Raphinha tritura al Bayern de Múnich y el Barça destruye a su bestia negra en la Champions (4-1)
El equipo de Hansi Flick dio una exhibición de fútbol ofensivo y vertical en una noche mágica en Montjuic. El Bayern perdonó el tanto del empate y el Barça demostró pegada y una fe total para superar sus fantasmas en Europa
Era la prueba del algodón. Contra su bestia negra, contra el equipo que le propinó la mayor goleada europea de su historia y contra el verdugo de las ilusiones en las últimas temporadas. El Barça miró al Bayern de Múnich a los ojos y le dijo que no le tenía miedo y que iba a superar todos sus fantasmas de la Champions League. El equipo de Hansi Flick, con un fútbol ofensivo -suicida por momentos- y con una fe total, destrozó al Bayern de Múnich con el hat-trick de Raphinha y una pegada demoledora (4-1) que dejó al equipo bávaro totalmente superado. Este equipo va muy en serio. El siguiente, el Real Madrid.
El equipo azulgrana castigó al Bayern de Múnich en la primera ocasión que tuvo, cuando Lewandowski bajó la pelota, Raphinha controló el envío al espacio de Fermín López y dejó desparramado a Manuel Neuer. El impacto psicológico del gol azulgrana fue mínimo. El Bayern de Múnich, con un plan marcado a fuego basado en salir por fuera y buscar la espalda de la línea defensiva del Barça, inclinaría el campo a su favor.
La presión suicida del Barça, junto a su mala coordinación a la hora de ajustar las vigilancias defensivas, catapultó al Bayern de Múnich. Harry Kane danzaba en la punta de ataque y dos puñales como Gnabry y Olise entraban como cuchillo en la mantequilla. Kimmich, viejo deseo del Barça, lanzaría una y otra vez a sus compañeros de equipo. El equipo de Flick empezó a achicar agua, pero era un juguete en las manos bávaras.
A ello había que sumarle las dudas en Iñaki Peña, tal y como enseñaría el corte de Cubarsí cuando el portero salía de su cueva. Harry Kane daría el primer susto y en el minuto 9, tras haber avisado previamente, marcaría un gol que no subiría al marcador por fuera de juego. Flick sufría en la banda y mandó intercambiar las bandas a Lamine Yamal y Raphinha, sin mayores alegrías para los locales.
La pegada del Barça fue demoledora
El Barça era incapaz de controlar el partido, defender junto o ajustar las marcas en los centros laterales y los envíos al espacio. En el minuto 18, el equipo alemán lograría el premio tras ser muy superior con un golazo de volea de Harry Kane tras el envío de Gnabry. Sin embargo, el gol visitante espoleó al Barça, que encadenó sus mejores minutos en la primera parte.
Lamine Yamal flotaba entre sus rivales a través de un caño delicioso y Lewandowski reaccionó con un latigazo que se marchó fuera por poco. El segundo tanto azulgrana no llegaría por los pelos en una gran presión de Lamine Yamal y una mala salida de balón de Neuer, quien casi protagonizó una de las pifias de la temporada. El equipo azulgrana rodeó a Kimmich, muy apurado, y trató de ajustar su presión alta para reducir al Bayern, siempre a un pase de encontrar una ocasión clara.
El Bayern pide falta.
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) October 23, 2024
Lewandowski la mete y luego pregunta.#UCL #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/76pYzidTNy
En el minuto 35, Guerreiro se equivocó en la superficie para asistir a Müller cuando el gol parecía cantado. En la siguiente jugada, Fermín López desequilibró en el salto a Kim Min-Jae con el brazo, superó a Neuer y Lewandowski marcó el segundo gol culé a placer. El árbitro habilitó el gol del Barça. El Bayern se fue con todo arriba y rozó el tanto del empate, pero el Barça volvería a golpear antes cuando Casadó habilitó a Raphinha y el brasileño marcó un golazo descomunal. El Barça había demostrado una personalidad arrolladora en un primer tiempo que pudo haber caído para cualquiera de los dos.
Raphinha y Lamine Yamal, letales
El Barça salió al ataque en el segundo tiempo y puso al Bayern en aprietos nada más salir de los vestuarios. Palhinha respondió con una ocasión cantada que envió fuera. El equipo azulgrana no especuló, desactivó la presión bávara gracias a Pedri, Lamine Yamal habilitó a Raphinha y el brasileño, con un control impresionante y una definición imparable, superó a Neuer con el 4-1. Montjuic se divirtió.
Kompany movió ficha con un cuádruple cambio: fuera Olise, Müller, Palhinha y Gnabry; dentro Goretzka, Coman, Musiala y Sané. Flick introdujo a Frenkie de Jong por Fermín López. Mientras los gestos técnicos de Lamine Yamal levantaban la admiración de Montjuic, el Bayern no se creía lo que estaba pasando en el campo. La cara de Müller, bestia negra del Barça dentro de la propia bestia negra del Bayern, era un poema.
Los bávaros trataron de meterse en el partido de nuevo con una ocasión de Sané y Coman, pero la renta de tres goles era una losa demasiado pesada. Pedri desactivó todas las presiones rivales y el público local se arrancó con los "olé, olé, olé", síntoma de una felicidad que no saboreaba desde hacía años. Flick retiró a Raphinha para que se llevase una gran ovación y aunque Lewandowski tuvo una ocasión muy clara para hurgar en la herida, el marcador ya no se movería. El Barça da un paso de gigante en la Champions League.
Era la prueba del algodón. Contra su bestia negra, contra el equipo que le propinó la mayor goleada europea de su historia y contra el verdugo de las ilusiones en las últimas temporadas. El Barça miró al Bayern de Múnich a los ojos y le dijo que no le tenía miedo y que iba a superar todos sus fantasmas de la Champions League. El equipo de Hansi Flick, con un fútbol ofensivo -suicida por momentos- y con una fe total, destrozó al Bayern de Múnich con el hat-trick de Raphinha y una pegada demoledora (4-1) que dejó al equipo bávaro totalmente superado. Este equipo va muy en serio. El siguiente, el Real Madrid.
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