manera directa en 32 goles de su equipo. El último, el que valió el pase a la final de la Copa del Rey

Foto: Lamine Yamal celebra un gol en Champions. (EFE/Alejandro García)
Lamine Yamal celebra un gol en Champions. (EFE/Alejandro García)

Lamine Yamal es un jugador que marca las diferencias. Cada vez que el balón pasa por sus pies, suceden situaciones de peligro a favor del Barcelona. Es rápido, habilidoso, tiene un regate eléctrico y un gran disparo. Y, a pesar de todo ello, no es la mayor de sus virtudes: la capacidad que tiene de leer los partidos y entender lo que su equipo necesita es la clave de su juego. Y el Barcelona se mueve al ritmo que marca el internacional español, tal y como se demostró ante el Atlético.

El extremo azulgrana es una de las grandes razones de la gran temporada que está firmando el Barcelona. Lamine Yamal se ha convertido en la revelación del fútbol español, uno de esos jugadores plagados de calidad e ingenio para solventar los problemas que vayan apareciendo sobre el césped de manera brillante. Pero es tan plástico en el manejo del balón que muchas veces nos quedamos en la superficie: es muy estético, pero la clave es cómo consigue hacerlo práctico.

Foto: Simeone, durante la semifinal. (Reuters/Susana Vera)

Si vamos a los números, estos nos dicen que Yamal ha logrado 13 goles y 19 asistencias en los 41 partidos que ha disputado en todas las competiciones con el Barcelona, es decir, casi participa en un gol por partido cada vez que viste la camiseta azulgrana. Las frías cifras hablan por sí solas, pero hay un elemento que va mucho más allá, un intangible que provoca que los equipos se protejan del joven jugador y, de manera inconsciente, se aplasten en defensa.

Su habilidad en el regate por ambos costados y la capacidad para repetir esfuerzos de manera constante, además de su inteligencia para leer lo que necesita el partido en cada momento, le convierten en un verdadero dolor de cabeza para los rivales, que no ven la manera de frenarle. Algo parecido a Raphinha por la otra banda. Es algo que el Atlético sabía y, por esa razón, decidieron tratar de intimidar a ambos jugadores con entradas duras desde el primer minuto.

La peligrosa patada de Azpilicueta sobre Raphinha nada más comenzar el encuentro fue el mejor ejemplo, algo que se repitió constantemente durante el choque y de lo que no se libró Yamal. El español recibió cuatro faltas, la más dura de ellas en el minuto 57 que, incluso, le tuvo cerca de obligarle a dejar el campo. En contraataque del Barcelona, el extremo derecho pisaba las cercanías del área y, antes de filtrar un balón a Raphinha, recibió una dura entrada que quedó impune.

Clement Lenglet se lanzó con todo y golpeó duramente el tobillo izquierdo de Yamal. Pronto, las imágenes revelaban sangre en la articulación del jugador, al que se le pudo ver cojeando durante varios minutos. Incluso Hansi Flick le preguntó por su estado, pidiendo él seguir hasta que, en el minuto 87, era sustituido por Gerard Martín. Pero, lejos de amilanarse, demostró personalidad, siguió en el campo y, como no, siendo la principal razón del ataque de los azulgranas.

Pero esa superioridad técnica también tiene su cara B. Esa confianza extra que tiene a veces le juega malas pasadas, intentando llevar a cabo acciones complicadas en lugar de jugar fácil. El que mejor lo explicó fue Pedri al término del choque: "Siempre le digo que siga haciendo lo que hace, que siga divirtiéndose. Aunque a veces hay que tirarle de las orejas... pero no pasa nada". ¿A qué se refería? Precisamente a esos excesos de lucimiento que, a veces, complican al equipo.

Yamal solo tiene 18 años y, como tal, tiene un margen de mejora realmente elevado. Esas pequeñas facetas en las que aún no está fino las irá puliendo con el paso de los partidos y, si esas correcciones llegan mientras mantiene su nivel, estamos ante un jugador que puede marcar una época. Solo hay que ver la jugada que se inventó en el gol de Ferran Torres ante el Atlético para saber que es un futbolista diferente. Y el Barça sabe que debe de bailar al ritmo que marca Lamine Yamal.

Lamine Yamal es un jugador que marca las diferencias. Cada vez que el balón pasa por sus pies, suceden situaciones de peligro a favor del Barcelona. Es rápido, habilidoso, tiene un regate eléctrico y un gran disparo. Y, a pesar de todo ello, no es la mayor de sus virtudes: la capacidad que tiene de leer los partidos y entender lo que su equipo necesita es la clave de su juego. Y el Barcelona se mueve al ritmo que marca el internacional español, tal y como se demostró ante el Atlético.

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