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Asensio destaca levemente entre la mediocridad constante del Real Madrid
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un gran gol suyo en el 89' cierra otro mal día

Asensio destaca levemente entre la mediocridad constante del Real Madrid

Quizás el mallorquín ya ha quemado la etapa del Madrid B y requiera descansar en días como este jueves y jugar y hacer jugar en los días como el Clásico, Vigo o el Paris Saint-Germain

Foto: Asensio celebra el gol que encarrila el pase a semifinales. (EFE)
Asensio celebra el gol que encarrila el pase a semifinales. (EFE)

En las contadas ocasiones en las que el Real Madrid hizo bostezar con ganas a su afición la temporada pasada, el madridista se apoyaba en el antídoto que manejaba Zidane, a quien se lo reclamaban: "¡Que juegue el Madrid B!", decían las voces altisonantes de la afición blanca, incluso de la crítica más acérrima. Los buenos eran los otros o, mejor dicho, los otros también era muy buenos, a veces mejores. Y cuando los ponía, el Madrid divertía y ganaba bien. En medio año, a Zidane le dilapidaron esa segunda unidad y la que le otorgaron le ofrece unas versiones tan pobres como las de los cinco partidos de la Copa del Rey que lleva disputados. El último episodio para olvidar, lo de Leganés (0-1).

Zidane se ha decantado por este equipo bien llamado secundario en todos los encuentros de la segunda competición nacional, ya que los adversarios que han ido tocando estaban muy lejos de la superpotencia que es un bicampeón de Europa. Y las eliminatorias, siendo pragmáticos, las ha solventado. El Madrid está en cuartos de final y oliendo ya el aroma de las semifinales exprimiendo hasta la última gota de la ley del mínimo esfuerzo. Ganó en Fuenlabrada, en Soria y en Leganés, y no encajó en ninguno de los tres encuentros como visitante. Luego rozó el ridículo dos veces en casa, pero estaba en el bombo, que es lo que cuenta. Lo que pasa, lo que atormenta a Zizou, es que no encuentra en estas jornadas intersemanales motivos de peso para confiar en estos futbolistas cuando el fútbol se pone tenso y complicado, es decir, en Liga, en Champions y demás.

Foto: Cristiano Ronaldo vive complicados momentos en el Real Madrid. (Reuters)

Algo que forma parte endémica del ser del Real Madrid es el convencimiento de que en cualquier momento, juegue bien o juegue mal, te va a ganar. Cuando juega bien, lo normal es que gane, pero cuando juega mal, el Madrid gana incluso mejor. Es una forma de vida, cruzar la cuerda floja con desgana y descuido, pero llegar al otro lado sin que siquiera se acelere el corazón. Incluso el Madrid de Baljic y Julio César tenía ese espíritu (cómo no lo iba a tener, fue campeón de Europa). Es curioso que el predecesor del equipo que dio al club el mejor año de su historia lo haya perdido. Los jugadores transmiten la sensación de que en cualquier momento van a perder y ellos mismos viven con ese miedo.

El Leganés jugó una segunda parte escandalosa. No es virtuoso con el balón porque no tiene jugadores para serlo, pero Asier Garitano aprovecha hasta el último grano de trigo que le ofrece su cosecha. Aplastó al Madrid contra Casilla hasta el punto de dejar al equipo blanco sin disparar entre los tres palos durante más de una hora de encuentro. Se veía más a El Zhar y Beauvue con el balón que a Asensio y Lucas. Lo que le pasa al Leganés es lo de siempre: no marcó, tampoco creó ocasiones de sobra para ello (ya se sabe, contra el Madrid hay que tener 20 para meter una). Las malas salidas de Casilla no fueron aliento suficiente para lanzarse a degüello, tampoco los cambios ofensivos del técnico vasco.

El Madrid se tenía que apoyar en su virtud, el oportunismo, el acierto de la nada, justo lo contrario que su adversario. Para algo le sobra calidad. Aun así, sirva de paradigma de cómo está este equipo ese fallo de Kovacic, solo delante de Nereo Champagne. Un remate tan desviado como la temporada blanca. No hay muchos elementos a los que agarrarse ahora para el Madrid. Mira Zidane a su alrededor y ve mediocridad. No lo dice, pero lo siente. ¿Qué le funciona? Nada, casi nada. Ya ni Isco. Ni espera que Cristiano un día devuelva sus números a dígitos dignos de su pedigrí. Tiene a Asensio.

placeholder Asensio volvió a marcar después de más de dos meses. (EFE)
Asensio volvió a marcar después de más de dos meses. (EFE)

Pide responsabilidad

¿Y qué es ahora mismo Asensio? Fantástica pregunta que se realiza el madridismo. Las cualidades que tiene le invitan a luchar por el trono del fútbol mundial en la generación de Neymar. Lo que ocurre es que no las explota con constancia. No es el jugador de agosto, tampoco de primavera. Su fútbol va a chispazos, muy brillantes, eso sí, como los fuegos artificiales de Gandalf, esporádicos, solo para días de celebración especial, como el cumpleaños de Bilbo. Tiró una vez desde muy lejos y le blocaron el tiro, pero no tentó más a la suerte con su recurso predilecto. Pero es tan bueno... Marcó otro golazo, de factura muy diferente a otros pero con la misma virtud, un perfecto control de su pie izquierdo.

Zidane necesita a Asensio y Asensio necesita a Zidane. Necesita la responsabilidad de tirar del equipo, sentir que los jugadores que tiene alrededor confían en él para sacar de un atolladero al Madrid. Lo que hizo ante el Valencia en la jornada dos de Liga, por ejemplo. Él solo empató aquel encuentro que estaba perdido y pudo hasta ganarlo. Quizás el mallorquín ya ha quemado la etapa del Madrid B y requiera descansar en días como este jueves y jugar y hacer jugar en los días como el Clásico, Vigo o el Paris Saint-Germain.

Dentro de lo positivo que resulta no tener la obligación competitiva de sobrecargar a los titulares, a Zidane se le abre un panorama realmente complicado de gestionar. Al Madrid ya solo le interesan las copas, la del Rey y la de Europa, la Liga pasa a ser un torneo menor en el que mantener una estabilidad decente que no haga peligrar el acceso a la Champions League (ahora puesto en cuestión seriamente). Lo que ocurrió en las últimas semanas de la temporada pasada fue que la Liga la ganó el llamado Madrid B. Las durísimas eliminatorias contra Bayern y Atlético las disputaban los Cristiano, Benzema, Modric y compañía, y en España jugaban James, Morata y Asensio. ¿Hará lo mismo esta vez? ¿Por qué debería, si los 'buenos' ya tampoco funcionan?

Ficha técnica

0 - Leganés: Champagne, Tito, Siovas, Bustinza, Diego Rico; Gumbau, Rubén Pérez (Brasanac, min.61); El Zhar, Naranjo (Amrabat, min.69), Eraso; y Beauvue (Omar Ramos, min.81).

1 - Real Madrid: Casilla; Carvajal, Varane, Vallejon (Nacho, min.14), Theo Hernández; Llorente (Isco, min.72), Ceballos (Modric, min.66), Kovacic; Lucas Vázquez, Asensio y Mayoral.

Goles: 0-1, min.89: Asensio.

Árbitro: José María Sánchez Martínez (Comité murciano). Mostró tarjeta amarilla a El Zhar (min.38) y a Gumbau (min.62).

Incidencias: partido de ida de los cuartos de final de la Copa del Rey disputado en el estadio de Butarque ante 11.327 espectadores.

En las contadas ocasiones en las que el Real Madrid hizo bostezar con ganas a su afición la temporada pasada, el madridista se apoyaba en el antídoto que manejaba Zidane, a quien se lo reclamaban: "¡Que juegue el Madrid B!", decían las voces altisonantes de la afición blanca, incluso de la crítica más acérrima. Los buenos eran los otros o, mejor dicho, los otros también era muy buenos, a veces mejores. Y cuando los ponía, el Madrid divertía y ganaba bien. En medio año, a Zidane le dilapidaron esa segunda unidad y la que le otorgaron le ofrece unas versiones tan pobres como las de los cinco partidos de la Copa del Rey que lleva disputados. El último episodio para olvidar, lo de Leganés (0-1).

Marco Asensio
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