Héroes en Irún e ídolos en el Camp Nou

Una eliminatoria que estará en la mente de todos los aficionados al fútbol en España por mucho tiempo; pero en la cabeza de los irundarras y en el corazón de los aficionados culés para siempre. La sorprendente eliminación madridista elevó al Real Madrid a las portadas de todos los diarios deportivos nacionales, hasta los de Cataluña, afines al FC Barcelona. El pase histórico del Real Unión a octavos de final de Copa del Rey se personalizó en el autor del último tanto frente al Real Madrid el martes, Eneko Romo.

Desbordado por la alegría y saturado por ser el foco de información desde que hiciera el tercer gol del Real Unión en el Santiago Bernabéu. Así respondió la llamada Romo de El Confidencial. Todavía en el autobús camino a Irún, un jaleo enorme tapaba las palabras del navarro de 29 años. “Llevo todo el camino así, colgando y descolgando” cuenta Romo, quien hoy por la mañana ha comenzado a despertar de este sueño para centrarse en el partido frente al Lemona, en el Stadium Gal de Irún. Desbordado por las reacciones, aún le causó mayor sorpresa que alguien le hubiera abierto una cuenta en ‘Face Book’ para que la gente pudiera felicitarle en la red, muchos de estos comentarios en catalán. En doce horas y sin publicidad, sus fans en la red superan ya el centenar.

En el minuto 52, Romo pisó el césped del Bernabéu sin saber que en apenas 37 después metería el gol de su vida, por el que sería perseguido por los medios de comunicación de toda España, al menos durante un día. Cuando aún faltaban noventa minutos para que el autobús del Real Unión llegara a Irún, Eneko descolgó el teléfono móvil para atender a El Confidencial. “Nunca en mi vida me habían llamado tanto, ni en mi cumpleaños; llevo todo el camino descolgando y colgando el teléfono” dice el delantero. Durante este trayecto por la N-I, el autobús del club fue siendo adelantado por algunos de los vehículos que transportaron a los 1.000 aficionados irundarras y las bocinas recordaban la hazaña conseguida. Incluso este diario, cuando estaba en conversación con un periodista de Guipúzcoa, se vio interrumpido para gritar “campeones” mientras rebasaban al transporte de la plantilla.