Mbappé demuestra por qué es el único galáctico capaz de sobrevivir a Florentino Pérez

El Real Madrid pasó como un rodillo por encima del Manchester City en el mejor partido de la temporada (3-1). El hat-trick de Kylian Mbappé coronó una exhibición colectiva en una noche inolvidable para el Santiago Bernabéu, donde el estadio blanco premió el baño de su equipo al de Guardiola entre "olés", ovaciones y peticiones para que el técnico catalán continuase en el Manchester City.

El delantero francés, letal al espacio, certero en la definición, sólido en la presión y líder del ataque madridista, demostró por qué Florentino Pérez estaba obsesionado con él desde hacía más de un lustro. El presidente del Real Madrid, alguien capaz de responderle a Sergio Ramos que su oferta de renovación "había caducado", de vender a Cristiano Ronaldo en pleno pulso con el astro luso y ganar todos los duelos con los galácticos que se ha cruzado, siempre dejó la puerta abierta a Mbappé y ahora todo encaja pese a sufrir años de decepciones y plantones.

El ariete francés, que atravesó un bache muy importante al inicio de la temporada donde no daba pie con bola y estaba falto de confianza, se lo pagó con una determinación al alcance de solo los elegidos. Los tres tantos del francés, cada uno de bella factura, condensaron las habilidades de un delantero mortífero al espacio, cruel ante los guardametas y capaz de sortear la presión del club más exigente del planeta. El resultado fue la eliminación del Manchester City en un cruce donde fueron aplastados y quizás lo mejor para Guardiola fue el marcador.

"Quiero marcar una época"

"Una noche perfecta. No sé si es mi mejor partido, yo estoy para jugar. Para nosotros es lógico que el Madrid esté en octavos. Siempre es difícil el City, pero en casa lo damos todo. Y hemos hecho un gran partido", empezó Mbappé en Movistar+. Preguntado sobre el clic mental que dio tras tocar fondo contra el Athletic Club en Bilbao, Mbappé fue tajante. "Lo he dicho, no quería venir aquí para jugar mal. Cumplir mi sueño es una cosa, pero yo quiero jugar bien, marcar una época. Sabía que no podía hacerlo peor. Debía jugar con personalidad".

La realidad es que el Real Madrid despejó todas las dudas que pudiese haber con el Manchester City en una primera parte histórica. Aunque al conjunto blanco se le suelen atragantar los encuentros en los que parte con un resultado a favor y no debe verse empujado a remontar, el equipo de Carlo Ancelotti pasó por encima de los ingleses sin levantar el pie del acelerador hasta el 3-0.

Mbappé dinamitó el plan de Guardiola

El Manchester City quiso defenderse con la pelota y cambiar el choque enloquecido de la ida por un escenario de control, donde pasaran pocas cosas y estas fueran a favor de los ingleses. El problema es que un fallo terrible en defensa, aderezado por un pase magistral de Asencio y la definición certera de Mbappé, volaron el plan de partido del catalán por los aires.

A partir de ahí, el Rey de Europa olió la sangre de un equipo frágil, sin reacción, sin talento diferencial en sus líneas y con un técnico que no supo llevar el partido a su terreno. Blindado por las fantásticas coberturas defensivas de Raúl Asencio sobre Marmoush y una circulación de balón perfecta con Dani Ceballos y Aurélien Tchouaméni en la medular, el Real Madrid siempre encontró la manera de superar la tímida y desajustada presión del Manchester City.

Una vez traspasada la primera línea de presión inglesa, el Real Madrid conectó con una delantera letal. Bellingham se impuso al centro del campo rival y alimentó las carreras de Vinícius Júnior, Kylian Mbappé y Rodrygo, letales y capaces de entenderse en un gran escenario frente a un rival de este calibre sin dejar de trabajar en defensa. A la media hora, Mbappé era el verdugo de una estampida blanca que destrozó a un Manchester City vulgar.

Los ingleses, sin Erling Haaland en la punta de ataque, fueron incapaces de dañar al espacio ni al pie. Tampoco ningún futbolista supo inventarse una genialidad que alterase la dinámica del encuentro. Las consecuencias para el equipo de Pep Guardiola fueron terribles tras los dos zarpazos de Mbappé y no dispararon a puerta en toda la primera parte. La segunda mitad solo fue un calco de la primera hasta que el Real Madrid aflojó el ritmo con el hat-trick de Mbappé. Una noche redonda para el Real Madrid, Mbappé y Florentino.