Es noticia
El gesto de mal compañero de Bakker sobre Yannick Carrasco y el sinsentido del penalti final
  1. Deportes
  2. Fútbol
ATLÉTICO 2 - 2 BAYER LEVERKUSEN

El gesto de mal compañero de Bakker sobre Yannick Carrasco y el sinsentido del penalti final

El jugador belga tuvo en sus pies la posibilidad de dejar al Atlético de Madrid con vida en la Champions, pero Hradecky le paró el penalti final... que, en caso de haber sido anotado en el rechace, habría generado aún más polémica al partido

Foto: Yannick Carrasco, tras fallar el penalti ante el Bayer Leverkusen. (Reuters/Susana Vera)
Yannick Carrasco, tras fallar el penalti ante el Bayer Leverkusen. (Reuters/Susana Vera)

El Atlético de Madrid vivió este miércoles el final más amargo posible a su andadura en la Champions en la presente temporada. El conjunto del Cholo Simeone necesitaba ganar para poder optar a meterse en octavos en la última jornada, pero el Bayer Leverkusen se lo puso muy complicado. Tanto, que en el minuto 95 el partido iba 2 a 2, momento en el que Jan Oblak subió a rematar un córner en busca del milagro. Y se produjo, pero en forma de VAR.

Ese saque de esquina botado por Yannick Carrasco quedó en nada, momento en el que Clement Turpin decretó el final del partido... pero, de repente, le llegó un aviso desde el VAR: podía haber mano dentro del área. Después de chequearlo, ya con el partido acabado, el colegiado dictaba sentencia: penalti. A pesar de estar el tiempo cumplido, los rojiblancos tenían una bola extra para seguir soñando con la Champions. Un penalti que podía cambiar su suerte.

Foto: Carrasco falló el penalti que confirmó la eliminación del Atleti de la Champions. (Reuters/Susana Vera)

Carrasco fue el encargado de ejecutar la pena máxima, eligiendo el lado derecho de la portería, pero Lucas Hradecly adivinó las intenciones del belga y detuvo el penalti. A partir de ahí, llegó la absoluta locura: Saúl, con todo a favor, estrelló el rechace en el larguero y Reinildo, en el tercer intento y casi a puerta vacía, impactó su disparo en el propio Carrasco, que todavía aturdido, cruzaba por delante de la portería y evitaba que el balcón entrara a gol.

Si el penalti en sí ya fue una de las grandes imágenes de la jornada, por su inesperado e ilógico desarrollo, lo que ocurrió después fue uno de los gestos más feos que se puede ver sobre el césped. Y es que con Carrasco aún cabizbajo por lo acontecido, el defensa neerlandés Mitchel Bakker no dudó en irse a gritar y a celebrar lo ocurrido en la misma cara de belga, una acción de mal compañero sobre el césped. Un gesto irrespetuoso que no debe ocurrir en el césped.

Más allá de que sea una 'vendetta' personal por alguna acción ocurrida con anterioridad, un gesto de pura alegría o simplemente una manera de faltar al respeto a un jugador que acaba de fallar un penalti, lo cierto es que está fuera de lugar y es una imagen poco constructiva. Y, sobre todo, deja a Bakker como mal compañero, especialmente por provocar de una manera tan grotesca a un jugador que sabe que tenía en sus pies el futuro de su equipo.

Y el lío podía haber sido mayor...

Pero el sinsentido fue aún más allá de la propia ejecución del penalti. Lanzamiento fallado y dos rechaces al limbo. Pero la pregunta es clara: ¿qué hubiera pasado si el Atlético hubiera marcado en el rechace? La respuesta es sencilla: el gol no debería de tener validez. ¿El motivo? El penalti ya fue señalado con el partido acabado y, tal y como indica la norma, en estos casos no hay rechace. El problema de Turpin es que no lo avisó o, en el peor de los casos, que desconocía la norma.

La regla dice que el árbitro tiene potestad para dar por acabado un partido cuando quiera, con una excepción: en el lanzamiento de un penalti. Es decir, siempre se debe de dejar rechace... salvo en un caso: que el penalti sea señalado con el tiempo acabado, momento en el que se ejecuta como si fuera un lanzamiento de una tanda, donde no hay rechace, ni una segunda acción. ¿Qué hubiera pasado si hubiera marcado el Atlético en el rechace? El lío sería de grandes dimensiones.

Como se puede ver en las imágenes, Turpin no solo no señala el final tras la parada de Hradecky, sino que deja seguir la jugada como si fuera una más. Pero, ¿cómo explicar a posteriori que se había anulado el gol? Una situación compleja que, por fortuna, no se dio, si bien se dio otra dolorosa y llamativa que quedará para siempre en la retina las tres oportunidades que se fueron al limbo para seguir en Champions. Sin duda, el final más doloroso posible.

El Atlético de Madrid vivió este miércoles el final más amargo posible a su andadura en la Champions en la presente temporada. El conjunto del Cholo Simeone necesitaba ganar para poder optar a meterse en octavos en la última jornada, pero el Bayer Leverkusen se lo puso muy complicado. Tanto, que en el minuto 95 el partido iba 2 a 2, momento en el que Jan Oblak subió a rematar un córner en busca del milagro. Y se produjo, pero en forma de VAR.

Champions League Atlético de Madrid Diego Simeone
El redactor recomienda