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El Real Madrid te explica el ciclo de la vida y Simeone tiene 'flashbacks' de Vietnam
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Lo mejor y lo peor

El Real Madrid te explica el ciclo de la vida y Simeone tiene 'flashbacks' de Vietnam

Los de Ancelotti alcanzan las semifinales de la Copa del Rey tras (otra) remontada. Un gran Atlético de Madrid se hundió en mitad de unas cuestionables decisiones del técnico argentino

Foto: El Madrid remontó para estar en las semifinales de la Copa. (EFE/Rodrigo Jiménez)
El Madrid remontó para estar en las semifinales de la Copa. (EFE/Rodrigo Jiménez)

Todo es cíclico, pero lo del Real Madrid empieza a ser insultante. El equipo de Carlo Ancelotti ofreció en los cuartos de final de la Copa del Rey de fútbol una imagen casi idéntica a la vivida en octavos ante el Villarreal. 70 minutos de desasosiego y tristeza sobre el campo. 15 minutos de furia para remontar el partido y de vuelta a casa. El Santiago Bernabéu vibró con un partido que ya habían visto unas doscientos millones de veces: el Madrid sufre; el Madrid va por detrás en el marcador; el rival apabulla a un Madrid descosido y en la lona; el Madrid se levanta, se quita el polvo de las solapas, te remonta y a otra cosa mariposa.

Ni siquiera el mejor Atlético de Madrid en versión derbi de los últimos años consiguió rematar a los merengues, tan fáciles de tumbar, tan difícil de sentenciar. Diego Pablo Simeone acertó con un planteamiento táctico inicial que desarboló al de Ancelotti, aunque volvió a realizar decisiones muy cuestionables durante el encuentro que dieron vida al Madrid.

Lo mejor | Otra remontada para el carrete

Llámelo épica, llámelo potra, pero este equipo tiene algo, y de lo que tiene, tiene mucho. Pocos argumentos futbolísticos tenía el Madrid para aferrarse a la remontada. Pero el Santiago Bernabéu ha sido testigo de numerosas exhibiciones en los últimos tiempos y hace tiempo que dejó de ser casualidad. Aun así, hubo varios elementos que sostiene a la mística. El primero se llama Dani Ceballos, que aporta una energía al centro del campo muy superior a la que, por motivos físicos, pueden ofrecer Toni Kroos y Luka Modric juntos. El sevillano cambió la cara a la medular merengue, por momentos hiperactivo, pero decisivo.

placeholder Rodrygo fue sustituido por molestias. (Reuters/Susana Vera)
Rodrygo fue sustituido por molestias. (Reuters/Susana Vera)

Luego está Rodrygo, al que parece que la bronca de Ancelotti le vino más que bien. El brasileño entró como revulsivo y dejó un gol de época. Recorte con quiebro fuera del área, pisadita para internarse, otro amago y recurso de puntera por el palo corto de Oblak para empatar el encuentro. Mención especial para un compatriota, Eder Militao, que sostuvo los peores momentos madridistas y a un, digámoslo suave, despistado Rüdiger.

Lo bueno | Camavinga sigue creciendo

Hace unas semanas, el principal problema de Camavinga como futbolista del Real Madrid era su continuidad. El francés es todo talento, pero poco orden. Su aportación desde el banquillo como agitador estaba más que aprobada, su consistencia como titular en el templo blanco… no. Y le ha costado, pero la verdad es que el todocampista cada día es mejor jugador.

Foto: Camavinga conduce un balón con la oposición de Yuri. (Reuters/Vincent West)

Ancelotti empezó con Camavinga como pivote ante la ausencia de Tchouaméni, que sigue recuperándose de sus problemas musculares. La lesión de Mendy —y la falta de confianza en otros futbolistas— hizo que el técnico italiano emulase a Deschamps para colocar al francés como lateral izquierdo. Lateral izquierdo. Con muchas comillas. Desde el carril, el joven futbolista fue un centrocampista más, pisando área rojiblanca con facilidad y ofreciendo un pulmón extra a su equipo.

Lo normal | Este Atlético de Madrid sabe jugar al fútbol

El aficionado atlético se marchó a casa con sabor agridulce. Lo cierto es que fue el equipo que durante más minutos dominó el partido, pero en este deporte gana el que vaya por delante al finalizar el tiempo reglamentario. Con una apuesta valiente por parte de Simeone, los rojiblancos fueron superiores ante su eterno rival… y ofrecieron buen juego combinativo. Supieron sufrir hasta el arreón final madridista y demostraron que hay mucho fútbol en su plantilla.

Foto: El Cholo Simeone, durante un partido en el Wanda. (EFE/Kiko Huesca)

Con uno menos en la prórroga gracias a una expulsión por doble amarilla que Savic no se molestó ni en protestar, el Atleti no bajó los brazos, volvió a manejar el balón y a punto estuvo de causar un nuevo susto en el Bernabéu. La imagen del gol de Vinícius, quien pudo meterse dentro de la portería de Oblak con la bola en sus pies a juzgar por la pasividad de la defensa rojiblanca (fruto de la falta de gasolina), no hizo justicia al desempeño colchonero.

Lo malo | Valverde está tocado

No todo es positivo en la remontada del Real Madrid. Ni mucho menos. Desde el Mundial, uno de sus futbolistas más desequilibrantes en la primera mitad de la temporada está estancado: Federico Valverde. El charrúa está llamado a dominar el centro del campo madridista por muchos años. Pero ante el Atlético de Madrid protagonizó uno de sus peores partidos defendiendo la camiseta blanca. Falto de ideas, buscando pases fáciles y, para colmo, fallándolos.

Valverde siempre ha destacado por ser un superdotado en lo físico, pero el curso se le está haciendo muy largo. Tiene tarea Ancelotti por delante para recuperarlo. Se hace difícil imaginar al Madrid triunfando sin la aportación del uruguayo.

Lo peor | ¿Cree Simeone en sus jugadores?

El Cholo Simeone es preso de sus ideas. Cantaba Sabina aquello de "al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver". Ese fútbol tan criticado como efectivo que catapultó sus mejores años como técnico colchonero ya no funciona. Ni tiene un equipo impenetrable ni el juego es el mismo. Pero sí hay plantilla para más. El técnico argentino sometió al Madrid y aguantaba con bastante soltura los intentos de su rival cuando, en el minuto 63, cambió a su goleador, Álvaro Morata, para dar entrada a Witsel. ¿Les suena de algo esta historia?

placeholder Simeone, durante el encuentro. (Reuters/Susana Vera)
Simeone, durante el encuentro. (Reuters/Susana Vera)

Antes de saltar a la prórroga, el Madrid recibió la mejor noticia posible: Griezmann se quedaba en el banquillo. El francés había sido el mejor jugador rojiblanco, probablemente, el futbolista más en forma del fútbol español del último mes, pero el Cholo valoró las piernas frescas más que a su estrella. El recuerdo de Milán todavía colea en el aficionado atlético y ayer hubo flashbacks de Vietnam... otra vez.

Todo es cíclico, pero lo del Real Madrid empieza a ser insultante. El equipo de Carlo Ancelotti ofreció en los cuartos de final de la Copa del Rey de fútbol una imagen casi idéntica a la vivida en octavos ante el Villarreal. 70 minutos de desasosiego y tristeza sobre el campo. 15 minutos de furia para remontar el partido y de vuelta a casa. El Santiago Bernabéu vibró con un partido que ya habían visto unas doscientos millones de veces: el Madrid sufre; el Madrid va por detrás en el marcador; el rival apabulla a un Madrid descosido y en la lona; el Madrid se levanta, se quita el polvo de las solapas, te remonta y a otra cosa mariposa.

Ni siquiera el mejor Atlético de Madrid en versión derbi de los últimos años consiguió rematar a los merengues, tan fáciles de tumbar, tan difícil de sentenciar. Diego Pablo Simeone acertó con un planteamiento táctico inicial que desarboló al de Ancelotti, aunque volvió a realizar decisiones muy cuestionables durante el encuentro que dieron vida al Madrid.

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