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La vuelta de Bale evita el ridículo del Madrid
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grave fallo de keylor en el gol del 0-1

La vuelta de Bale evita el ridículo del Madrid

Bale subrayó la profunda diferencia entre la segunda unidad del Madrid actual con respecto a la de la temporada pasada. El larguero evitó que el Fuenlabrada pudiera forzar la prórroga

Foto: Bale y Mayoral gestaron los goles blancos. (Cordon Press)
Bale y Mayoral gestaron los goles blancos. (Cordon Press)

Lo del Fuenlabrada fue un buen sofocón, de los de verdad. El Real Madrid ha rozado el ridículo al nivel de aquellas eliminaciones con el Real Unión y el Alcorcón. El 'larguerazo' del Cata Díaz que hubiera puesto el 0-2 y, por tanto, la igualdad en la eliminatoria resonó en todo el distrito de Chamartín, y sobre todo en los oídos de Zinédine Zidane. Después de una hora de fútbol bochornoso protagonizado por los chavales, que se supone que debían estar excitados por jugar como titulares en el Bernabéu, entró Gareth Bale y sentó cátedra. Sacó un empate el Fuenlabrada, pasó el Madrid.

Bale subrayó con boli rojo, ese que da tanto miedo a los colegiales, la profunda diferencia entre la segunda unidad del Madrid actual con respecto a la de la temporada pasada. El año pasado, James, Morata, Asensio y Mariano golearon por un global de 13-2 a la Cultural Leonesa. Este año, dos penaltis arreglaron la eliminatoria en la ida, pero no se estropeó de milagro. Llorente, Theo, Ceballos, Achraf, Kovacic... no era lo mismo. Precisamente el croata, que volvía a ser titular dos meses y medio después de lesionarse, estuvo increíblemente fallón. Nadie acertaba, ni siquiera Keylor Navas.

Foto: Kiko Casilla, en el partido contra el Tottenham. (Reuters)

En el Madrid están convencidos de que los guardianes de su portería no son los mejores que pueden tener. Han ganado mucho con Keylor y Casilla entre los palos y precisamente esa es la razón por la que se han mantenido estos tres años en la primera plantilla blanca. No se podía justificar con fracasos un cambio tan sensible siempre como el portero. Pero a Florentino y a la dirección deportiva blanca nunca les han atraído los dos guardametas que tienen, cuyos fallos persistentes tampoco ayudan a que se llegue a un punto de entendimiento en que se deje de hablar de ellos, de De Gea, de Kepa o de cualquier otro cancerbero que pueda entrar en los planes del Madrid.

placeholder El error de Navas en el gol de Milla. (EFE)
El error de Navas en el gol de Milla. (EFE)

El hijo de Luis Milla, que se llama como su padre y juega donde su padre, la clavó en el Bernabéu. El disparo salió de su bota con una potencia sensacional, complicado de blocar si el balón hubiera ido escorado, pero fue justo al medio del marco. Keylor puso la mano blanda y tras tocar en el larguero y en su cuerpo, acabó entrando. Le ha vuelto a pasar exactamente lo mismo al costarricense que le ocurrió el año pasado cuando también regresó de una lesión en Dortmund: un fallo grosero a un tiro fuerte. Le cuesta volver a coger el ritmo, medir los disparos. No pudo hacer mucho más que la primera parada en el tanto del 2-2, pero en el primero dejó más dudas para seguir llenando el saco.

A Bale le ha sucedido al contrario. Le dio Zidane una media hora para que empezara a entrar en contacto con la competición. Dos meses sin jugar para un hombre que cae lesionado con tanta frecuencia son sinónimo de precaución. A Zidane ya no le volverá a pasar lo de apresurar su regreso. Jugará como titular cuando esté al máximo. Para Bale, sin embargo, ese ratito en el césped supo como 90 a fantástico nivel. Justo antes de lesionarse había runrún en el Bernabéu con su rendimiento. Hacía poco o menos en el campo, se había acostumbrado a ser un secundario, le cedía con gusto el protagonismo a Isco y él comparecía y poco más.

Cuando es el único de los titulares que están en el campo, Bale rompe el molde. Su superioridad con respecto al resto es muy significativa. Con su sola presencia, destrozó al Fuenlabrada. Dos acciones nada más saltar al césped dieron la vuelta al marcador. Un centro exquisito con el exterior desde la derecha que Mayoral supo aprovechar como merecía. Después, internada en el área que, tras un rechace, finaliza también el delantero canterano. Bale es otra cosa. Y esa cosa es muy buena cuando está sano... y cuando se siente importante. El partido fue horrible y Zidane preferirá olvidarlo pronto, no solo por el resultado, sino por comprobar que su escasa confianza en los suplentes está justificada. Pero, por otro lado, sonríe: tiene a Bale, por fin.

Ficha técnica

2 - Real Madrid: Keylor Navas; Achraf, Tejero, Nacho, Theo; Llorente, Ceballos, Kovacic (Seoane, min. 81) Óscar (Quezada, min. 75), Franchu (Bale, min. 62); y Borja Mayoral.

2 - Fuenlabrada: Pol; Athuman, Cata Díaz, Juanma, Fran García; Milla, Cristóbal; Annor (Quero, min. 79), Hugo Fraile, Bravo (Portilla, min. 68); y Matheus (Dioni, min. 62).

Goles: 0-1, min. 25: Milla; 1-1, min. 63: Borja Mayoral; 2-1, min. 70: Borja Mayoral; 2-2, min. 90: Portilla.

Árbitro: Pablo González Fuertes (Comité Asturiano). Mostró cartulina amarilla a Matheus (min. 59) y a Daniel "Cata" Díaz (min. 83) por parte del Fuenlabrada, y a Óscar (min. 60) por parte del Real Madrid.

Incidencias: partido de vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 49.638 espectadores.

Lo del Fuenlabrada fue un buen sofocón, de los de verdad. El Real Madrid ha rozado el ridículo al nivel de aquellas eliminaciones con el Real Unión y el Alcorcón. El 'larguerazo' del Cata Díaz que hubiera puesto el 0-2 y, por tanto, la igualdad en la eliminatoria resonó en todo el distrito de Chamartín, y sobre todo en los oídos de Zinédine Zidane. Después de una hora de fútbol bochornoso protagonizado por los chavales, que se supone que debían estar excitados por jugar como titulares en el Bernabéu, entró Gareth Bale y sentó cátedra. Sacó un empate el Fuenlabrada, pasó el Madrid.

Gareth Bale
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