El trauma del Atlético contra el Real Madrid es real y Simeone sabe que no es cuestión de suerte

El Real Madrid doblegó con drama al Atlético de Madrid en una tanda de penaltis agónica para obtener el billete a los cuartos de final de la Champions League (1-0). El equipo de Carlo Ancelotti salió al campo sin tensión y vio cómo Gallagher adelantaba a los rojiblancos antes de que se cumpliera el primer minuto de partido. A partir de ese instante, el Atlético de Madrid fue mejor frente a un inoperante y espeso Real Madrid, pero dejó con vida al Rey de Europa y los blancos reaccionaron en la segunda parte para demostrar que esta es su competición y que son indestructibles.

El choque no se desatascó en el segundo asalto ni en la prórroga, por lo que el penalti anulado a Julián Álvarez, el tanto de Rüdiger y el larguero de Marcos Llorente dictaron sentencia. En el momento más importante, todo salió al revés para los rojiblancos, que además jugaban en un Metropolitano a rebosar. El Atlético de Madrid compitió la eliminatoria como siempre acostumbra a hacer contra su eterno rival, pero fue incapaz de aprovechar sus momentos tanto en el Santiago Bernabéu como en su casa y lo pagó muy caro.

Para el recuerdo queda cómo el Real Madrid aguantó contras las cuerdas cuando el Atlético amenazaba con enviarlo a la lona. La primera parte del Real Madrid fue un desastre de proporciones bíblicas donde nada funcionó en lo táctico, lo técnico y lo emocional. El equipo se inmoló con un gol antes del primer minuto, no tuvo argumentos ofensivos para erosionar la zaga colchonera, la presión alta fue descoordinada y, para colmo, la falta de determinación y liderazgo de Mbappé, Vinícius, Bellingham y Rodrygo provocó enfados y reproches entre sus estrellas.

Al Atlético le faltó fe contra un equipo indestructible

Y, sin embargo, el Atlético de Madrid no pudo asestarle otro golpe certero que voltease la eliminatoria. Es más, después de una primera parte donde los colchoneros fueron ampliamente superiores y frustraron al Real Madrid, el partido fue cambiando hasta terminar con el Real Madrid siendo mejor en los últimos minutos. No importó el impacto psicológico del penalti fallado por Vinícius.

Simeone cambió a Le Normand por Griezmann en el Bernabéu para sobrevivir y llevar la eliminatoria con vida al Metropolitano en la ida, aunque solo un grave error de Mbappé evitó el 3-1 cuando el equipo se metió atrás. Una semana después, el técnico argentino no agitó a su equipo hasta el minuto 85, con la entrada de Samu Lino y a pesar de que el Real Madrid había despertado con los cambios de Ancelotti en la medular.

Tanto Brahim como Camavinga sumaron desparpajo y piernas al Real Madrid, mientras que colocar a Fede Valverde en el centro del campo disparó las posibilidades defensivas y ofensivas de los blancos. Eso sí, el italiano volvería a introducir a Endrick demasiado tarde, en el minuto 115 de la prórroga. El Atlético nunca fue por delante en la eliminatoria.

"Ha sido un partido difícil porque nos han marcado en el primer minuto, la dinámica ha cambiado un poco, ellos han defendido muy bien, ellos hacían contras, no hemos creado muchas situaciones claras, el penalti... Es complicado encontrar situaciones claras contra el Atlético porque defienden de forma espectacular con una actitud extraordinaria", empezó Ancelotti tras el choque.

El Real Madrid lo quiso más en la prórroga

El técnico confesaría cómo su plan saltó por los aires y el equipo, tras una muy mala primera parte, reaccionó. "La preocupación que tenía era un partido sin control, lo importante era no perder el equilibrio para buscar una contra. En la segunda hemos tenido un control bueno en campo contrario, podía ser como ha pasado que llegase a los penaltis". El italiano habló sobre sus intenciones con los cambios. "Nosotros queríamos acabar el partido antes de los penaltis. Camavinga ha aportado muchísimo, he cambiado a Tchouaméni porque tenía la tarjeta amarilla, Brahim ha entrado aportando mucho. Se ha lesionado también Mendy... pero seguimos peleando".

Por su parte, el portero del Atlético, Jan Oblak, se confesó en Movistar: "Hemos hecho un gran partido, pero ha faltado un poquito de suerte, duele mucho. La gente es increíble apoyando y la verdad es que... decepcionados por la derrota. No hemos podido remontar". Simeone elogió a su equipo: "No hablaría de suerte, hablaría de orgullo. Partido muy bien controlado en todo momento, tuvimos situaciones para ampliar el marcador, no tuvimos la precisión en el final de jugada, ellos controlaron la posesión, pero no generaron situaciones de gol. Fallaron el penal y creo que hicimos un trabajo increíble".

En la misma línea se manifestaría Fede Valverde. "En la primera jugada nos meten el gol y eso nos jode bastante, no es lo mismo que ganen 1-0 y que puedan defender a que tengan que atacar. Ya estábamos muy cansados, se notó mucho y gracias a Dios, ganamos", dijo el uruguayo. El trauma del Atlético de Madrid contra el Real Madrid es real y ya empieza a ser eterno.

Los blancos han eliminado a los rojiblancos en octavos de final, en cuartos de final, en dos semifinales y en dos finales de Champions League. Esta vez, el Real Madrid hizo muchos méritos para irse eliminado, pero no sucedió. ¿Suerte? Esto ya es otra cosa, porque la moneda no puede caer siempre para el mismo lado por una cuestión de fortuna. Hay algo más en la cabeza de los jugadores de ambos equipos. "Nos ganan siempre en Champions, pero lo pasan mal, lo pasan mal de verdad", remató Simeone con orgullo en rueda de prensa. El Real Madrid ya está en cuartos. La historia se repite.