No hagan cábalas con el Real Madrid en la Champions porque sigue siendo un ogro (0-3)

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El Real Madrid le coge el pulso a la nueva Champions. Un poco tarde porque va a la repesca. Pero está muy vivo y un campeón de Europa siempre es el principal candidato para ganar este trofeo. El último partido lo sacó adelante con tres goles y portería a cero. Dos de Rodrygo, en la versión genial que ha recuperado el brasileño, y otro de Bellingham. La contundencia es el factor que hace diferente al equipo de Ancelotti. Arriba y atrás. Porque Courtois tuvo un papel destacado para frustrar al Brest. Las cábalas no van con el Real Madrid. Es capaz de empezar mal la nueva Champions, clasificarse como undécimo y pasar a ser el ogro para quien se le ponga por delante. El rival en el playoff será el Manchester City o el Celtic Glasgow.

No le hace falta al Real Madrid jugar bien al fútbol y dominar los partidos. Ni contra el Brest fue un equipo arrollador, con todo lo que había en juego en este incierto formato de la Champions. El Madrid liquidó al correoso y combativo Brest con la efectividad de sus atacantes, en un partido en el que Mbappé se quedó sin marcar. El francés no estuvo afortunado en la finalización. Bajó su nivel tras una serie de partidos asombrosos. Dentro de lo malo, es una gran noticia. El Real Madrid, con un gris Mbappé y sin Vinícius (sancionado), gana en una cancha incómoda y ante un Brest que fue un dolor de muelas.

En la primera media hora del partido tocó picar piedra. El Brest salió con coraje, a plantear un partido de duelos y al Real Madrid se le atragantó la intensidad y el orden del rival. Del atasco lo sacó Rodrygo. Sucedió lo mismo que en el penúltimo partido de la Champions, en el que el brasileño allanó la goleada con los dos primeros al Salzburgo. Rodrygo abrió la lata con jugadón individual. Cogió la pelota fuera del área, en el costado izquierdo, y encaró. Desequilibró a un oponente, se coló en el área y fusiló con un zurdazo. El balón, cruzado y ajustado, pegó en el poste y se metió dentro. Golazo de un futbolista que cuando está inspirado y saca el talento es imparable.

El gol del Rodrygo le dio tranquilidad y seguridad al Real Madrid. No entró bien el equipo de Ancelotti al partido. El entrenador se quejó del mal estado del césped, pero debería insistir a sus jugadores en la actitud de inicio. Salir más enchufados es una de las asignaturas pendientes. La primera gran ocasión fue para el Brest en un lanzamiento de falta que desvió Courtois. Suele ser la tónica del Madrid. Courtois evita el gol y el Madrid reacciona.

Le costó al Real Madrid coger el control del juego, profundizar y amenazar. Los dos primeros disparos fueron de Mbappé y ambos se fueron desviados. Mbappé, abucheado y pitado cada vez que entraba en contacto con el balón, no estaba fino. Dos tiros desviados eran un mal presagio. El Brest se plantó bien en el campo, ordenado e intenso, era un equipo rocoso para el Madrid.

El partido estaba siendo una visita al dentista para el Real Madrid. Le llegaba el Brest por la banda derecha, la de Lucas Vázquez, y cargaba los ataques por la zona de Tchouaméni. Otra vez central. Con Asencio en el banquillo. Tchouaméni en un duelo vio la tarjeta amarilla por agarrón a un rival. El juego del Madrid no fluía, apenas tenía peligro y le costaba finalizar las jugadas.

Rodrygo estaba desactivado. Como Brahim Díaz y Mabppé. Pero es listo. Tiene olfato. Sorprendió a la defensa del Brest colándose por el centro del área para rematar un centro de Lucas Vázquez. El cabezazo lo desvió el portero. Un serio aviso. Dos minutos después hizo la genialidad de la primera parte que le permitió al Madrid marcharse al descanso ganando.

El Real Madrid fue de menos a más en un primer tiempo complicado y en el que los dos centrales (Tchouaméni y Rüdiger) recibieron tarjeta amarilla. Empezó con un susto y lo arregló con la determinación de Rodrygo.

Gol anulado al Brest

La segunda parte empezó como la primera. Entró mal el Real Madrid, sin tensión y una pérdida de balón de Rodrygo provocó una acción peligrosa del Brest. Se libró Courtois. Faltó puntería en el rival. Otra vez, el equipo de Ancelotti despistado. La réplica del Madrid fue inmediata en un contraataque que no aprovechó Mbappé. Encaró al portero con un marcador y su disparo fue desviado por Bizot. El guardameta salvó el empate, el partido se rompió y el Brest llevó el pánico. Marcó Ajorque y fue anulado por un fuera de juego milimétrico. La revisión del VAR benefició al equipo blanco.

Un toque de atención serio, de nuevo, para el Real Madrid y su sistema defensivo. Perdía balones y defendía con la mirada. El Brest, más agresivo e incisivo, acosaba y se lanzó a por el empate. Lo que mejor le podía suceder al plan del Madrid. Con espacios llegó el segundo gol. Una jugada rápida, vertical, que empezó en un balón largo que deja pasar Mbappé. El engaño del francés lo aprovecha Bellingham. El inglés mete la directa, se planta en la frontal del área, busca el apoyo de Lucas Vázquez. Demoledora la llegada del lateral. Lucas entra como un avión, atrae jugadores y asiste a Bellingham, que marca a placer.

El partido pasó de estar cerca del empate, con el gol milimétrico anulado al Brest, a romperlo el Real Madrid con su mayor pegada. Ganó las áreas. En el ataque y en la defensa con Courtois decisivo. El belga tuvo trabajo. Fue clave en otro paradón a un balón que iba a la escuadra. Los intentos del Brest por meterse en el partido eran anulados por un portero que gana partidos. Importante para aspirar a conquistar la Champions.

Rodrygo, muy atento, cerró otra gran noche en la Champions rematando un balón rechazado por el portero a disparo de Mbappé. El Real Madrid cumplió en un día de cábalas y lo hizo con la versión top de Rodrygo. El Real Madrid, con un balance de tres derrotas (Lille, Milan y Liverpool) y cuatro victorias (Stuttgart, Borussia Dortmund, Atalanta y Salzburgo), ya está aquí para ser un ogro en Europa.