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El Madrid llora por los días en los que Morata y Mariano hacían interesante la Copa
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otro vergonzoso empate ante un 'segunda'

El Madrid llora por los días en los que Morata y Mariano hacían interesante la Copa

Zidane volvió a dar la Copa a los menos habituales y una vez más Lucas Vázquez fue el único que respondió, ya que ni Asensio, ni Ceballos ni Mayoral terminan de exigir un puesto como titulares

Foto: La celebración del Numancia ante Zidane. (EFE)
La celebración del Numancia ante Zidane. (EFE)

Tal y como está el Real Madrid, el sorteo de octavos pudo ser el más benévolo posible para el club blanco. Bueno, en realidad le podía haber tocado el Formentera o el Lleida, que para el caso son equipos de Segunda B, pero el Numancia era el otro superviviente que no jugaba en la máxima categoría. Visto lo visto, cualquier otra alternativa, cualquier conjunto de su misma división podría haber supuesto la eliminación del Madrid, de este Madrid lastimero, ramplón, que apenas sobrevive sobre el campo y que cada día que pasa languidece más. Otro empate a dos goles y gracias, porque pudo rozar la vergüenza si no en forma de eliminación, sí en forma de derrota.

El Fuenlabrada ya estuvo cerca de ganar en el Bernabéu. Estos días en los que Zidane tiene la fortuna de poder jugar con los que no juegan nunca o casi nunca, algo con lo que no cuenta, por ejemplo, el Barça, que en su duelo con el Celta siente mayor necesidad de hacer competir a los mejores, el francés tampoco está pudiendo encontrar un alivio al vía crucis por el que transita. Nada le funciona, ni con los titulares ni con los suplentes, puede que ni aunque él tuviera 28 años y pudiera saltar al campo a jugar tendría la finura para realizar esos controles que el resto de mortales solo imaginan hacer.

Foto: Zidane gesticula durante una rueda de prensa. (EFE)

Esto antes no era así, ni por asomo. A Zidane no le ha dado la Copa muchas 'chances', como dicen los argentinos. Benítez y Cheryshev le impidieron disfrutarla en su primera experiencia y el Celta, en esta misma ronda, le mandó a paseo. Pero el poco recuerdo no aciago que tiene de esta competición viene de los dieciseisavos de final del curso pasado. En esa primera ronda con participación de la élite, el Madrid se topó con la Cultural Leonesa, uno de tantos equipos al que tocarle el Madrid significaba salir del pozo de 2ª B. Y si bien era uno de los mejores equipos de la división de bronce, el Madrid le vapuleó sin miramientos tanto en León como en Chamartín.

placeholder Lucas, otra vez el mejor. (EFE)
Lucas, otra vez el mejor. (EFE)

No había piedad, en parte, porque los suplentes se morían por jugar, por aportar. Y, por qué no decirlo, por divertirse, que no es lo mismo salir al campo pensando que es un partido aburrido y que qué frío que hace que con la mentalidad de pasártelo bien con tus colegas echando una pachanga con escaso valor competitivo. En el caso del Numancia se puede utilizar, y se hará, el manido argumento de que 'también juega', de que 'se deja la vida' por jugar contra el Madrid y demás palabrería barata. ¿Acaso no hizo lo mismo la Cultural? Pues bien, la Leonesa se llevó para casa trece goles en dos partidos. Se dice pronto, pero no es sencillo hacer tantos goles en dos partidos, sea contra quien sea.

Zidane tenía el año pasado a dos futbolistas que explotaban cada instante del que disponían al límite, lo escurrían hasta no dejar gota. Álvaro Morata jugó mucho menos que Karim Benzema, pero no fue ningún tipo de impedimento para marcar más goles que él entre todas las competiciones. Cuando tenía la opción de saltar al campo, Morata lo hacía todo para marcar, que era la función primordial que se le requería. Lo mismo se puede decir de Mariano Díaz, cuyo territorio casi en exclusiva el curso pasado fue el breve paso del Madrid por la Copa, en la que marcó cuatro goles, todos a la Cultural. Son estos los días en los que estos se dejaban la piel por gustar al entrenador, por llamar la atención, por hacer, en definitiva, lo que saben hacer lo mejor posible.

Morata y Mariano ya no están por voluntad propia, no sintieron que fueran a ser suficientemente importantes y prefirieron marcar sus goles para otros equipos y el Madrid los echa muchísimo de menos. Los añora aunque solo sea para hacer este tipo de encuentros interesantes. Una vez más, y ya van varias en este torneo, en la que Lucas Vázquez saca pecho por los demás. Da un paso al frente pidiendo más minutos, lo que se supone que debe hacer. Asensio no estuvo mal, tampoco Ceballos ni Mayoral, pero no hubo ningún otro jugador que cogiera las riendas y mirando de soslayo a Zidane le sugiriese con 'rintintín' que ahí estaba él para cuando lo considerara oportuno. Si ya hasta Nacho Fernández, un perenne notable como nota media, está perdido y superado (por un excepcional Guillermo Fernández), apaga y vámonos. Pero Zidane no puede apagar, tiene que levantar este muerto como sea antes de que lo entierren...

Ficha técnica

2 - Real Madrid: Casilla; Carvajal (Achraf, m.46), Nacho, Vallejo, Theo; Marcos Llorente, Ceballos, Kovacic; Marco Asensio (Isco, m.63), Lucas Vázquez y Borja Mayoral (Casemiro, m.77).

2 - Numancia: Munir; Unai Medina, Elgezabal, Dani Calvo, Saúl García; Larrea, Grego; Nacho, Medina (Markel, m.71), Marc Mateu (Pere Milla, m.66); Higinio (Guillermo, m.41).

Goles: 1-0, m.10: Lucas Vázquez. 1-1, m.45: Guillermo. 2-1, m.59: Lucas Vázquez. 2-2, m.82: Guillermo.

Árbitro: José Luis Munuera Montero (colegio andaluz). Amonestó a Grego (18) por el Numancia. Expulsó por doble amonestación a Dani Calvo (84 y 92).

Incidencias: partido de vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante unos 40.000 espectadores, alrededor de 2.000 del Numancia.

Tal y como está el Real Madrid, el sorteo de octavos pudo ser el más benévolo posible para el club blanco. Bueno, en realidad le podía haber tocado el Formentera o el Lleida, que para el caso son equipos de Segunda B, pero el Numancia era el otro superviviente que no jugaba en la máxima categoría. Visto lo visto, cualquier otra alternativa, cualquier conjunto de su misma división podría haber supuesto la eliminación del Madrid, de este Madrid lastimero, ramplón, que apenas sobrevive sobre el campo y que cada día que pasa languidece más. Otro empate a dos goles y gracias, porque pudo rozar la vergüenza si no en forma de eliminación, sí en forma de derrota.

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