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El mejor Athletic tenía una sola bala y la usó contra un Espanyol demasiado motivado
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JUGARÁ LA FINAL DE COPA CONTRA EL BARCELONA

El mejor Athletic tenía una sola bala y la usó contra un Espanyol demasiado motivado

El Athletic firmó el mejor partido de la temporada para remontar el marcador de la ida (1-1) y ganarse el derecho a jugar la final de Copa contra el Barcelona el 30 de mayo tras derrotar al Espanyol (0-2)

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Se auguraba una gran noche en el Power8 al ritmo de Raphael, el problema es que el cantante llegaba a la vuelta de la semifinal con la camiseta del Espanyol y acabó con la del Athletic. Los vascos firmaron el mejor partido de la temporada para remontar el marcador de la ida (1-1) y ganarse el derecho a jugar la final de Copa contra el Barcelona el próximo 30 de mayo. Sin apenas errores, los de Valverde fraguaron su victoria (0-2, con goles de un espectacular Aduriz y Etxeita) en su ilusión extrema y en las ganas de jugar una final necesaria para dar color a su gris temporada y en la que muchos veían al Barça y al Espanyol. Picados por ese presuponer, se aprovecharon de la desmesurada motivación de su rival al que atenazaron los nervios.

El Athletic Club saltó teniendo mucho más claro el marcador de la ida. Ese empate (1-1) estaba grabado a fuego en unos jugadores que salieron con determinación, con ganas de sacudirse las dudas y levantar la voz ante aquellos que daban por hecho que la final de Copa sólo tendría acento catalán. El objetivo estaba claro: hacer un gol cuanto antes. Y la primera parte de la misión se completó en doce minutos. Aduriz silenció el Power8 con un buen gol de delantero centro. Tras el movimiento de Williams y un mal rechace de la defensa del Espanyol, el delantero del Athletic recortó, definió y colocó el balón en la esquina con un chut seco, raso e inapelable. Nada pudo hacer Pau ante un Aduriz de vital importancia para el conjunto vasco.

El Espanyol acababa de recibir un jarro de agua fría, pero el gol reflejaba el inicio y la ambición del Athletic: dominio, presión y juego en el campo rival. Los vascos querían tener el balón y lo tenían mientras el Espanyol intentaba no descomponerse. La motivación extra empezaba a jugar en contra de los hombres de Sergio González, cada vez más nerviosos. El paso de los minutos y el aliento de la grada hicieron que los catalanes espabilasen e intentaran buscar la yugular de su rival, pero el Espanyol no tenía ni fútbol ni remate. Se transformó en un equipo inmaduro, mal colocado e inferior a su rival. El mismo que iba a dar un golpe en la mesa en un momento crucial.

Al filo del descanso y cuando más equilibrado estaba el encuentro, Etxeita remató sin oposición alguna para firmar el segundo de la noche (43’). Y es que si hay algo que el Athletic domina es la estrategia a balón parado; el defensa vasco, con un desmarque de ruptura en el primer palo, cabeceó solo. Mazazo para un Espanyol que, en ese momento, veía cómo la renta de goles necesaria para llegar a la final aumentaba a tres. El paso por vestuarios trajo la entrada de Caicedo y el cambio de esquema en el conjunto catalán: el ecuatoriano formó en punta con Stuani con Sergio García por detrás. A pesar de esta variación en el dibujo, el Espanyol seguía bloqueado y sólo le valía ir a por todas.

Con el reloj corriendo en contra de los catalanes, el poco fútbol que habían desplegado se transformó en puro corazón. El Espanyol se quedaba sin tiempo material cuando la ocasión fallida de Caicedo evaporó la poca ilusión y la escasa esperanza que quedaba en el Power8. La sensación que se palpaba en el ambiente es que estaba mucho más cerca el tercer del Athletic que el primero de los locales. Pesaban las ocasiones erradas en San Mamés y, sobre todo, saber que este miércoles el billete a la final había cambiado de manos demasiado pronto. Presionado, desubicado e incapaz de hacer daño a su rival, el Espanyol vio como el Athletic se cerraba atrás para proteger un área que no pudo terminar de defender Iago Herrerín, lesionado y desconsolado en el banquillo. Lágrimas que se evaporaron con el pitido final, el mismo que abría las puertas de la final al mejor Athletic de la temporada. Efectivamente, la Copa está en el ADN de los vascos.

Ficha técnica

Espanyol: Pau; Arbilla, Álvaro, Héctor Moreno, Fuentes; Lucas Vázquez (Salva Sevilla, min.69), Víctor Sánchez, Cañas, Víctor Álvarez (Caicedo, min.50); Stuani y Sergio García.

Athletic Club: Herrerín (Iraizoz, min.65); Iraola, Gurpegi, Etxeita, Balenziaga; Mikel San José, Mikel Rico; Williams (Laporte, min.90), De Marcos, Muniain (Beñat, min.84) y Aduriz.

Goles: 0-1: Aduriz, min.13. 0-2, Etxeita, min.42.

Árbitro: Martínez Munuera (Comité valenciano). Amonestó a De Marcos (min.8), Cañas (min.9), Héctor Moreno (min.38), Stuani (min.45) y Arbilla (min.67).

Incidencias: Partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey disputado en el Power8 Stadium ante 34.831 espectadores.

Se auguraba una gran noche en el Power8 al ritmo de Raphael, el problema es que el cantante llegaba a la vuelta de la semifinal con la camiseta del Espanyol y acabó con la del Athletic. Los vascos firmaron el mejor partido de la temporada para remontar el marcador de la ida (1-1) y ganarse el derecho a jugar la final de Copa contra el Barcelona el próximo 30 de mayo. Sin apenas errores, los de Valverde fraguaron su victoria (0-2, con goles de un espectacular Aduriz y Etxeita) en su ilusión extrema y en las ganas de jugar una final necesaria para dar color a su gris temporada y en la que muchos veían al Barça y al Espanyol. Picados por ese presuponer, se aprovecharon de la desmesurada motivación de su rival al que atenazaron los nervios.

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