Hansi Flick pasa del enfado de Lamine Yamal en Lisboa y demuestra quién es el jefe del Barça
El entrenador del Barça retocó su equipo tras la expulsión de Cubarsí y sentó a su fichaje estrella, Dani Olmo, y al Golden Boy, Lamine Yamal. El extremo culé se marchó molesto
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ffea%2F247%2Fabf%2Ffea247abf0c0df54aed1f5377d9059a1.jpg)
El Barça logró una de sus mayores victorias europeas en la última década en Lisboa (0-1). El equipo de Hansi Flick se quedó con diez futbolistas desde el minuto 22 a raíz de la torpe entrada de Pau Cubarsí a Pavlidis por la que vio la tarjeta roja. Sin embargo, el Barça, lejos de descomponerse, entrar en pánico y sufrir el miedo escénico que le ha perseguido a lo largo de una década en Europa, acabó ganando un partido donde tenía todo en contra: factor campo, inferioridad numérica y fantasmas del pasado.
El MVP fue para Pedri y Szczesny reclamó su cuota de protagonismo con ocho paradas estratosféricas de récord, pero Hansi Flick es quien maneja los hilos de este Barça. Suya fue la decisión de colocar al guardameta polaco en la portería por delante de Iñaki Peña y de mantenerlo cuando Tek dejaba muchas dudas y errores. "En Polonia habríamos quemado a Iñaki Peña en la hoguera si hubiese cometido los errores de Szczesny contra el Benfica en la fase de grupos", llegó a afirmar la leyenda polaca Boniek.
El técnico alemán ha revolucionado el juego azulgrana, mucho más arriesgado, vertical, físico y ofensivo respecto a Xavi Hernández. No obstante, la metamorfosis mental que ha experimentado el conjunto catalán es igual de importante. Hace solo una temporada, la expulsión de Araújo contra el PSG condenó al Barça en la Champions League. El uruguayo se fue expulsado en el minuto 29 del partido frente a los parisinos y a pesar de que el Barça ganaba 1-0 con tanto de Raphinha, el equipo de Luis Enrique pasó con un doloroso 1-4 en Montjuic.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ffed%2F6da%2Fc72%2Ffed6dac726791edf58e1b7cd0027525d.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ffed%2F6da%2Fc72%2Ffed6dac726791edf58e1b7cd0027525d.jpg)
El Barça ahora sabe sufrir y competir
Un año después, el Barça ha aprendido a competir y a sufrir, como en el 4-4 en semifinales de Copa del Rey frente al Atlético de Madrid pese al 0-2 de los rojiblancos en seis minutos. El triunfo en Lisboa contra el Benfica es solo una nueva muesca en su revólver. "Después de la expulsión en mi cabeza pasó que sería un partido más complicado de lo normal y que teníamos que sufrir, defender y llevar un resultado bueno para Barcelona", confesó Raphinha.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F541%2F66a%2F604%2F54166a604263a04cb9aef37749ae5d58.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F541%2F66a%2F604%2F54166a604263a04cb9aef37749ae5d58.jpg)
El autor del gol es otro de los futbolistas que Flick ha recuperado junto a Robert Lewandowski. El brasileño es uno de los futbolistas más decisivos de Europa y volvió a marcar la diferencia en Lisboa. "Sabíamos que podríamos tener una o quizás dos en ataque, pero teníamos que estar centrados porque la que tuviéramos, debíamos marcar", remató. Y así fue.
A Flick no le tiembla la mano
El técnico alemán fue vital en la victoria del Barça con su dirección de campo. Para empezar, no le tembló el pulso a la hora de retirar a Dani Olmo, fichaje estrella del Barça este verano por el que pagó 48 millones fijos en una operación que podría alcanzar los 60 millones de euros sumando bonus. El mediapunta internacional español abandonó el campo resignado por Araújo en el minuto 28.
Hansi Flick era sabedor de que Lamine Yamal y Raphinha podían ser claves al espacio y Lewandowski, la boya que habilitase a ambos y diese oxígeno al Barça en campo rival. El Benfica salió con energías renovadas en la segunda parte, más orden con la pelota y ambición. En una de esas llegadas por la banda, Álvaro Carreras se escapó de Lamine Yamal y el extremo no siguió a su par, con lo que Koundé se quedó vendido.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ffa5%2F318%2F9da%2Ffa53189daae53c9abd3dc1b964dd7674.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ffa5%2F318%2F9da%2Ffa53189daae53c9abd3dc1b964dd7674.jpg)
El entrenador alemán tomó medidas impopulares. Flick sentó a Lamine Yamal en el minuto 56 por Ferran Torres y reubicó a Raphinha en su lugar. El joven extremo español no ocultó su enfado en una noche donde las cosas no le salieron como quería. Flick se acercó al banquillo y habló con él para explicarle su decisión en medio de las conversaciones para renovar su contrato con el Barça.
Mano izquierda, sí, pero no va a cambiar su manera de gestionar el equipo ni tampoco al actual Golden Boy. No es la primera vez que Lamine Yamal acaba frustrado por no poder marcar, ni tampoco será la última vez que Flick lo sacrifique, aunque luego le transmita sus motivos. Ya sucedió contra la Atalanta a finales de enero. "Ha sido un calentón del momento. Todos queremos jugar, pero claro que respeto a los compañeros que salen", declaró el extremo aquel día. En Benfica, Lamine Yamal no habló, pero el tiempo y el gol de Raphinha le dieron la razón a Flick: nadie está por encima del equipo.
El Barça logró una de sus mayores victorias europeas en la última década en Lisboa (0-1). El equipo de Hansi Flick se quedó con diez futbolistas desde el minuto 22 a raíz de la torpe entrada de Pau Cubarsí a Pavlidis por la que vio la tarjeta roja. Sin embargo, el Barça, lejos de descomponerse, entrar en pánico y sufrir el miedo escénico que le ha perseguido a lo largo de una década en Europa, acabó ganando un partido donde tenía todo en contra: factor campo, inferioridad numérica y fantasmas del pasado.