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Un bombardero anda suelto: el instinto asesino de Endrick es la mejor noticia del Real Madrid
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EL BRASILEÑO DIO LA VICTORIA AL MADRID

Un bombardero anda suelto: el instinto asesino de Endrick es la mejor noticia del Real Madrid

Endrick sabe de sobra cuál es su papel en este Real Madrid, pero eso no le ha quitado un ápice de voracidad cada vez que pisa el césped. Con 6 goles, uno cada 79 minutos que juega, confirma que Ancelotti tiene balas de sobra en el banquillo

Foto: Endrick celebra su bello gol ante la Real Sociedad en la ida de las 'semis' de Copa. (EFE /uan Herrero)
Endrick celebra su bello gol ante la Real Sociedad en la ida de las 'semis' de Copa. (EFE /uan Herrero)

Solo ha hecho falta verle 474 minutos para saber que Endrick tiene algo especial. Que un club como el Real Madrid decida lanzarse al mercado con todo para ficharte con 18 años, ya es una simple prueba de lo que puede ofrecer, pero luego hay que dar el salto al vacío. Una vez has demostrado nivel para llegar al equipo, hay que salir al campo y aprovechar cada oportunidad como si fuera la última. Y el brasileño es un animal competitivo como no muchas veces se ha visto.

En su primera temporada en la casa blanca, Endrick ha jugado ratitos, pero siempre ha aportado al equipo. Sin ir más lejos, la victoria en el Reale Arena en la ida de las semifinales de la Copa (0-1) fue, en buena parte, mérito suyo, gracias a un gol de genio de esos que solo son capaces de marcar los futbolistas de absoluta élite. Y tener a un jugador así, suplente de lujo y que, cuando juega, aporta al máximo, es la mejor noticia que podría tener el Real Madrid.

Foto: Endrick celebra su tanto en Anoeta. (EFE/Juan Herrero)

Endrick ya suma 6 goles en la temporada o, lo que es lo mismo, es capaz de anotar una diana cada 79 minutos. Las ha conseguido de todos los colores: con misiles desde lejos (Stuttgart, Valladolid o Celta), de cazagoles (Leganés) o, incluso, de verdadero artista (el taconazo ante el Celta o el exterior ante la Real). Pero, sin duda, su mejor virtud no es el gol, sino el hambre que demuestra sobre el césped. Y es que, pese a su brillante partido en Copa, se marchó con mal sabor de boca.

Entrevistado al término del choque ante la Real para que ofreciera las primeras sensaciones que había tenido, sus palabras demuestran la mentalidad del brasileño: "Ahora estoy un poco enfadado porque podría haberlo hecho mejor, pero voy a hacerlo corrigiendo mis errores. Soy un trabajador y tengo que trabajar. Me gusta ayudar al equipo y estoy contento del cuarto gol en Copa", expresaba. Sí, estaba feliz por su gol... pero no era en lo que se fijaba de su participación en el encuentro.

Y eso que el tanto de Endrick fue una acción de genio. El pase medido de Bellingham, el excelente control orientado en carrera de Endrick y su definición con el exterior para dar la victoria al Madrid dieron lugar a uno de esos goles que serán recordados durante mucho tiempo. Y, a pesar de toda la belleza del gol, otros dos detalles lejos de los focos marcan la diferencia: la recuperación Vinícius en área contraria y cómo Endrick es capaz de entender que debe de correr al espacio.

Pero el brasileño tenía otra jugada en la cabeza: lo sucedido en el minuto 51 de partido, cuando acarició el doblete en una nueva y brillante acción técnica dentro del área. De nuevo Bellingham, aunque esta vez con la izquierda, ponía un brillante balón al espacio para Endrick que, tras otro control magistral, sacaba un latigazo inapelable que reventaba el larguero de Álex Remiro. Era la acción que le daba vueltas a la cabeza: estaba feliz por el gol, pero triste por no haber hecho el segundo.

Ese es el hambre que tanto bien le hace al Madrid, el de un jugador que se sabe muy suplente, pero que sale al campo a comerse el mundo. Si echamos un vistazo al equipo, es posiblemente el equipo con más pólvora de todos los tiempos, con Mbappé, Vinícius, Rodrygo y Bellingham como principales jugadores de ataque, pero escoltados por jugadores con mucha calidad como Brahim, Arda Güler o el propio Endrick. Que el último jugador en ataque tenga esta voracidad, es clave.

Carlo Ancelotti, tal y como ha ido haciendo con otros jugadores, va dándole oportunidades a cuentagotas para que vaya aclimatándose al equipo, pero lo cierto es que Endrick está respondiendo con goles. El último, clave para poner pie y medio en la final de la Copa del Rey... aunque la clave de por qué lo tiene todo para ser uno de los grandes goleadores del Real Madrid está en su mentalidad. Contento por el gol, pero triste por no hacer el segundo, el instinto asesino que necesita cualquier grande.

Solo ha hecho falta verle 474 minutos para saber que Endrick tiene algo especial. Que un club como el Real Madrid decida lanzarse al mercado con todo para ficharte con 18 años, ya es una simple prueba de lo que puede ofrecer, pero luego hay que dar el salto al vacío. Una vez has demostrado nivel para llegar al equipo, hay que salir al campo y aprovechar cada oportunidad como si fuera la última. Y el brasileño es un animal competitivo como no muchas veces se ha visto.

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