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Messi pone el fútbol en un derbi macarra
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MARCÓ UN PAR DE GOLES Y ASISTIÓ EN LOS OTROS DOS

Messi pone el fútbol en un derbi macarra

Si hay alguien capacitado para marcar las diferencias ese es Messi. Sus dos goles remontaron el de Caicedo y suyas fueron las asistencias a Piqué y Neymar (4-1) en un derbi afeado por la tensión

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Dos partidos en uno y el debut de un Arda Turan todavía desdibujado, fuera de lugar -como es lógico- y con pocas apariciones aunque con destellos de calidad. Eso es lo que vio el Camp Nou. Antes del descanso, disfrutaron de un choque entre dos equipos que ofrecieron garra, pelea y fútbol. Como consecuencia de ello, Barcelona y Espanyol regalaron a sus aficionados un primer partido vibrante en el que los hombres de Luis Enrique remontaron el tanto de Caicedo gracias al hombre que marca las diferencias como nadie: Leo Messi. El paso por vestuarios diluyó la intensidad; el encuentro derivó en una constante bronca entre los jugadores con el Espanyol venido a menos por las bajas y el Barça rematando a su última víctima. Todo esto en un partido doble cargado de alta tensión que se resolvió con victoria azulgrana (4-1 | Messi (2), Piqué y Neymar | Caicedo).

El Barcelona se fue al descanso ganando porque en sus filas tiene a un jugador llamado Leo Messi. Suyos fueron los dos goles azulgranas y su reacción tras el tanto inicial del Espanyol fue la del equipo. Avisó Luis Enrique en la previa que el equipo tenía ganas después del derbi de la Liga, pero el argentino va sobrado en ese aspecto. Equilibró el marcador aprovechando una asistencia rasa de Iniesta en el centro del área, allí donde llegó en carrera para disparar a quemarropa en soledad. Repitió escena cuando faltaba un minuto para el descanso ejecutando una falta magistral: con potencia y fuerza, buscó la escuadra con la zurda y el balón fue al fondo de las redes de Pau después de besar el larguero. Si alguien tenía que marcar las diferencias en el primer tiempo, era Messi.

Se vio obligado a hacerlo por culpa de Dani Alves pues suya fue la grave pérdida de balón que le costó al Barcelona el primer tanto del Espanyol. Con los laterales y los centrales saliendo, el brasileño dejó en cuadro a los suyos y Marco Asensio no desaprovechó el regalo; condujo hasta la frontal y allí cedió a Caicedo que emergió por la derecha para batir a Ter Stegen. El Espanyol golpeó primero y pronto porque salió con ímpetu y valiente: bien situado, presionaba al Barcelona para evitar la circulación de balón que tanto les gusta a los jugadores azulgranas, los mismos que veían cómo su rival le impedía levantar la cabeza y pensar. Galca le ha dado otro aire a este Espanyol que, con más entereza física, demanda protagonismo, tiene el balón mientras exhibe disciplina táctica, motivación y competitividad.

El Camp Nou vio goles, pero también brega. El vértigo se apoderó de los primeros quince minutos y aunque el ritmo se relajó, no así la actitud de los jugadores de ambos equipos. Es cierto que no hubo juego subterráneo, pero las faltas se sucedían, impedían la continuidad del juego y generaban constantes intercambios de opiniones cuando no tanganas entre unos y otros. Así sucedió cuando el Barcelona reclamó un penalti de Javi López sobre Neymar: existió porque el brasileño se llevó una patada en el gemelo, pero el árbitro no lo señaló. La sobrexcitación de Barcelona y Espanyol demandaba una pausa y el descanso llegó en el momento idóneo aunque con malas noticias para Galca: Caicedo y Marco Asensio, sus mejores jugadores, se marchaban lesionados.

No le había dado tiempo al Espanyol a asumir la doble pérdida cuando Piqué irrumpió para aumentar las distancias en el marcador. Iniesta tocó para Messi en banda y el argentino la puso centrada desde la línea de fondo: no llegó la defensa 'perica', no llegó Pau y sí lo hizo Piqué para, simplemente, empujarla. El tanto fue un fiel reflejo de cómo saltó el Barcelona: como un vendaval con mucho ritmo que rompía a su rival tanto por la derecha como por la izquierda. La comodidad del conjunto azulgrana ratifica un hecho: su superioridad aumenta con el paso de los minutos, no en vano el 70% de sus goles llegan en la segunda parte. Los locales sabían que en frente tenían a un señor rival que en Liga les puso en serios apuros; Luis Enrique tomó nota y aplicó a los suyos no sólo en lo futbolístico, también en intensidad ya que de calidad van sobrados.

Demasiada tensión

¿Y el Espanyol? Se quedó cojo sin la calidad de Caicedo y Asensio. Obligados a reorganizarse, perdieron potencial y la disciplina exhibida en el primer tiempo. La presión era, cada vez, más leve y comenzó a acusar el desgaste físico. La consecuencia más evidente es que su inteligente planteamiento comenzó a diluirse, se metieron atrás y el miedo pareció atenazarles. Tanto que Pau se convirtió en el mejor -al menos en lo deportivo porque dejó gestos que nada tienen que ver con el 'fair play' como el pisotón a Messi- de un Espanyol que nada tenía que ver con el equipo que saltó al Camp Nou antes del descanso. El escenario del Camp Nou fue cambiando y mientras los jugadores se enzarzaban una y otra vez, el Espanyol se quedaba con nueve por la expulsión de Hernán Pérez y Diop, las tarjetas amarillas volaban… pero también se vio fútbol, ocasiones y un gol de color azulgrana.

Neymar quería su trozo de roscón y lo tuvo en la recta final del encuentro cuando se asoció con Messi para firmar una pared y aprovechar el sutil toque del argentino. Recibido el balón, quedaban rematar el trabajo bien hecho: sin pararse, dibujó una volea con la derecha a la altura de la jugada. Las cuatro dianas no amedrentaron a un Barcelona que siguió buscando la manera de ampliar su crédito mientras al Espanyol se le hacía el campo infinito y el partido demasiado largo. Resistió como pudo la lucha que hubo hasta el final y aunque la guerra no ha terminado, la primera batalla fue cosa del Barça de Messi.

Ficha técnica

FC Barcelona: Ter Stegen; Alves (Aleix Vidal, min.67), Piqué, Mascherano, Alba; Arda Turan (Rakitic, min.68), Busquets, Iniesta; Messi, Suárez y Neymar.

Espanyol: Pau Lopez; Javi López, Raillo, Roco, Victor Álvarez; Abraham (Burgui, min.60), Diop, Asensio (Salva Sevilla, min.46), Hernán Pérez; Gerard Moreno y Caicedo (Jordán, min.40).

Goles: 0-1, min.10: Caicedo. 1-1, min.13: Messi. 2-1, min.44: Messi. 3-1, min.49: Piqué. 4-1, min.88: Neymar.

Árbitro: Juan Martínez Munuera, del comité valenciano. Mostró cartulina amarilla a Abraham (min.11), Gerard Moreno (min.19), Neymar (min.34), Pau López (min.46+), Suárez (min.46+), Diop (min.51), Hernán Pérez (min.59), Gerard Piqué (min.73), Burgui (min.76), Rocco (min.78) y Messi (min.78). Expulsó por dos amarillas a Hernán López (min.58 y min.72) y con roja directa a Diop (min.75)

Incidencias: partido de ida de los octavos de final de la Copa del Rey jugado en el Camp Nou ante 76.667 espectadores, según datos facilitados por el FC Barcelona.

Dos partidos en uno y el debut de un Arda Turan todavía desdibujado, fuera de lugar -como es lógico- y con pocas apariciones aunque con destellos de calidad. Eso es lo que vio el Camp Nou. Antes del descanso, disfrutaron de un choque entre dos equipos que ofrecieron garra, pelea y fútbol. Como consecuencia de ello, Barcelona y Espanyol regalaron a sus aficionados un primer partido vibrante en el que los hombres de Luis Enrique remontaron el tanto de Caicedo gracias al hombre que marca las diferencias como nadie: Leo Messi. El paso por vestuarios diluyó la intensidad; el encuentro derivó en una constante bronca entre los jugadores con el Espanyol venido a menos por las bajas y el Barça rematando a su última víctima. Todo esto en un partido doble cargado de alta tensión que se resolvió con victoria azulgrana (4-1 | Messi (2), Piqué y Neymar | Caicedo).

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