Arbeloa, Pepe y Diego Costa quedan en evidencia en un intenso pero deportivo derbi

El fútbol, intenso y llevado al límite, fue el protagonista de underbivestido de blanco desde el inicio de un partido y que se inició con un tremendo minuto de silencio. ElBernabéurindió un gran homenaje al que fuera seleccionador, Luis Aragonés, de todos los españoles. Nadie se acordó de su pasadorojiblancoy sí de lo que representó para el fútbol español.

Ya con el balón en juego, la táctica de algunos parecía clara y poco importaba que decenas de cámaras apuntaran y grabaran todo lo que sucedía sobre el terreno de juego. Desde el minuto uno Pepe y Diego Costa decidieron hacer la guerra por su cuenta. El partido no iba con ellos y sí las batallas, las rencillas del pasado que por momentos empezaron a pasear por el césped.

El problema llegó cuandoArbeloase unió a la fiesta. El lateral, con el esférico parado, pisó por la espalda al que puede ser compañero de selección, en un gesto que retrata almadridista. El provocador gesto parecía buscar la reacción del delantero atlético, que como demostró en más de una ocasión no le hace falta que medie una provocación para meterse de lleno en una pelea. Si no la hay, la crea.

A partir de ese instante, el lateral, como dando a entender que se había equivocado, pasó a una segunda línea. Pepe y Diego Costa siguieron con su show. Cada acción en la que intervenían terminaba con piernas al aire, brazos que volaban e incluso algún que otro objeto que salió de la nariz del madridistacon una forma que se asemejaba bastante a la de un moco. Todo valía. El caso era buscar la reacción del contrario bien para buscar la expulsión o la amarilla que evitara alrojiblancono jugar en la vuelta. Momento, por cierto, que fue recibido por elmadridistacon una sonora carcajada en la misma cara del atlético.

Madridistay atlético deberían ver elvídeodel partido. Observar lo que hicieron, las artes que mostraron a los niños en un partido disputado, al menos en su inicio, en horario prometido. Ninguno de los dos son nuevos en estas lides, pero Pepe parecía curado de sus arranques de furia y Diego Costa parecía en ocasiones un niño vestido de marinero en el día de su primera comunión. Ayer se equivocó y lo hizo con Del Bosque de testigo en el palco. No es la actitud que gusta en el seleccionador y en la Federación y todavía no ha vestido de rojo. Cuidado.

Otros, como Sergio Ramos yGodín, se dieron las buenas noches y unos cuantos palos en los saques de esquina, pero lo hicieron en silencio.Clos Gómezles llamó la atención, pero uno y otro entienden el fútbol de otra manera, con códigos en los que se respeta la esencia del deporte. Otros, no.