Carlo, tenemos que hablar: Brahim te explica cuál es la suerte y el problema de este Madrid
El internacional marroquí fue el jugador más destacado de un Real Madrid que ni debería desaprovechar el talento de un Brahim que derribó la puerta del once inicial hace meses
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El Real Madrid golpeó primero en los octavos de final de la Champions (2-1), en un partido muy igualado que se resolvió por detalles. O, mejor dicho, por un detalle llamado Brahim Díaz que se sirvió y se bastó para desarmar él solo al Atlético de Madrid. El internacional marroquí se convirtió en la gran razón de la victoria blanca por trabajo, por ambición, por ganas y por calidad. Pero hasta él mismo sabe que tiene muchas papeletas para ser el gran sacrificado en la vuelta.
Desde que Brahim regresara al Madrid tras la cesión en el AC Milan, está demostrando de qué pasta está hecho. Hace mucho que dejó de ser un futbolista de banquillo o un revulsivo y se ha ganado un puesto más que sobradamente en el once titular. ¿Su problema? No haber llegado al equipo después de un desembolso astronómico y trabajar constantemente en silencio y lejos de los focos. De hecho, esa es la gran suerte que tiene el Madrid con él. Pero también su problema.
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Las continuas y numerosas bajas del Real Madrid en la medular han provocado que Carlo Ancelotti se haya visto obligado a improvisar. Las ausencias de Dani Ceballos por lesión y Jude Bellingham por sanción —tanto en Liga como en Champions— ha dado lugar a un cambio de sistema, donde se ha dejado de lado el 4-3-3 para priorizar un 4-4-2 que dote de mayor equilibrio al equipo. Y, ahí, es donde Rodrygo y Brahim han tomado un peso capital como jugadores de equipo.
Las dificultades en la salida de balón, amén de los problemas evidentes en el lateral derecho, han dado lugar a una reestructuración del equipo. En los partidos importantes, Fede Valverde se ha convertido en lateral derecho, lo que deja la medular con un doble pivote a la antigua usanza: Aurelién Tchouaméni y Eduardo Camavinga. Dos jugadores de contención, control y ayudas defensivas, pero no excesivamente brillantes en la construcción o en la ruptura de líneas.
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— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) March 4, 2025
Por ello, Ancelotti apostó por Rodrygo y Brahim en las bandas, dos jugadores que quieren el balón, encaran, encuentran espacios, generan superioridades y, además, trabajan en defensa. Son solidarios, piensan en el equipo por encima de todo y se vacían en cada partido. Y, por si fuera poco, tienen la calidad necesaria para cambiar un encuentro tan importante como el de este martes. Nada que ver con las balas de fogueo con las que dispararon Vinícius o Mbappé.
La gran suerte de este Real Madrid es contar con jugadores como Brahim, precisamente ese tipo de futbolista que trabaja en silencio y demuestra sus virtudes en el campo. Los títulos se ganan gracias a este tipo de deportistas... pero, a la vez, el internacional marroquí encarna el gran problema de este Real Madrid. Que un jugador de su nivel no sea titular indiscutible en el Real Madrid es el gran enigma de un equipo que necesita a Brahim más que nunca.
¡Qué noche mágica en el Bernabéu! Este gol es vuestro madridistas, ahora a por la vuelta 🤷♂️⚽️ ¡Sois los mejores! #HalaMadrid 🤍 pic.twitter.com/n38BQTt6N5
— Brahim (@Brahim) March 4, 2025
En el deporte y en la vida, la meritocracia siempre tiene que ser premiada. Lo peor que le puede pasar a un futbolista es que siempre juegue por decreto, bien sea por nombre, por su trayectoria o por aquello que ha demostrado en partidos pasados. Cada encuentro es volver a empezar, pero a Ancelotti le cuesta quitar a los pesos pesados del equipo. Sin ir más lejos, el partido de Mbappé y Vinícius de este martes fue para olvidar, coronado con una jugada aciaga en el descuento.
Con ese 4-4-2, los más perjudicados son los dos atacantes: no se entienden, ocupan los mismos espacios, tiran los mismos desmarques y, sobre todo, se olvidan de trabajar en defensa, lo que sobrecarga al resto del equipo. Pero Bellingham ya estará disponible para la vuelta, lo que obliga a quitar a un jugador del once. ¿Quién será el perjudicado? Brahim es la respuesta sencilla, pues Mbappé y Vinícius son intocables. Pero, al mismo tiempo, también es la decisión más injusta.
El Real Madrid golpeó primero en los octavos de final de la Champions (2-1), en un partido muy igualado que se resolvió por detalles. O, mejor dicho, por un detalle llamado Brahim Díaz que se sirvió y se bastó para desarmar él solo al Atlético de Madrid. El internacional marroquí se convirtió en la gran razón de la victoria blanca por trabajo, por ambición, por ganas y por calidad. Pero hasta él mismo sabe que tiene muchas papeletas para ser el gran sacrificado en la vuelta.