El Olímpic de Xátiva entra en la historia gracias a la apatía del Madrid
El Real Madrid se dejó llevar ante el Olimpic de Xátiva y no pudo pasar del empate ante el modesto Olimpic de Xátiva que apretó los dientes en su 'día de fiesta'
Volvía a enfrentarse el Xátiva a un Primera, algo que no sucedía desde el año 1976 ante el Zaragoza, también en eliminatoria de Copa. La eliminatoria, perdida por 6-0, no quedó en el recuerdo de la hinchada. Si lo será este empate de los blancos en casa del humilde, premio más que deseado por un modesto de la Segunda. Siete partidos llevaban los locales sin encajar un gol en el campeonato de Segunda B. Tampoco el Madrid pudo romper la racha.
No estimula la Copa a los grandes, a los que les cuesta activarse para entrar en faena. El modesto, sin más armas que la ilusión, aprieta los dientes hasta que la gasolina le alcanza. Sucedió en Cartagena con el Barça y ocurrió en Xátiva, donde el Madrid no compareció en el primer acto. Falto de ritmo, sin intensidad, no asustó en ningún momento la portería defendida por Francis.
Dispuso Ancelotti un once con acento español, con nueve nacionalesentre los elegidos. Sólo Di María y Casemiro ‘desentonaban’ entre tanto jugador nacional. Había también mucho de cantera. Lo atractivo de la alineación desapareció nada más echar a rodar el balón. Tampoco apretó el Olímpic de Xátiva, bien pertrechado atrás. Casillas, que volvía a ser titular, apenas pudo tocar la pelota.
Agitó el cesto Ancelotti tras el descanso y dio carrete a Marcelo, en sustitución de Arbeloa, para añadir picante al insulso juego de los blancos. Tampoco la presencia del brasileño amplio el abanico de recursos en ataque. Preocupado el técnico italiano, tiró de Benzema ante la falta de juego. Fue el francés el que activó a los blancos. Sustituyó a Di María, que se marchó con gestos extraños por algún problema físico. Su posible marcha en invierno, activada en las últimas semanas, añade más incertidumbre a la situación del argentino, a la sombra de Bale desde que el galés engarzó en el equipo.
Primero fue Isco el que obligó a Francis a una estirada cuando se alcanzaba el ecuador de la segunda parte. Con una marcha más el Madrid, fue Morata el que volvió a rondar el gol tras una gran conducción de Isco, el mejor de los blancos tras el paso por vestuarios. Pasaban los minutos y se crecía el Xátiva en la misma medida que le empezaban a fallar las fuerzas. No tenía el vigor del inicio, aunque tampoco lo acusaba mientras el Madrid seguía en el diván.
Sólo una ocasión de Benzema, a 15 minutos del final, apareció en el desierto por el que deambuló el equipo de Ancelotti, sin dictado a lo largo de los noventa minutos y más pendiente de dejar pasar el tiempo y sentenciar en la vuelta que de abrochar el encuentro para espantar pesadillas coperas aún recientes en la memoria del club.
Con la defensa adelantada, más por orgullo que por convicción, Ramos ejerció de líder y apretó a los suyos. De nada sirvió. El empate, histórico para el Xátiva, volvió a demostrar que el formato de Copa no estimula a los grandes.
Ficha Técnica:
0. Olímpic de Xátiva: Francis, Quique Alcázar, Peris, Pepín, Mendoza; Samu, Rifaterra (Álex Vaquero, m.76), Belda, Jordi Marenya (Pifarré, m.81), Denis y Christian (Pau Franch, m.65).
0. Real Madrid: Casillas, Carvajal, Ramos, Nacho, Arbeloa (Marcelo, m.46); Casemiro, Illarra, Isco (Modric, m.74), Di María (Benzema, m.56), Jesé y Morata.
Árbitro: Fernández Borbalán (C. Andaluz). Amonestó por el Olímpic a Quique Alcázar, y por el Real Madrid a Casemiro y Modric.
Incidencias: Partido correspondiente a la ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, disputado en el campo de La Murta ante 6.200 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento del ex presidente de Sudáfrica y premio Nobel de la Paz, Nelson Mandela.
Volvía a enfrentarse el Xátiva a un Primera, algo que no sucedía desde el año 1976 ante el Zaragoza, también en eliminatoria de Copa. La eliminatoria, perdida por 6-0, no quedó en el recuerdo de la hinchada. Si lo será este empate de los blancos en casa del humilde, premio más que deseado por un modesto de la Segunda. Siete partidos llevaban los locales sin encajar un gol en el campeonato de Segunda B. Tampoco el Madrid pudo romper la racha.