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El Barcelona encarrila el pase al aprovechar el vértigo que sufre el Villarreal a las finales
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messi, iniesta y piqué ponen el 3-1

El Barcelona encarrila el pase al aprovechar el vértigo que sufre el Villarreal a las finales

El Barcelona roza la final de la Copa. Messi, Iniesta y Piqué firmaron los goles culés, Neymar falló un penalti y Trigueros dio esperanzas al Villarreal

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Al final, como si no quisiera la cosa, el Barça está llegando en un momento álgido (quizás hasta el mejor momento desde hace años) a las semanas en las que se decide si una temporada es espléndida, buena, regular o penosa. Sin el fútbol brillante de hace unos días en Bilbao, el Barcelona tiene medio pie (que no pie y medio, entiéndase) en la final de la Copa del Rey. Ganó al Villarreal (3-1) más por inercia que por juego y calidad, más por errores contrarios que por aciertos propios, pero lo cierto es que, cuando llega el momento de la verdad, al Barça no le tiembla el pulso para ganar (y ganar bien) a rivales de mucha entidad como el Villarreal.

Para el club azulgrana, el inicio del año 2015 ha sido una pequeña representación del día de la marmota que tan famoso hizo Bill Murray allá por 1993. En apenas mes y pico va a jugar contra tres equipos y tres veces con cada uno de ellos. Los resultados, por ahora, no pueden ser más positivos. No existe, en estos casos, aquello de que a la tercera va la vencida para los rivales del Barça. Bueno, puede que para el Villarreal sí, porque aún está bastante vivo en la eliminatoria. Herido, pero para nada muerto. Pero en el resto de las ocasiones (Elche y Atlético de Madrid), por muchas veces que jugaran contra el mismo equipo no había tercero malo.

Lo curioso es que, salvo en uno (la vuelta de cuartos contra el Atleti), los partidos contra equipos repetidos han tenido un desarrollo similar. Al Elche el Barça lo destrozó reiteradamente hasta rozar la alevosía, al Atleti lo encerró en su campo hasta ahogarle como si le pusiera una soga al cuello que no apretara demasiado pero sí lo suficiente para cortar la respiración. Y al Villarreal le pasó algo muy similar a lo de los rojiblancos, tanto en Liga como ahora en Copa, pero con una sutil diferencia: en Liga, el Villarreal no tuvo ningún miedo a perder, a ser goleado y tuvo el premio, si puede llamarse así, de luchar hasta el último suspiro por sumar un punto. Esta vez, el Camp Nou y una final a la vista dio mucho vértigo.

Eso y que el estado de forma del Barça les permite el lujo de que le empaten un partido y parezca que no ha pasado nada. Porque últimamente, si le marcan, le cabrean y saca toda la rabia acumulada durante estos meses de incertidumbre, de críticas, unas gratuitas y otras merecidas, de elecciones anticipadas… Encajarle un gol es casi un suicidio para el que lo hace. Le pasó al Athletic y, aunque en menor medida, al Villarreal. Marcaron los vascos y le cayeron tres más. Marcaron los castellonenses y les cayeron dos más que pudieron ser cuatro fácilmente. Hasta marcó Iniesta su primer gol de la temporada. Hasta ahora, Iniesta no había ni marcado ni dado una asistencia. Puede que sea este gol un punto de inflexión muy importante para el manchego.

En Liga, el Villarreal jugó prácticamente igual que este miércoles, pero esta vez lo hizo mal. ¿Qué le hizo empeorar? Que las flechas que destrozaron al Barça el otro día no han sido disparadas. Gio, Vietto y Cheryshev apenas se movieron de su zona defensiva. Puede que fuera por el miedo a ser goleados y a decir adiós a la hipotética final; puede que por el miedo escénico que supone para un equipo pequeño como el Villarreal llegar a una final. Le ha pasado en la Champions, en la Europa League y en esta Copa. Y si encima al poco de empezar pierden a la balanza que todo lo equilibra, Bruno Soriano, apaga y vámonos.

Démosle el mérito que se merece en esta ocasión a Luis Enrique. Busquets sufrió contra los velocistas vestidos de amarillo porque su flexibilidad de cintura y su celeridad no es precisamente la mejor del mundo. Tiene otras virtudes, incomparables, pero no son esas. Y ahí acertó Luis Enrique al poner a Mascherano como pivote posicional. El acierto consiste en que el Jefecito es una segadora de cualquier contra que pase por su zona de influencia. Si Pina o Jonathan sacaban la pelota disparada para uno de los tres de arriba, aparecía Mascherano para decirles eso de no en mi casa. Sólo una vez se escaparon y casi estuvieron de marcar.

Acertaron una vez y casi sin querer. El gol de Manu Trigueros es uno de esos disparos que el centrocampista de un equipo hace para que no le pillen al contragolpe por una pérdida absurda. Ter Stegen también creía que ese tiro iba a ir a la grada del Camp Nou, pero no, fue hacia su portería. No parecía creérselo cuando se le apareció la pelota delante de él. Puso los guantes, pero los puso mal. Por ahora, el alemán está teniendo protagonismo en las competiciones que jugó Casillas el año pasado; lo ha hecho más bien que mal, pero tuvo dos fallos que costaron un gol y un susto.

El partido se rompió cuando los nervios traicionaron al Villarreal. Pina hizo mal un pase sencillo a Musacchio, el que parece que comete el error (que sí cometió y muy grave en el marcaje a Piqué en el 3-1), y Luis Suárez le quitó la pelota. Entonces se vio lo que le pasó a Neymar el año pasado y que ya este año parece haber olvidado: los galones del vestuario. El que manda es Messi, y si puedes, hay que dársela a él, que es el bueno, el mejor y sabrá mejor que tú lo que hay que hacer. Suárez se la pasó cuando pudo marcar y desquitarse. Neymar se la pasaba, y ahora decide por su cuenta y le está funcionando... hasta que tiene permiso para tirar un penalti y lo falla, lo cual, probablemente suponga que no tire más. Algún día, Suárez le perderá el miedo a Messi, y todos ganarán.

Ficha técnica:

3 - Barcelona: Ter Stegen; Alves, Pique, Mathieu, Jordi Alba; Mascherano, Rafinha (Rakitic, min.68), Iniesta; Messi, Neymar y Luis Suárez.

1 - Villarreal: Asenjo; Mario Gaspar, Musacchio, Víctor Ruiz, Jaume Costa; Pina, Bruno (Trigueros, min.32), Jonathan dos Santos (Rukavina, min.53), Cheryshev (Moi Gómez, min.73); Vietto y Giovani.

Goles: 1-0: Messi, min.41. 1-1: Trigueros, min.47. 2-1: Iniesta, min.49. 3-1: Piqué, min.64.

Árbitro: Hernández Hernández (Comité de Las Palmas). Mostró tarjeta amarilla a Pina (min.66), Víctor Ruiz (min.70), Musacchio (min.70) y Luis Suárez (min.85).

Incidencias: Partido de ida de las semifinales de la Copa del Rey disputado en el Camp Nou ante 57.378 espectadores. Antes del encuentro, se guardó un minuto de silencio por el reciente fallecimiento, a los 80 años, del exentrenador alemán del Barcelona Udo Lattek.

Al final, como si no quisiera la cosa, el Barça está llegando en un momento álgido (quizás hasta el mejor momento desde hace años) a las semanas en las que se decide si una temporada es espléndida, buena, regular o penosa. Sin el fútbol brillante de hace unos días en Bilbao, el Barcelona tiene medio pie (que no pie y medio, entiéndase) en la final de la Copa del Rey. Ganó al Villarreal (3-1) más por inercia que por juego y calidad, más por errores contrarios que por aciertos propios, pero lo cierto es que, cuando llega el momento de la verdad, al Barça no le tiembla el pulso para ganar (y ganar bien) a rivales de mucha entidad como el Villarreal.

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