Obra de arte del Barcelona rematada con la guasa del Camp Nou hacia Cheryshev

El Barcelona de Luis Enrique está en un punto de madurez excelente que le permite dosificar esfuerzos en ciertos partidos sin consecuencias negativas para, cuando toca de verdad mostrarse como el mejor equipo del mundo, hacerlo con una naturaleza que roza lo inhumano. En la colección desde 2008 de partidos maravillosos del Barça, hay decenas, más de 100 quizá. A partir de ahora, este encuentro será uno de ellos. No ya tanto por el resultado, que es abultadísimo y más contra un histórico y un grande como el Valencia, sino por la imagen ofrecida.

El preciosismo de muchas jugadas encandilaba los ojos, levantaba suspiros por doquier, sorprendía a todos menos a los once que iban vestidos de azulgrana. Ese juego sale solo, solamente hay que darle un pequeño empujón, una motivación, un rival que tenga ganas de que le den mamporrazos uno tras otro... Vale que el Barça está a un nivel superior a casi todos los equipos europeos (el 'casi' es puro 'postureo'), pero cualquier equipo de medio pelo también podría disfrutar de una noche mágica como esta si enfrente se le ponen once jugadores a los que no les apetecía ni un poco jugar este partido. Y hablamos de todo un Valencia, uno de los grandes de España, y de unas semifinales de Copa del Rey. Es el Barça, pero no hay excusas para lo ofrecido por el Valencia. Ni siquiera la expulsión de Mustafi (probablemente injusta), porque en igualdad de condiciones, la imagen fue igual de triste.

La primera prueba sobre lo que estamos hablando viene en la jugada del primer gol. El Valencia no es un equipo solidario, y no lo es porque no sabe a qué juega. André Gomes tiene una calidad excepcional, pero es lógico que si no tiene a ningún compañero que le eche una mano, que le dé un pase claro, tenderá a perder el balón. Estaba tan descompuesto su equipo que detrás de él no estaban más que los dos centrales y un lateral. Neymar se lanzó a correr y le regaló el gol a Suárez, que marcó el primero de los cuatro que haría después.

A partir de ahí, el Barcelona se sintió en su estado natural, libre de obligaciones defensivas, dispuesto a hacer de la noche una fiesta, como si esto fuera el sábado noche y estuvieran en una discoteca. La maravilla empezó con la asistencia de Vidal a Suárez en el segundo. Luego la coreografía salió como si se ensayara día sí y día también, para que los tres de arriba se inventaran un golazo de Messi. Todo fue un no parar hasta el séptimo, donde apareció también Arda Turan para poner un pase al hueco (kilométrico) que había entre central y lateral para el uruguayo. Hasta Adriano templó un centro al lugar indicado para la cabecita devoradora de Suárez.

El Valencia no atacó, no defendió, no robó, no presionó. Todo fue mucho más sencillo para el Barça, que por supuesto salió con casi todo lo que tiene al campo. El eslabón más débil era Mathieu, pero el Valencia tampoco buscó a su exjugador. Pero cómo no va a ser fácil si Busquets juega con el Barça. Va tan sobrado que da cosa verle. Parece un abusón de patio de colegio que en vez de pegar y robar el bocata a los más pardillos, les humilla involuntariamente con su superioridad técnica y sobre todo táctica. Es aplastante.

No se podría denominar una fiesta lo vivido en el Camp Nou si no hubiese tenido su rato de humor del bueno. Todo lo que se estaba cociendo a toda velocidad en el campo ayudó a que la grada estuviera contenta y expectante ante lo que iba a ser lo más 'gracioso' del partido: Denis Cheryshev. Tenía su gracia que después de quedar eliminado el Madrid por hacerle jugar cuando no debía, volviese a la Copa para jugar contra el Barça. Por supuesto, el barcelonismo estaba deseoso de verle jugar, cantó el "¡Cheryshev te quiero!" hasta la saciedad y le ovacionó como si se tratase de Messi o Neymar cuando saltó al campo en el segundo tiempo. Estuvo a punto de acallar al Camp Nou cuando puso la asistencia para el gol de Rodrigo, pena que el también canterano madridista se adelantara y cayera en fuera de juego.

Suárez, cortés cuando quiere, dijo al micrófono de Ricardo Sierra que "en el fútbol nunca se sabe", eso de que todo puede pasar y tal. Pero el Barça está en la final y la vuelta tendrá la misma emoción que una carrera de caracoles.

Ficha técnica:

7 - Barcelona: Ter Stegen; Aleix Vidal, Piqué (Bartra, m.61), Mathieu, Alba (Adriano, m.70); Busquets, Arda Turan, Iniesta (Sergi Roberto, m.46); Messi, Suárez y Neymar.

0 - Valencia: Ryan; Barragán, Mustafi, Santos, Gayà; Cancelo (Cheryshev, m.58), Danilo (Feghouli, m.33), Dani Parejo, André Gomes, Siqueira (Vezo, m.46); y Rodrigo.

Goles: 1-0, m.7: Suárez. 2-0, m.12: Suárez. 3-0, m.30: Messi. 4-0, m.59: Messi. 5-0, m.74: Messi. 6-0, m.83: Suárez. 7-0, m.88: Suárez.

Árbitro: Iglesias Villanueva (C. Gallego). Mostró cartulina amarilla a Iniesta (m.14), Piqué (m.24), Feghouli (m.65), Cheryshev (m.78) y a Arda (m.84). Expulsó con tarjeta roja directa a Mustafi (m.45+1).

Incidencias:asistieron al encuentro 60.635 espectadores en la ida de las semifinales de la Copa del Rey disputado en el Camp Nou.