El miedo de Simeone en el Bernabéu y la desesperación del Real Madrid con Mbappé

El Real Madrid tumbó al Atlético de Madrid en un partido gris, donde tres golazos de Rodrygo, Julián Álvarez y Brahim Díaz marcaron la diferencia (2-1). El equipo de Ancelotti encontró una inyección de adrenalina en el misil de Rodrygo y empezó con un ritmo infernal que apabulló al Atlético. Los rojiblancos resistieron el bombardeo blanco hasta que llevaron el choque a su terreno y Julián Álvarez, con una obra de arte, puso las tablas en el Bernabéu. Los pupilos de Simeone salieron con todo en el segundo tiempo, pero Brahim cambió el destino del encuentro con un gol de bella factura y el resultado pudo ser más amplio.

La eliminatoria quedó abierta para la vuelta... como querían ambos técnicos. El Real Madrid volvió a revivir lo sucedido en Sevilla frente al Real Betis, donde el gol de Brahim disparó el dominio del cuadro de Ancelotti, pero tras el tanto no tuvo la lectura, determinación ni la inteligencia suficientes para conservar la ventaja. Y lo pago caro. Sin Dani Ceballos ni Jude Bellingham y con Fede Valverde como lateral, el Real Madrid no encontró un centrocampista que pudiese unir al equipo blanco.

Esta vez no fue diferente. Con el 1-0 a favor y el Atlético de Madrid achicando agua a marchas forzadas, Camavinga fue el autor de varios tiros en el pie del Real Madrid. El centrocampista francés, escudado por un correcto Aurélien Tchouaméni, se precipitó cuando tocaba calmar el juego, perdió pelotas peligrosas en zonas sensibles y, por encima de todo, no supo aportarle la sabiduría futbolística que un organizador debe darle al juego del Real Madrid en campo contrario.

El Real Madrid pagó caro el partido de Camavinga

Desdibujado, precipitado e impulsivo el francés, el Atlético de Madrid resistió hasta volar al espacio con Julián Álvarez, Samu Lino, Griezmann y Giuliano Simeone. En una de esas salidas, Camavinga entró como nunca hay que hacer ante un supercrack del calibre de Julián Álvarez: de golpe y descontroladamente. El castigo del argentino fue desahuciar a una familia de arañas y hacer inútil la estirada de Courtois.

"El plan inicial era jugar por fuera con Vini y Rodrygo para encarar, ha salido bien en la primera jugada y después hemos perdido la paciencia, hemos forzado el juego cuando había que hacerlo de la misma manera y tener al rival en su campo. El equipo ha trabajado, ha defendido bien, el Atlético ha tenido el control en algunos momentos, pero sin crear muchas oportunidades. El equipo ha estado compacto casi todo el partido", explicaría Ancelotti tras el pitido final.

El técnico italiano, además, reveló que Modric iba a salir por Camavinga y no por Brahim. "Era Camavinga, hemos esperado un poco, pero el cambio era Camavinga, era el que teníamos que cambiar porque le molesta la espalda y ha entrado Modric con su calidad y con su clase". En efecto, la entrada del croata, a sus 39 años, dotó de sentido la circulación del balón del Real Madrid, pero la falta de determinación de Mbappé, Vinícius y Rodrygo impidió una mayor ventaja. Los tres firmaron un partido discreto y para el olvido, especialmente los dos primeros.

Mbappé y Vinícius, para olvidar

El Real Madrid volvió a dejar unas sensaciones amargas pese a la victoria. De equipo con un potencial devastador en ataque, pero que no es capaz de compensar el desaguisado defensivo, la falta de tensión en la presión de los tres delanteros y el desorden colectivo con la teórica determinación que deberían tener sus estrellas. Los delanteros estuvieron a un nivel muy bajo.

Y es aquí donde Ancelotti prefirió mantener en el campo a un tétrico Kylian Mbappé, a un desaparecido Rodrygo tras el gol y a un desacertado Vinícius antes que desafiar el estatus de sus cracks. Como muestra, un botón: Endrick no entró hasta el minuto 88 y Arda Güler no jugó ni un minuto. El francés tuvo el 3-1 en sus botas en el descuento y lo desperdició al no darle el pase de la muerte correcto a Vinícius.

Por su parte, Simeone reconoció el mérito de su equipo al aguantar de pie en el Bernabéu a pesar del impacto psicológico de ambos goles. "Partido muy táctico, intentando llevarlo cada uno en sus momentos. Ellos hicieron un gol que pudimos haber resuelto mejor, el gran mérito del equipo fue no bajar los brazos, no entrar en ese miedo escénico que genera recibir un gol tan pronto y empezó a jugar", empezó el argentino.

"La última pudo dejarnos fuera"

"El Atlético se hizo dueño de la pelota y vino el gol de Julián, el centro de Giuliano que Lino no pudo empujar. Empezamos el segundo tiempo de la misma manera, una jugada de Brahim que también la pudimos hacer mejor", remató. El técnico rojiblanco realizó un cambio que levantó muchas dudas al retirar a Griezmann e introducir a Le Normand, además de imponer una defensa de cinco hombres. Un claro mensaje a su equipo, aunque luego terminó con Correa, Sorloth y Julián Álvarez.

"La última jugada pudo dejarnos fuera de la eliminatoria, pero... quién sabe, puede que el miércoles tengamos una buena noche", sentenció el técnico. Giménez también tiró de autocrítica. "Con 2-1 perdiendo tienes la oportunidad de remontarlo en tu casa. Un 3-1 es más difícil y hay que aprender, en esa jugada tenía que haber jugado en largo, como jugador con experiencia, espero no repetirlo en la vuelta". La eliminatoria se resolverá en el Metropolitano, con todo lo que eso conlleva para ambos.